Capítulo 9

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POV DANIELA

-Llegamos -dijo Pau interrumpiendo mis pensamientos.
Tomé mi mochila y abrí la puerta del auto para bajar. 
-Gracias -le dije a Pau.
-Claro, llámame para que venga por ti. 
-Lo haré -le respondí. 

Caminé hacía la entrada de la escuela, había muchas personas alrededor de la fuente que se encontraba justo en frente de las puertas de la entrada. Me acerqué para ver cual era la razón de que todos estuvieran ahí. Escuché una guitarra y una voz cantando. 

"Y aunque este prohibido, por ti me meto en diez mil delitos
Diez mil pensamientos, suspiros que me has cometido
Que me has cometido
Y aunque este prohibido, por ti me meto en diez mil delitos
Diez mil pensamientos, suspiros que me has cometido
Que me has cometido

¿Quién dice? ¿Quién dice? ¿Quién dice?
Que no podemos estar juntos
¿Quién dice? ¿Quién dice?
¿Qué quién quién dice?
¿Quién dice?
Que no podemos estar juntos
Que no podemos estar juntos"

Me di cuenta de quién cantaba era Sebastián. El estaba de pie en la fuente y sentada a un lado de él estaba Jessica con una guitarra en sus manos. Ella mantenía los ojos cerrados mientras tocaba. Cuando termino la canción Juanpa comenzó a hablar.

-Pues bueno, damas y caballeros espero haya sido de su agrado -dijo mientras se quitaba la gorra que traía puesta y empezó a pasar entre todos -si gustan cooperar con una moneda se los agradeceríamos. 
Algunos pocos que estaban ahí comenzaron a marcharse, pero la mayoría se quedó para poner dinero en la gorra. Saqué un dólar de la bolsa de mi pantalón, lo puse en la gorra y me di media vuelta para ir a mi clase. 

-¿Será que así era como se mantenían? -pensé 

La casa donde viven no era de gran lujo pero tampoco es como si fuera una que normalmente mantiene una persona de clase media. De hecho los tres parecían que nunca hubiesen tenido inconvenientes en cuanto al dinero. 

Ese día salía temprano pues las últimas dos horas era opcional quedarse. Entré a mi clase de matemáticas. Unos minutos después entró el profesor y seguido de él entró Jessica con su guitarra al hombro y en las manos cargaba unos libros los cuales dejó sobre el escritorio. 

-¿Escuchaste a Jessica tocando la guitarra? .preguntó una chica a la chica que tenía a su lado. 
-Sí, pero quien más destacaba era Sebastián con su voz -le respondió la otra. 
-Creo que ambos se complementan -susurré para mí.
-¿Qué dijiste -dijo una de ellas. 
-Ah, dije que se complementan, digo Jessica no sería genial sin una voz y Sebastián no sería genial sin una guitarra. 
-Para mi tiene sentido -dijo una -soy María Laura -dijo ella estirando la mano para saludarme.
-Daniela Calle -dije tomando su mano para estrecharla.
-Y yo soy Michelle -dijo la que había hablado primero. 
-Mucho gusto -le dije.
-¿Por qué no te me haces conocida? -María Laura. 
-Soy nueva, recién llegué y no conozco a nadie. 
-Bueno, pues si quieres podemos hacerte compañía -dijo Michelle amablemente. 
A decir verdad esas dos chicas me habían caído bien y eso de andar sola por la escuela ya me estaba cansando. 
-Sí, me gustaría -les respondí con una sonrisa.

POV JESSICA

Había llegado a mi salón y muchos de mis compañeros ya no estaban ahí. Una chica pasó a lado de mi y decidí preguntarle. 

-Oye -dije llamando su atención. 
-Ah, hola -respondió.
-¿Por qué no hay nadie en el salón -le pregunté. 
-El maestro llegó y dijo que esta mañana se había levantado con una migraña insoportable y que lamentaba habernos hecho venir pero que hoy no daría clase, así que todos se marcharon. 
-¡Maldición! -dije -lo siento, sólo había venido a esta clase. 
-Descuida. Nos vemos -me dijo despidiéndose. 
-Adiós -le respondí. 

Decidí ir a buscar a Sebas a su salón. Cargué mi mochila en un hombro y la guitarra en el otro. Llegué al salón de Sebas y estaba sentado platicando con Juanpa. Entré y toque su hombro. 

-¿Qué haces aquí? ¿No se supone que tienes una clase? -me preguntó. 
-Mi maestro se fue porque se sentía mal, así que ya no tengo nada que hacer. 
-¿Puedes esperarnos en la cafetería? -me preguntó Juanpa. 
-Claro.
-Deja tu mochila -negué con la cabeza -es para que no cargues -dijo quitándomela del hombro. 
-Ustedes dos son muy tercos, los veo después. 

Salí de aquel salón en dirección a la cafetería, cuando a lo lejos divise a mi profesor de matemáticas batallando con unos libros, pues traía en sus manos una pila enorme de ellos. Me acerqué rápidamente. 

-¿Necesita ayuda profesor? -le pregunté.
-Una ayuda me vendría bien -me respondió. 

Tomé los libros en mis manos y lo acompañé hasta donde supuse sería donde daría su clase. Entré y dejé los libros en su escritorio. 

-Eres un ángel Jessica -me dijo el profesor inspeccioné todo el salón y vi a Daniela hablando con unas chicas. Regresé mi atención al profesor. 
-Está exagerando -dije sonriendo. Le tenía mucho cariño al profesor el siempre me había apoyado después de lo de mi accidente. 
-Veo que traes una guitarra -me dijo. 
-Sí, Sebas insistió, en que la trajera. 
Todos en el salón ya habían tomado asiento y estaban atentos a nuestra conversación. 
-¿Crees que puedas cantarnos algo?
-Yo sólo toco la guitarra, cantar no es lo mío- dije negando. 
-Bueno te podemos conseguir alguien que cante -me respondió. 
-Bueno si consigue a alguien que cante yo puedo tocar la guitarra -respondí. 
-A ver muchachos alguien aquí quiere cantar en compañía de la guitarra de Jess -preguntó. 

Observé a todos en el salón y después fijé mi mirada en Daniela, vi un leve movimiento en su mano. Tal vez fue mi imaginación pero al parecer ella quería ofrecerse y a fin de cuentas se arrepintió. Lastima me hubiera gustado escucharla cantar. 

-¿Nadie? -preguntó el profesor. En ese instante los ojos de Daniela se toparon con los míos pero pronto apartó la mirada. 
-No se preocupe profesor -dije -tan solo puedo tocar la guitarra. 
-Eso sería genial. 

Cerré los ojos y toqué una de mis canciones favoritas. La verdad es que tener los ojos de todos mis compañeros sobre mí me ponía nerviosa, por lo cual cada que tocaba en público cerraba los ojos para poder concentrarme. Dure alrededor de tres minutos tocando y cuando termine un coro de aplausos me hizo abrir los ojos. El profesor estaba a lado de mi, aplaudió realmente emocionado. 

-Realmente tienes talento Jessica -dijo apretándome l hombro en un gesto cariñoso.
-Gracias -respondí sonriendo-
-Bueno no te quito mas tu tiempo, seguro tienes clase -me dijo.
-La verdad es que ya no tengo más clases por hoy -le dije -pero tengo que esperar a mis amigos. 
-Bueno puedes quedarte aquí si así lo deseas -me ofreció. 
-Le tomaré la palabra. 
-Bien, puedes sentarte en mi silla mientras explico un nuevo tema -me dijo.
-Gracias profesor.
-A ver chicos abran sus libros en la página 57 -dijo el profesor. 




EN TODAS MIS VIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora