♥ Capítulo once punto uno: A punto de perderme

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ERIKA

-Yo... -dije resoplando.

-¡Contesta! -alzó la voz, se acercó a mi como una fiera, me agarró de mis hombros jalándome hacia él, me hizo bajarme de la mesa y me llevó a la cama enojado, me empujo no con mucha rudeza.

Yo caí en la cama sentada, asustada, no podía hacer, mi cuerpo en ese momento no reaccionaba ante un nuevo Len saliendo a flote, esa personalidad... después de todo, brotó nuevamente mis antiguos defectos de ser callada y tímida, solo que no la aplicaba nunca porque... no había quien me intimidara, pero Len... Len si lo hacía... y ahora más que nunca.

Reaccioné y me alejé de él, ayudándome con mis pies para empujarme fuera de su alcance. Pero él reaccionó y me agarró de mis tobillos jalándome nuevamente cerca de él.

-¡No! ¡Suéltame! -dije en voz alta, forcejeando con mis pies.

Él se subió a la cama, estaba sobre mi, mientras yo seguía gritando "no" él me tapó la boca con su mano izquierda, apoyándose en su codo.

-No hagas ruido, podrían escucharte... -Susurró. Su voz ya no me daba confianza, sus actos ya tampoco me transmitían confianza, él era otra persona a la que yo había conocido en este pequeño periodo de tiempo.

Este era un Len agresivo, manipulador e impulsivo y sus agarres dolían, y tenía miedo que en este preciso momento quisiera lastimarme de una manera que ya no me gustaba, mi cuerpo empezó a enfriarse, ya no estaba caliente, ya no sentía que mi parte baja palpitaba, ya no lo deseaba y esa idea de que quiera aprovecharse de mi no me gustaba, ya no quería hacer nada con el, no de esta manera y no a su manera.

Yo estaba forcejeando, quería liberarme fuera de su agarre pero su cuerpo me lo impedía, mis manos estaban entre su pecho y el mío.

-No creo que seas virgen... -susurró, sus ojos parecían que estaba en otro mundo y no en la actualidad, esto me daba miedo, hubo un momento de silencio en dónde nuestras respiraciones coincidían y despegó sus labios -y voy a averiguarlo ahorita...

¡¿QUÉ?!

Me quedé paralizada por un momento al escuchar sus palabras. Solo sentí sus movimiento, su mano derecha la llevó por mis caderas, buscaba mi bóxer, y cuando tocó la tela, luchó para bajarla entre mis piernas, y cuando me las quitó finalmente me abrió las piernas, yo intenté hacer fuerza para mantenerlas en su mismo lugar, pero el logro meterse dentro de ellas, ahora si sentía miedo, su fuerza no se comparaba con otra antes.

Estaba mirándolo perdidamente, así iba a acabar, mi virginidad... siendo abusada por alguien a quien apreciaba pero a la vez odiaba.

Esto no era nada como me lo había imaginado, igual no quería como algo romántico, quería que fuera una decisión entre la persona y yo. Estar de acuerdo los dos para ese paso.

Su mano estaban jugando entre mi parte baja y la de él, estaba tocándome con sus dedos suaves, me tocaba ahí abajo, primero por fuera, luego sentí como se adentraban dos de sus dedos más adentro,m y seguía jugando, cuando ya no lo sentí, escuché cómo bajaba nuevamente su bragueta, aquí venia...

No logré ver nada, pues mi mirada la puse fija en la pared, si así acabaría todo, que sea rápido y verlo.

Entonces sentí la piel, estaba caliente su miembro, en el fondo de mi ser quería ver cómo la tenía, pero estaba inmóvil, mi cuerpo no reaccionaba.

Su miembro en mi vagina... y reaccioné.
¡No quería esto! ¡No así!

Pero no daba a mas. El apartó su mano de mi boca, creo que sabía que ya no tenía fuerza.

Prueba Militar. Libro Uno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora