9. ¿Qué es lo que quieres?

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Lo observaba desde el sofá reclinable, el estaba descansando en el más grande, su pecho subía y bajaba constantemente, sus ojos estaban cerrados y sus pestañas tocaban sus pómulos,su boca estaba entre abierta, y su pelo rebelde caía sobre su frente, se veía totalmente serenó. Era de esos chicos que podían estar haciendo nada y se veía extremadamente guapo.

—Deja dé acosarme.—abrió un ojo y me observó.—Entiendo que estes loca por mi, pero no es necesario que me observes dormir.—me sonrió.—No es la mejor forma de mí, podrías verme desnudo.—levantó sus cejas coqueteándome

—Solo observaba como tu baba moja la almohada.—se levantó de un saltó y observo la almohada, me miro con los ojos entrecerrados.—Aquí la única que babea eres tú, por mí.—rodee los ojos

—A mi solo me dan arcadas de asco, por ti.—ataque

—Eso no decías hace unas noches...¿recuerdas?.—me sonrió desafiante.—Cuando me pedías que te lo hiciera mas rápido.—mis mejillas comenzaron a tornarse de rojo, desvíe mi mirada.—¡Oh! ¡Damian! ¡Oh si!.

—Eres un maldito imbecil.— sentía como la piel de mi cara ardía de enojo y vergüenza.—Seguro me estas confundiendo con otra chica, porque yo no recuerdo haber dicho eso, si no sentí nada cuando lo hicimos.—trate de herir su orgullo. Una carcajada salió de su boca y me miro con diversión en sus ojos.

—No te estoy confundiendo, eres la única con la que he estado estos meses.—me quedé helada. No le creía nada, Damian era un mujeriego, y yo había caído en su red.—No te estoy mintiendo

—Claro.—espete sarcástica.—Demuéstralo

—No se como

—Es claro, no sabes porque no es verdad

—Si lo es, no he tocado a ninguna mujer aparte de ti.—parecía molesto.—Y eso me frustra, ¿sabes?... antes de que llegaras yo estaba bien.—Auch.— No me quedaba a dormir con ninguna chica, no le hablaba de mi trabajo a nadie, no salía con ninguna de ellas, solo era sexo.—pasó su mano por su cabello.—Pero tú.—se levantó y se acercó a mi.—Tú haces que todo sea diferente, antes mi vida estaba en calma, tu has hecho un desastre con ella.—lo miré dolida

—Vale, gracias... esta claro que arruine tu vida.

—No, estas entendiendo mal Jane... quise decir.—Me levanté y lo enfrenté. Las lagrimas estaban llenando mis ojos, pero no iba a permitir qué salieran

—Solo cállate, Damian.—dije fría, me alejé de él unos pasos.—¿Sabes?... yo no quería venir aquí, no estaba en mis planes conocer a un imbecil que sólo quiere jugar conmigo, no estaba en mis malditos planes enamorarme de ti.—admití sorprendiéndolo a el y a mí, al parecer así era, en el fondo estaba enamorada de Damian y sus estúpidos encantos, trató de acercase a mi pero me alejé.— Tu también has arruinado mi vida, mi vida no era tan complicada.—mis palabras salían con odio y dolor.—¿Porque apareciste, Damian? ¿porqué no nos dejaste a mi madre y a mi? No necesitábamos de tu ayuda, de no ser por ti yo estaría en mi pueblo.— en su rostro había dolor, pero no por mucho, su rostro nuevamente estaba serio.

—¿Crees que lo hice por ti?.—su voz era neutra, ya no tenia ninguna emoción en ella.—Lo hice por Tara, no por ti.—me miro con asco.—Tu no me importabas, solo eres una niñita caprichosa.

Mi pecho subía y bajaba, las lagrimas estaban a punto de salir, tome una bocanada de aire.—Te odio.—le grité.—Odio haberte conocido.—Las lágrimas bajaban por mis mejillas, Damian lo notó y por un momento pensé que le dolía verme así, pero solo me observo sin ninguna emoción en su rostro.

—Como dije, una niñita caprichosa.

—Vete a la mierda, Damian... No entiendo como me llegue a enamorar de alguien como tú.—reí histérica.

—Lo mismo digo.—lo mire confundida.—Estoy enamorado de ti, Jane.—bajó su mirada. Bufé frustrada.

—¿Qué es lo que quieres, Damian?

—A ti, Jane.—su voz era desesperada.—¿No lo entiendes? Solo a ti Jane, si volviste mi vida un desastre, esta patas arriba, pero me encanta así, haces que todo sea diferente, que todo sea mejor.—se acercó a mi y me tomó las manos.—No he estado con ninguna otra mujer desde que te conocí porque no quiero, tu llenas mi vida.—las lágrimas volvían a salir de mis ojos, Damian las quitó con sus pulgares.—Me vuelves totalmente loco.—apoyó su frente en la mía.

Observé sus ojos, tenían un brillo en ellos, era increíble como con una mirada podías descifrar las emociones de las personas, pero con Damian era difícil entender lo que sentía, casi todo el tiempo su rostro era serio, no sabía porque ocultaba sus emociones.—Di algo, por favor—habló nuevamente.

—No se que decir.—No encontraba como ordenar mis palabras

—Di que me quieres.

Su mano subió hasta mi rostro y acaricio mi pómulo derecho con su pulgar, me atrajo hacia el con su brazo libre y me beso suave y brevemente, antes de decir las palabras que jamás pensé escuchar de su boca.

—Porque yo... te quiero

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Gracias a las chicas que han agregado esta historia a su lista de lectura ;)

EL MEJOR AMIGO DE MI MADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora