Capítulo 4

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POV JESSICA

Adelante de mí caminaba sebas abriendo nos pasó y detrás de mí venía Juanpa. Sebas me tomaba de la mano, él incluso sin intentarlo se comportaba como un verdadero hermano mayor. Nos sentamos en una mesa del rincón de aquel bar se acercó un mesero para tomar nuestra orden.

-Vamos a querer una botella de tequila -dijo Sebas. Lo miré fijamente y el sonrió inocentemente. Minutos después regresó el mismo mesero con la botella de tequila en la mano y después dejándola en la mesa.
Juanpa rompió el silencio.
-¿Jessica?
-¿Si? -dije mirándolo.
-Tienes siete segundos para tomarte un shot de tequila -me quedé viéndolo con los ojos muy abiertos.
-Vamos es sólo una.
-Ustedes dos saben muy bien que yo no bebo.
-Pues hoy si lo harás -me dijo Sebas mientras me servía un caballito de aquella botella.
-Uno, dos, tres... -Cualquier otro día me hubiera parecido muy divertido este juego que manteníamos entre nosotros, pero hoy, hoy realmente lo odiaba.

Tomé el vaso lo incliné hacia mis labios y dejé caer la cabeza hacia atrás, el líquido me quemó cuando pasó por mi garganta y sentí todo su recorrido en mi interior.
-Qué asco -dije finalmente.
-Con el tiempo te acostumbras al sabor -dijo Sebas mientras tomaba los vasos de caballito y lo llenaba con tequila.
Le pasó uno a Juanpa dejó uno frente a mí y otro se lo quedó él.

Esta noche no nos iríamos a la hora como me había prometido Sebas. Juanpa se puso de pie y me extendió una mano.

-Vamos a bailar Jess.
La verdad es que bailar me gustaba mucho así que tome su mano y me puse de pie para bailar con Juanpa.
-Yo me quedaré sentado viendo cómo bailan -dijo Sebas con un puchero.
Sebas no sabe bailar pero a la hora de estar borracho no le importaba hacer el ridículo. Juanpa y yo caminamos de la mano a la pista, estaba sonando pura música urbana Juanpa hacia movimientos exagerados mientras yo movía mis caderas de un lado a otro estuvimos bailando cerca de 15 minutos y decidimos regresar a la mesa. Sebas estaba sirviendo otro vaso de tequila, le di una mirada desaprobatoria y él me sonrío. Sentí mi pantalón vibrar y saque el celular tenía un mensaje nuevo.

De: 55********
"Tengo ganas de verte"

Sonreí al instante y guarde rápido el teléfono antes de que los chicos comentaran o hicieran preguntas al respecto. A medida que avanzaba la noche los chicos estaban más borrachos. Juanpa estaba bailando arriba de una mesa con chicas a su alrededor alentandolo y Sebas estaba en un rincón besándose con una chica que recién acababa de conocer decidí contestar aquel mensaje.

Para: 55********
"¿Qué tal tu noche?"

La respuesta me llegó enseguida.

De: 55********
"Aburrida, estaría mejor si estuvieras aquí conmigo"
Para: 55********
"Me encantaría estar contigo, pero salí con mis amigos"
De: 55********
"¿No hay manera de que puedas escapar de ahí?"

En ese momento de verdad lo considere, miré a mi alrededor y Juanpa seguía bailando. Alguien tocó mi hombro y me giré para ver de quién se trataba.

-Jess me voy a casa -me dijo Sebas.
-A me voy a casa ¿te refieres a que te vas a llevar aquella chica a casa? -le dije mientras miraba a la chica.
-Exacto -me contestó.
-Bueno sólo no hagan tanto desorden y por favor usen protección -me sentí como una verdadera mamá.
-Ya sabes que siempre me protejo.
-Bueno yo me quedaré un rato más.
-Veo que el bar te convenció -dijo realmente sorprendido.
-Si algo así.
-Nos vemos más tarde -dijo despidiéndose con la mano.

La verdad es que el bar no me había convencido, lo que me había convencido eran los mensajes de aquella chica con la que frecuentaba. Mire hacia dónde se encontraba Juanpa y él seguía bailando. saqué mi celular de nuevo y respondí aquel mensaje.

Para: 55********
"Voy para allá"

Salí de aquel bar, la música se escuchaba muy fuerte pero no era porque estuviera fuerte la música del lugar donde estaba, sino porque al lado del bar donde nos encontrábamos había otros dos bares más. Choque con una chica la cual me acababa de sacar de mis pensamientos la mire y no hizo falta que prestara mucha atención para darme cuenta de que estaba muy alcoholizada pues aunque estábamos un poco separadas el aroma llegaba a mis fosas nasales. La mire centrando toda mi atención en ella y me di cuenta de que era la chica que había conocido hoy en la universidad; no recordaba su nombre.

POV DANIELA

Pau había manejado alrededor de treinta minutos y no entendía cómo era que no llevábamos ni una semana en Los Ángeles y ella ya conocía la ciudad. Baje un poco la ventana para que el aire cálido me pegara en la cara. La música se escuchaba mientras más nos acercábamos a el lugar donde supuse Pau me iba a llevar, empecé a observar a mi alrededor y me di cuenta de que había tres bares uno seguido del otro.  Estacionó el auto en el estacionamiento de un bar y me hizo una señal para que yo bajara y empezó a caminar hacia uno de los bares.

-Esta noche vamos a disfrutar -dijo mirándome seriamente.
-Pau ¿En serio...  -me tapó la boca.
-Dije que esta noche vamos a disfrutar -caminó hacia la barra y le hizo una señal al cantinero unos segundos después ya teníamos servidas dos vasos de lo que me pareció era vodka -hasta el fondo -me dijo.

Discutir con Pau era cómo hablar con la nada no importaba cuánto dijera ella siempre ganaba así que hice lo que dijo incliné el vaso sobre mi boca y no lo bajé hasta que acabe con la última gota de ese vaso.

Bailábamos y cuando terminábamos lo que bebíamos íbamos de vuelta a la barra a rellenar el vaso. Lo único que yo quería era olvidar mi vida aunque fuera por una noche pero mientras más bebía sentía que no hacía efecto en mí el alcohol. Ese era mi problema con el vodka tardaba un tiempo en empezar a subir el alcohol pero cuando se me subía en en verdad perdía la noción del tiempo y de todo lo que decía o hacía.

Me senté en un banco de la barra mientras que con la mirada buscaba a Pau, logré visualizarla bailando con un tipo. Su amigo se dirigió hacia mí, él hablaba pero yo realmente no escuchaba que decía todo se estaba tornando borroso. Le pedí al chico de la barra que me sirviera lo más cargado que pudiera preparar.

-¿Segura señorita? -me dijo mirándome dudosamente.
-Si trabajo es sólo servir los tragos, no hacer preguntas -dije malhumorada.

El chico no hablo más y momentos después dejó el vaso servido frente a mí, me lo tomé sin hacer ninguna pausa. El bar empezó a llenarse más de gente y decidí irme a casa. Era un milagro que me pudiera mantener de pie, saqué mi teléfono para mandarle un mensaje a Pau diciéndole que me iba a casa; tuve que concentrarme mucho para poder escribir un mensaje que fuera entendible.

Cuando estaba apunto de mandar el mensaje choque con alguien y caí al suelo. Debi estar muy tomada porque ese golpe no me dolió, levante la mirada  y la vi, a esa chica yo la conocí la había visto hoy sólo que no recordaba donde. Al parecer ella también me había reconocido.









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EN TODAS MIS VIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora