Capítulo 11

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Tomé el estuche de mi guitarra y lo colgué sobre mi hombro, Daniela estaba esperándome en la puerta. Vi que se despedía con la mano de las chicas con las que platicaba cuando entré al salón.

Salimos de la escuela y comenzamos a caminar entre las calles, sabía al lugar al que quería ir.

-¿También es tu último año de universidad? -le pregunté.
-Sí, lo es.
Vaya que cortante era esa chica.
-¿Eres de LA? -pregunté buscando un tema de conversación.
-No, soy de Colombia, Bogotá exactamente.
-¿Y por qué de Bogotá viniste a parar a LA? -le pregunté.
-Realmente necesitaba un cambio -¿A qué diablos se refería con eso?
-¿Cambio? ¿Por qué alguien como tú necesitaría un cambio?
-No es algo que a ti te interese -en su rostro apareció una mueca de disgusto.
-Lo siento yo sólo buscaba algo de que hablar.
-Sabes, creo que fue mala idea venir contigo -ella se giró para irse por dónde veníamos caminando.
-Espera -le dije tomándola de la muñeca -no era mi intención entrometerme y te pido perdón -me sentía mal por haberla incomodando.
Vi unos momentos en los que tenía una lucha interna en volver a la escuela o acompañarme. 


POV DANIELA

Esa chica hizo preguntas que me habían molestado y había decidido marcharme pero realmente se veía arrepentida. 

-De acuerdo, pero no más preguntas de ese tipo. 
Una sonrisa escapó por sus labios.
-Te prometo no hacer ese tipo de preguntas.
Sonreí. Ella no tenía la culpa de nada, sólo de hacer la pregunta equivocada. 

Caminamos por unas calles hasta que llegamos a una avenida donde transitaban muchos carros. Ella se quedó parada antes de cruzar la avenida y descolgó la guitarra de su hombro. 

-¿Qué hacemos aquí? -le pregunté.
-Venimos a matar tiempo.
-¿Por qué? 
-¿Tenías algo que hacer?
-No, pero no termino de entender que hacemos aquí.
-Estamos aprovechando el tiempo en hacer una fortuna. 
-¿Y cómo pretendes hacer una fortuna? -yo no estaba entendiendo nada. 
-Pues este es el plan, yo toco la guitarra y tu cantas. Así de sencillo. 
¿Entonces sólo quería que viniera para hacerle ganar dinero? El enojo estaba creciendo rápidamente en mi interior. 
-¿Sólo me trajiste para hacerte ganar dinero? ¿No puedes conseguir un trabajo para poder pagar tus gastos? -estaba enojada en serio. 
-¿Qué? -su tono era de confusión. 
-Yo no soy tu herramienta para ganar dinero. 
-No, tú no me estas entendiendo. Hagamos esto, hagamos esto y luego todo se va a explicar solo -sus ojos me miraron suplicantes. 
-De acuerdo -dije de mala gana. 

En ese momento Jessica se colgó su guitarra y empezó a caminar a mitad de la avenida. El semáforo recién había cambiado a la luz roja que indicaba el alto. 

-¿Con cuál quieres empezar? -me preguntó. 
-¿Qué? -dije esperando a que me dijera que todo era una broma. 
-¿Con cuál quieres empezar? -repitió. 
Al parecer estaba hablando en serio. 
-Luna, de Zoé -si iba a cantar quería cantar algo que me recordara a Poché. Jessica cerró los ojos y comenzó a tocar. Empecé a cantar. 

Y cuando te me acercas
Se acelera mi motor
Me das fiebre
Me hago fuego y me vuelvo a consumir
Dame solo un beso que me alcance
Hasta morir como un vicio que me duele
Quiero mirarte a los ojos

Luna
No me abandones mas
Que tiendo a recuperarme
En la cuna de tus cráteres
Silencio
Se abre la tierra
Y se alzan los mares
Al compas del volcán


Cuando acabé de cantar ella pasó entre los autos, al parecer les había gustado porque varios de ellos dieron dinero.  
Llevábamos tres horas en ese semáforo ella tocando y yo cantando. Habíamos juntado suficiente dinero. Jessica lo contaba mientras yo esperaba sentada encima del estuche de su guitarra. 

-Tenemos 75 dólares, genial nos fue demasiado bien -dijo ella mirándome. 
-Bien, ahora explícame que vas hacer con tu fortuna -yo ya estaba cansada. 
-Esta no es mi fortuna Daniela -dijo ella sonriendo. 
-¿Entonces? -pregunté poniéndome de pie. 
-Conozco un restaurante aquí cerca -me dijo Jessica mientras guardaba la guitarra en su estuche. 
Comenzó a caminar y automáticamente empecé a seguirla, ella no había respondido a mi pregunta. 

-Llegamos -dijo preparándose para ordenar. 
-No tengo hambre -le dije. 
-Espera -se giro hacía la chica que trabajaba ahí -quiero 30 hamburguesas con papas. 
Abrí los ojos sorprendida ¿Ella pensaba comerse 30 hamburguesas? 
-Bien, te preguntarás porque pedí tantas, tu rostro de confusión y sorpresa me lo dice. 
-Supongo que tu fortuna es la comida -yo no encontraba otra explicación. 

Ella iba hablar pero fue interrumpida. 

-Están listas. Se las pusimos para llevar como siempre -dijo ella con una sonrisa coqueta dirigida hacía Jessica. 
-Gracias -dijo Jessica tomando las bolsas y dando la vuelta para seguir caminando. 

-Ahora vamos a provechar realmente el tiempo. 

Vi que Jessica sacaba una bolsa con una hamburguesa y papas en su interior. Ella se acercó a una señora que pedía limosna. 

-Hola -le dijo Jessica a la señora acercándose a esta. 
-Jess -le contestó la señora. 
-Te traje comida, hace mucho que no te veía Dennis. 
-Ya sabes yo ando de aquí a allá.
-genial, me alegro de haberte visto, nos vemos y cuídate -le dijo Jessica. 
-Eres un ángel, cuídate pequeña -le dijo la señora. 

Me había quedado paralizada viendo lo que acababa de ocurrir. Me había perdido en mis pensamientos y cuando me di cuenta Jessica estaba unos metros mas adelante de rodillas frente a un niño y detrás de él había una pequeña niña que se abrazaba a su cintura. Caminé hacia ellos. 

-...es una para ti y una para tu hermanita -escuché que decía Jessica. 
-Gracias Jessica, Miriam y yo te lo agradecemos mucho -le dijo el niño. 
-¡Oh! No es solo gracias a mi, mi amiga me ayudó -dijo señalándome con la mano. 
-¡Vaya tu amiga es bonita! -dijo la niña -¿A caso no es tu novia? -Jessica soltó una carcajada y yo me sonrojé al instante. 
-No pequeña, es sólo mi amiga -dijo mirándome fijamente. En ese momento sonreí ante la inocencia de la pequeña y después fijé mi vista en Jessica, esta vez en lugar de mirar las vendas que cubrían su cara, miré sus ojos, eran cafés, casi verdes. Sólo había visto esa combinación en una sola persona. Poché. Pero eso no era posible, mi Poché había muerto en aquel accidente salvando mi vida. Mi atención regresó cuando vi a los niños alejarse tomados de la mano.

-Esa es mi fortuna -dijo Jessica mirando como se alejaban los niños. 
-¿Qué? -pregunté. 
-Llevas todo el día preguntando cuál es mi fortuna, no creas que antes no te he escuchado, sólo decidí que tu misma vieras la respuesta. 

Mi cara se puso roja de vergüenza, me había hecho una idea totalmente equivocada de ella. Pensaba que esa era su forma de vivir y estaba totalmente equivocada. 

-Mi fortuna es ayudar, invertir el tiempo que no voy a ocupar para hacer cosas buenas. A esos niños les brillaban los ojos al ver comida, a mi me brillan los ojos al ver que ellos por hoy tienen algo que llevarse a la boca. Esa es mi fortuna. Los padres de esos niños los matan de hambre los golpean los tratan de lo peor y así hay muchas personas con una historia. 
No sabia que decir.
-Yo lo siento -dije.
-¿Por qué lo sientes? -me pregunto ella. 
-Antes tenía un mal concepto de ti y de el porque hacías eso de tocar la guitarra. 
-Tranquila, no importa. Supongo que ahora tienes uno nuevo -dijo sonriendo. 

Esta chica era un total misterio, nunca pensé que dentro de ella hubiera tanta humanidad. Comenzaba a agradarme. 


EN TODAS MIS VIDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora