♥ Capítulo dos punto uno: El beso de un experto

78 10 2
                                    




ERIKA.

Len Baker... Un nombre sexy.

Empezamos a platicar cosas comunes, de donde veníamos, y lo que nos gusta, no quería decirle que me iba a meter como militar en un internado, eso es... Supongo que para ellos... Poco femenino y para no llamar tanto su atención porque literalmente el bestia casi lo que me gustaba, se me había bloqueado la cabeza ya que siempre me valía lo que la gente pensaba de mi vida, pero este hombre, me hacia olvidarme de hasta que existo.

-Espero que nos volvamos a ver... Me ha encantado conocerte... Fue un placer -dijo con un tono demasiado sexy, su playera estaba tan pegada que resaltaban sus marcas de sus músculos, hacia ejercicio... Mmm... Que bien.

-A mí también me ha encantado... -dije sin apartar la mirada de sus ojos, quería meterme más al fondo de ellos, quería que nunca se olvidara de mi rostro y siempre que mire algo o a alguien le recuerde yo.

-Ya que vamos a la misma ciudad... Quisiera pedirte tu número telefónico -me pidió y me congelé en ese instante.

¡¡¡Fuck!!!

Grité en mi interior, no tenia miedo de dárselo, ni nada por el estilo, lo malo es que en el internado no permiten dejar entrar celulares, y yo quería ponerme en contacto con Len, porque me estaba empezando a gustar.

Si, ya se había dicho que ningún chico se iba a meter en mi vida, pero Len parecía de esas personas que no tienen una relación formal y solo están de aventureros, y estar con una persona así no me afectaría en nada, solo era un juego de adultos, se que no soy adulta pero parezco una, ya me lo han dicho y me han confundido por eso.

Regresando al tema de antes, no estaba segura si darle mi número o no, y entonces decidí romper una regla del internado.

Iba a meter mi celular cueste lo que cueste.

Le di mi numero y el me dio el suyo, lo guarde como: "Len B :3" estuvimos platicando varios minutos hasta llegar a Veracruz, aun faltaba llegar a la terminal.

Quería hacer algo antes de despedirnos y tal vez ya no nos podamos ver más. Me acercaba lentamente a el, cada momento que platicábamos y no sabía si era mi imaginación pero el también lo hacia.

Entonces no sabia si hacerlo o no, estaba dudando, nunca en mi vida me había enrollado con un adulto, siempre eran muchachos de mi edad, pero ahora mis deseos eran diferentes, sentía que los hombres mayores tenían mas experiencia, mejor que la de un muchacho de mi edad que puede que no sepa nada.

-¡Mira en la ventana! -me dijo apuntando con su mirada y su dedo índice hacia la ventana, no dude ni un segundo en voltear a mirar hacia donde apuntaba, ya que su reacción me convenció.

Pero no había nada en la ventana, ¿qué quería que viera? Me pregunté confundida, entonces al voltear de nuevo hacia el rostro de el, sin ninguna pequeña pausa y sin permiso él se apodero de mi boca.

Me besó, me quedé en shock al principio, eso era lo que estaba pensando y deseando en todo este tiempo pero mi timidez volvió a revivir y estaba dudando en hacerlo, pero gracias ahora estaba haciéndolo, y todo gracias a él.

El no dudó para nada, sus ojos estaban cerrados, sus manos fuertes y grandes estaban a cada lado de mi rostro jalándome hacia él e impidiendo que me separara de su boca. Su beso fue profundizándose más, abriendo el interior de mi boca con su lengua, yo me dejé llevar por el momento, me sostuve de su playera.

Su beso fue mas rápido, su lengua exploraba cada lado de mi boca, sus manos fueron bajando lentamente a mis brazos y pasando a mi cintura metiéndose debajo de mi blusa y subiendo, y subiendo hacia mi sostén. Sus dedos recorrían mi piel, sus toques fueron como cargas eléctricas. Me estaba volviendo loca por este hombre. No soy la clase de chica que toque por principio, si me dejo tocar y es diferente.

Su beso se suavizó, ahora succionaba mi labio inferior con sus labios. Yo no quería abrir los ojos, por un momento me sentí avergonzada, estábamos haciendo esto en un autobús, lo bueno que ya estaba oscuro y ningún pasajero estaba despierto.

Len se separó de mí, apartando sus manos de mi cuerpo, yo lentamente abrí mis ojos y lo miré . Me sonrió.

-Definitivamente quiero verte en estos días... -dijo y esas palabras hicieron inquietarme más.

Prueba Militar. Libro Uno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora