ERIKAEsto no era verdad... ¿Qué rayos...? ¿Len Baker? ¿Baker? ¿Anderson?
Sin fin de dudas bombardearon mi mente en ese momento.
No podía estar tranquila, para nada, sentía mis latidos súper rápido, estaba incluso temblando.
El me miro unos segundos y de igual manera vi sus ojos agrandarse al cruzarse nuestras miradas.
Luego respiró y vi que se relajó, quién como él que podía disimular aquello, mi tutor... Era el hombre con el que me besé en mi viaje.
-Muy bien jóvenes, esto no es algo a gran escala. Son cosas que deben saber y si son la clase de personas, en especial -Cambió su tono de voz -las señoritas, fresonas, y quejonas, les advierto que se han metido al lugar equivocado y no sé qué rayos están haciendo aquí. -su voz sonaba hermosa, aún la recordaba hace algunas horas atrás apenas nos habíamos visto.
Me estremecí y me sonroje al recordar sus labios sobre los míos. Empecé a mover mis pies para distraerme, no debía recordar nada de esa noche.
-¡Usted de allí señorita!-Gritó Len y me sobresaltó, al alzar la mirada vi que todos me estaban viendo y mi mirada se dirigió hacia Len, me miraba con superioridad con el ceño fruncido. Su mirada me daba temor.
De pronto ya no sentía mis latidos que golpeaban en mi cuerpo, mi aliento se me escapó de una manera rápida. Como si me hubieran golpeado en el estómago de pronto, sin avisar.
-Deje de estarse moviendo -dijo mirándome -esta es la Lección número uno, la más importante- ahora miró a todos en general -La posición de firmes es primordial para todo orden cerrado, siempre, al entrar algún militar con diferente jerarquía o rango, al salir a lista y revista en las mañanas o homenajes etcétera- y de esa manera todos rápidamente quitaron la vista de mí, me sentí vulnerable, me sentí la "hazme reír" y entonces sentí que algo dentro de mi estaba generándose...
Mire a mi alrededor con el rabillo del ojo, otros se movían... ¿Por qué regañarme a mí, habiendo otros tanto? ¿Hasta tal grado llegó la confianza como para usarme de carnada?
Y descubrí que lo que se estaba generando dentro de mí, era enojo e ira.
No me había dado cuenta en que momento la Sargento Goccia dejó el lugar, estábamos solos con Len. Oh, nuestro Tutor Anderson.
Pues muy bien...
Eso no se iba a quedar así, el me avergonzó y entonces me vengaré.
Empezó a hablar de la postura de firmes, y todos empezamos a copiarle, me sentí genial, en primera, pues porque ya conocía algunas de las órdenes militares, era mi sueño llegar a ser una mujer destacada en algún rango superior al que me encuentro, o al que se encuentra mi sargento Len.
Estar en firmes es dedicación a no moverse para nada, la mirada era hacia el frente al horizonte, si te hablaba un superior no debes mirarlo si estas en firmes.
-Nadie se mueve... -Repetía Len. Por el rabillo de mi ojo, miraba a mis lados, nadie se movía, ningún movimiento, esto se veía perfecto. Hermoso.
-¡Que no se mueva! -Gritó Len a continuación dirigiéndose a un muchacho. -¡Posición de lagartijas! -le ordenó.
Aquí venían los castigos.
-Señores, si no obedecen, para ganar su lugar de vuelta es pagar con sudor. Y si no saben a qué rayos vinieron, por favor hagan el favor de retirarse cuanto antes, y si van a aguantarse, tengan muy claro que aquí serán llamados por muchos nombres y como sus superiores quieran llamarlos, por lo general son llamados "potros" ¿alguien sabe por qué? -pregunto Len.
Iba a ser la señorita más destacada de la clase.
Alcé mi brazo firmemente sin otro movimiento más que mi brazo extendiéndose hasta arriba.
Len me cedió la palabra asintiendo, lo mire a los ojos, no debía pero quería ver su reacción, baje mi brazo.
-Somos llamados Potros por ser nuevos, novatos y no saber nada acerca de todo lo que ustedes, nuestros superiores saben, por ser descontrolados, como los caballos recién nacidos.
Todos voltearon solo la mirada hacia mí, sin mover su cuerpo y yo solo veía a Len, el alzó una ceja sorprendido, su mirada me encantó, me prendía de alguna manera, era una mirada extraña, sexy pero extraña, ceja alzada ojos diciendo "Ven aquí" y boca media fruncida.
-Muy bien... Potra -me dijo, desvío su mirada de mí y aplaudió para llamar la atención de todos- ¡Hey! ¿¡quién les dijo que voltearan!? ¡Mirada al frente! ¡Sino todos pagan!
Anderson 01 Erika 01
Empate. Esto me gustaba.
Después de tanta instrucción y mostrar todos los movimientos de orden cerrado empezamos a marchar, al principio fue horrible, nadie llevaba el mismo paso, a cada rato yo cambiaba el mío. Sentía que era la única que lo hacía bien, ah y junto con otro chico a mi lado, no recordaba su apellido pero es lindo. ¿Algo de shuck?
-Maldito Anderson... Debería dividirnos a los que ya saben de los que no... -se quejó mi compañero.
De alguna manera concordaba con él, tenía razón, deberían dividirnos.
-Si...
-¿Sánchez... no? -preguntó y asentí -Soy Sook, pero llámame Will.
-Erika... -le Sonreí medio volteándolo a mirar porque no podíamos estar moviéndonos ni mucho menos charlando en la marcha.
-Es un placer Erika, es un lindo nombre -Me alagó.
-¡SOOK Y SÁNCHEZ! ¡Lagartijas! -nos gritó Len desde su posición.
William y yo salimos de las filas corriendo hacia Len y nos pusimos en lagartijas, nuestras miradas hacia el frente, como siempre.
-Uno en cada lado mío -nos dijo. Y yo tuve que levantarme de nuevo, pasar frente a él y ponerme a su otro lado, me tiré al piso. -A tu cuenta Sánchez.
Conocía eso y aún no lo explicaba. Pero empecé.
A la cuenta de alguien es algo como al que tienen que seguir, si la persona que lleva la cuenta va súper lento, los demás que tienen energías no deben ni apresurarse, deben esperar.
Pero yo había entrenado lo suficiente como para tener la condición adecuada para lanzarme unas 100 lagartijas a mi ritmo.
-¡Uno! -tenía que gritar para los demás, bueno como solo tenía a William, pero quería lucirme, en ese momento quería ver las reacciones de Len, quería que viera que tenía a una alumna que ya estaba preparada para pasar al siguiente nivel y no niñerías de primer nivel.
-¡Treinta y cinco! -miré de reojo a William, él ya no podía, sus brazos le medio temblaban tenía que bajar mi ritmo.
-Arriba los dos -ordenó Len. Nos pusimos de pie y firmes -Incorpórense, Sook, deje de hacerse el payaso para llamar la atención -habló Len mirando a William quien se carcajeó y rápidamente se incorporó frente a él, se puso muy rígido y serio haciendo el saludo militar muy hermoso, con firmeza y buena vibra.
-¡Permiso Señor! -Dijo William en voz alta y se dirigió a su lugar ahora con una flojera muy notoria, parecía que se burlaba de Len.
Me agradaba la conducta de este chico, era casi igual a mi en época de secundaria. El vale madres de la escuela. Aunque ahora no me gustaría tener relación con alguien que pueda perjudicarme.
-Sánchez, espere un momento.
Estaba a punto de dar media vuelta para incorporarme cuando escuché mi apellido y no pensaba que era para algo bueno...
ESTÁS LEYENDO
Prueba Militar. Libro Uno ©
Teen FictionMi nombre es Erika Sánchez, a punto de cumplir 16 años, con un solo objetivo en la vida, llegar a ser una Teniente de la Marina, el proceso será largo y con muchos obstáculos, lo sé, pero en esos obstáculos no contemplaba a mi Sargento Len Anderson...