capitulo 23

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Retomó su trabajo, ignorando por completo la presencia de aquel hombre que aunque no negaba, le encantaba, no podría perdonar jamás

-Flavia por favor perdoname

-no Dante, eso jamas sucederá así que mejor largate, entre tu y yo no podrá existir nada nunca mas

-por favor

-¡ruega lo que quieras que de nada te servirá, enserio no puedo creer como has podido ser tan imbecil de dejarte mangonear por ella, parece que ni siquiera la conocieras después de tanto tiempo, dejas mucho que desear, enserio!

-¡ya se que me equivoqué, se que no debí creerle pero lo lamento, Flavia te amo!

-¡pues yo no imbécil asi que largate y dejame en paz, te advierto que aunque sigas hablando ya no te prestaré atención!- antes que pudiera objetar su amenaza Flavia se retiró del lugar

Llegó a su casa, al entrar fue recibida por una extraña escena que no se hubiera esperadoy que sin embargo la hizo reír al instante, había contratado a una niñera pero de ella ni sus luces, por el contrario encontró a Lía jugando, saltando y riendo al rededor de Renzo quien no oponía resistencia ante nada, y ya tenia tres coletas mal puestas en el cabello

-hola - saludó el hombre mientras reía

-hola... ¿Que hay con la niñera?

-le dije que se fuera, ¿que acaso no confías en mi?

-no, por supuesto que si, claro que confió en ti es solo que me sorprende, digo, jamas creí verte así - no pudo evitar reír mientras señalaba los adornos que yacían al borde de la caída sobre su cabeza

-bueno ¿que quieres que te diga?, no puedo resistirme a esta pequeña- la niña lo abrazo y él jugueteo con ella

-vaya, vaya, eso si que es una sorpresa, en fin, necesitamos hablar... Ven con mamá pequeña - hablo dulce a su hija quien de inmediato corrió hacia ella, se sentó en el sofá y Renzo se acercó hasta quedar frente a ella y quitarse los adornos

-¿problemas?

-Dante llegó

-¡¿que?!, ¿a la galería?

-si, me contó una falsa excusa, bueno no se si sea falsa o no pero ridícula si, se supone que Venecia con ayuda de Bianca me dieron por muerta y él les creyó, no puedo ni imaginar el grado de estupidez que debe tener como para, aun sabiendo como son ambas arpías, creerles cualquier tontería que deseen inventar

-cierto, él decidió creerle, él perdió. Escucha estoy mas que feliz por tu decision, definitivamente tu mereces algo mejor, piensalo, estas abriéndote camino en el mundo del arte, eres joven, irrealmente hermosa y por si fuera poco, mas que inteligente, es cierro que tienes una hija pero que importa, tienes todo lo que cualquier hombre desearía en una mujer

-¿un hombre como... Tu?

-bueno, no puedo negarlo pero no solo yo, Flavia, tu sales y robas miradas a donde sea que vayas, no estas para ser la segunda sino la única, te mereces solo lo mejor y es obvio que en eso no va Dante

-lo se, me duele y se que me será difícil superar todos mis sentimientos hacia él pero no tengo opción, no pienso dejar ahora que mis sentimientos me traicionen, eso jamás volverá a ocurrir, de ahora en adelante solo viviré para mi trabajo pero sobre todo para mi hija, nada mas

-me parece, me gusta, me encanta tu nueva forma de pensar

-vete acostumbrando porque esta soy yo de ahora en adelante

-con gusto lo haré. Cambiando de tema y antes que se haga tarde me voy

-bien, entenderás que por mi hija preferiría ya no acompañarte al Paradise, entiendo si con eso dejamos atrás nuestro acuerdo

-para nada, tu no te preocupes que vayas o no, la mitad tuya y la mitad mía

-perfecto, entonces suerte, ojala se llene el lugar

-esperemos que así sea -salió dejándola sola con su pequeña en el regazo

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Dante estaba desesperado, sabia que no seria sencillo que Flavia volviera a creer en él pero jamas se hubiera esperado sus duras palabras, cierto que fue un idiota pero nunca imagino la nueva forma en la que aquella mujer que sin duda era su gran amor, lo veia

Cuando llegó a casa no le sorprendió ver a Venecia esperándolo desesperada en la puerta

-¿a donde fuiste?

-que te importa

-¡uy!, parece que te fue mal, dime, ¿acaso tu amante te rechazo?

-Venecia callate- sin mas subió a su recamara

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-bien señor Crosetti, ya esta listo el documento, supongo que sera usted quien lo entregará

-si, yo veré la forma para obligar a Venecia a firmar

-perfecto, espero entonces que todo vaya bien

-yo igual- salio de la oficina de su abogado y se dirigió a su casa, ya era lo único que tenia que hacer para poder ser libre al fin, en sus manos tenia ya el documento firmado por él que certificaba su divorcio, su libertad

Bianca estaba lejos, Broggi estaba muerto, si, aunque él mismo quiso acabarlo con sus propias manos tras creerlo el asesino de Flavia, no lo hizo sino que lo hundió como una rata dispuesta a refundirse en prisión, donde a los tres días un narcotraficante a quien le debía mucho dinero, lo asesinó

Sus hijos desaparecieron de su vida, solo Venecia sabia donde estaban pero a pesar de todo ya no le importaba, ellos se habían enterado ya que no era su padre y tras discutir le declararon su eterno odio y rencor junto lo poco que les importaba lo que hiciera o no, dejaron claro que no querían tener absolutamente nada que ver con él

-¿que es esto?

-firmalo

-¡Dante esto es el divorcio!

-si, firma

-¡ni loca!

-loca ya estas, firmalo

-¡no lo haré, no puedes obligarme a hacerlo, yo te amo!

-deja de decir eso y firma ya el maldito documento

-¡no lo haré!

-si no firmas Venecia te juro que me encargo de arruinar por completo tu reputación ante los medios y tus queridas amigas

-no te atreverías

-no me tientes, no sabes cuanto me ha costado controlar mis deseos de matarte pero de hacerlo el perjudicado seria yo aparte no soy un asesino como tu ¡así que mejor firma de una puta vez todos los papeles!

- firmare pero aunque te separes de mi creeme que nunca seras feliz, no con esa estúpida, ella te odia, dudo mucho que eso se le pase- sujetó el papel y plasmo en el su firma, al fin estaban legalmente separados...

Mi Dulce Pureza  (BTS Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora