ERIKA
Mi corazón latía a mil por hora, aún en firmes, y sin querer mirarlo a los ojos, me puse frente a él, esperando su orden.
Sonrió, eso llamó mi atención, el sonido que su boca ocasionó al sonreír discretamente, me encantó, más que mi propia pasión por la milicia. Mis ojos se dirigieron a su perfecta boca, la cual ya había besado la noche de mi viaje.
¿Que carajos pasa conmigo? ¡Tiene novia Erika!
Aquello hizo volver a mi postura de firmes, poniéndome sería. Mi orgullo puede más conmigo, y aquí es donde me ayuda.
-Relájate... en descanso... -Me ordenó, no me miraba, me quedé en shock ante esa orden, relajé discretamente mi postura, en descanso, es similar al firmes, abriendo el compás de mis pies y pasando mis manos hacia el frente; mano izquierda agarrando la muñeca de mi mano derecha en puño.
Suspiró.
-Me impresionas... ¿Dónde has aprendido bastante sobre esto? -preguntó.
Tal vez podía mentirle... ¿tenía que contestar eso realmente?
-Mi padre fue militar, teniente de navío... Mi hermano también ingresó aunque más obligado... -hablé con la verdad al final, mi voz sonó delicada, amaba hablar sobre mi padre, podía contar una y mil veces las historias que él me contaba cuando llegaba de una misión, era lo máximo, quería ser como el, viajar... vivir... aprendí mucho de él hasta que... -Me enseñó todo lo que yo sé, el mar era su vida... y por sus historias de igual manera me enamoré.
-Eso suena muy bien, así que... -empezó, dudó un poco sobre sus palabras mientras hablaba -como ya tienes algo de conocimientos, quiero que me ayudes con el pelotón, tu serás la comandante, darás las órdenes cada que tengamos orden cerrado.
Asentí, pues no me quedaba de otra, la carga iba para mi.
-Si te equivocas en dar órdenes... tú pagas por tu pelotón. -dijo él, yo estaba a punto de protestar pero recordé que era mi superior.
-Si señor -Contesté.
-Bien, así me gusta, puedes incorporarte... -dijo, y empecé a caminar con menos ganas, me estaba chocando la manera en la que Len se comportaba aquí. Era irritante. -¡5...! ¡4...! -lo escuché gritar en un tono lento y cuando volteé para verlo vi que me fulminaba con la mirada, era para mi. Corrí hacia mi lugar.
Odiaba esas potreadas, cuando él llegara al número 1, luego pasaría a 10, y luego 20, sumándole siempre 10, que significaba la cantidad de lagartijas que tenía que hacer por ser lenta.
Len nos dio un pequeño descanso de 10 minutos, todos se sentaron, estaban cansados, yo no me sentaría tenía que seguir estirando, si me sentaba perdía fuerza. Len me dejó a cargo del grupo mientras estaba hablando con una mujer, muy hermosa, tal vez ella sea su novia, vestía de blanco, tocado blanco, guerrera blanca, falda blanca, zapatos blancos, era de tez blanca, cabello castaño, ojos azules, muy bien maquillada al natural, labios rosa. Ambos sonreían amistosamente. Tenía envidia a toda mujer aquí con rango, y yo... una niña de 15 años, con apariencia de 18, pero eso no cambia el hecho de que soy... una niña. Aún. Iba para mis 16, ya mero el primero de septiembre.
Nuestro orden cerrado terminó después de unas marchas más con Len. Nos dirigimos a nuestras habitaciones a ducharnos.
⚓️⚓️⚓️
Lunes 08:35 am
Después de haberme duchado, me puse un pantalón de mezclilla, con una polo negra, fajada y con cinturón y gorra negra, tenía que bajar al comedor a desayunar, a las 9:30 era el pase de revista para ir a nuestra primera clase a las 10 am. De ahí hasta las 2pm tenemos un descanso de 2 horas libres, regresábamos a clase a las 4 y salíamos a las 6pm.
Nuestro día si que era muy pesado aquí en la marina. Pero esto era lo que amaba. Las clases eran lo normal, no era la más inteligente, pero si una intermedio, esta vez mi enfoque era ser responsable, como ya había dicho. Sin interrupciones. Había una chica muy inteligente Walker, Emma Walker, suponía que era como mi rival, no estaba en mi grupo de orden cerrado, y que bueno, porque le iba a enseñar de lo buena que era. Me lanzaba miradas de odio.
Cuando sonó la campana del descanso, ya eran las 2 pm, el almuerzo, Emma se puso delante de mi, poniéndose de brazos cruzados, ella era alta, belleza de mujer lo admitía, buen cuerpo, hermoso rostro, parecía el de un ángel.
-Tú estás en el grupo A, ¿verdad? ¿Con el sargento Anderson? -preguntó. Yo asentí confundida, ¿porque quería saber eso...? - así que... cuéntame... ¿Le has mirado el paquete que se trae delante? -mis ojos se abrieron de sorpresa ante aquello, definitivamente eso era algo en lo que jamás me había fijado, el tener contacto íntimo con una persona no era algo que me llamara la atención, mis fetiches solo han sido besos y uno que otro roce nada más, no soy la clase de pervertida que sé anda fijando en eso y pensando en esas cosas, en definitiva.
Negué.
-Hay por favor... ¿es en serio? Que aburrida eres... después de todo no eres como tú hermano, él era el chico más caliente de esta escuela, se acostaba con todas las chicas, incluso se llegó a acostar con mi hermana mayor... y... me contó que...
No sé de donde saqué las fuerzas para darle un golpe con mi puño justo en su bello rostro. Ella cayó al suelo, me enojé bastante ante el comentario que Emma me dijo.
Eso era mentira... mentira... mi hermano...
Tenía a mi hermano muy arriba de mi, salió de esta escuela con buenos honores, y no iba a permitir que una chica que no lo conoce mejor que yo dijera mentiras de él...-¡SEÑORITA SÁNCHEZ! -Gritó la sargento Goccia, caminó hacia mí, agarrando de mi hombro y guiándome por el pasillo, no sabía por donde me guiaba, mis pensamientos estaban vagando por algún recuerdo en mi mente.
Sentía que ya había caminado muchos pasos.
-¿Estás en tu oficina? -habló La sargento a través de un Walkie-Talkie, la persona del otro lado le respondió algo que no logré escuchar -Voy para allá. -afirmó y guardó el aparato.Un minuto después y desperté del trance cuando la puerta de una habitación se abrió haciendo un sonido chirriante, y La sargento ingresándome y ella detrás de mi, miré al escritorio delante de mi, y a la persona girando al momento cuando la sargento cerró la puerta, Len se puso de pie al mirarme en las garras de La sargento.
-¿Sucedió algo? -preguntó el sorprendido de que yo me encontrara en aquella habitación o de que yo me encontrara en las garras de ella. Len miro a la sargento Goccia, de una manera diferente a cómo lo veía, se notaba serio, pero no como lo acostumbré a ver en la mañana, este modo era... parecía real. Sin fingimiento.
-Golpeó a una alumna en el rostro, merece una sanción, ya sabrás que hacer Anderson...
-¡ELLA ME PROVOCÓ! -interrumpí de manera improvista, no era mi culpa, no iba a caer en el hoyo yo sola, tenía que arrastrar a Emma igual, ella habló de mi hermano, nadie se metía con el, y mucho menos con mentiras.
Si, estaba enojada, muy enojada.
-Guarde silencio Sánchez- Me calló Len, me quedé perpleja que él no me haya apoyado, bueno, no podía, no nos conocíamos, no realmente, aunque una parte de mi pensaba qué tal vez en nuestra pequeña conexión pudimos haber entablado una pequeña amistad... pero no.
-Ve qué haces con ella Anderson, me retiro -La sargento se fue dejándome en oficina de Len, eso era, una oficina, muchos libros en las estanterías, diplomas, fotografías, cajas, trofeos, hasta su cuadro de graduación con todos sus compañeros de su época. Una puerta cerrada de su lado derecho, suponía era un armario, o baño, que se yo.
Pero bueno.
Genial... este había sido mi primer día... y empecé con el pie izquierdo... grandioso.
ESTÁS LEYENDO
Prueba Militar. Libro Uno ©
Teen FictionMi nombre es Erika Sánchez, a punto de cumplir 16 años, con un solo objetivo en la vida, llegar a ser una Teniente de la Marina, el proceso será largo y con muchos obstáculos, lo sé, pero en esos obstáculos no contemplaba a mi Sargento Len Anderson...