capitulo 30

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Dulce Pecado...

-no Dante, yo ya no soy yu dulce pecado, tu... Tu me traicionaste -  se levantó de golpe, el simple hecho de sentirlo cerca, de absorber su olor la debilitaba, no podría permitirse ser débil

-¡entiende que me hicieron creer que habías muerto!

-¡pudiste haberte asegurado de ello!

-¡eras tu Flavia, ellas lograron que esa mujer quedara como tu reflejo, además solo la vi cuando yacía en el ataúd!, ¿no puedes entender que me sumergí en el dolor de creerte realmente muerta, de pensar que todo lo que vivimos fue casi como un espejismo, algo que jamas volvería a suceder?

-¡no, y no puedo perdonarte el haber metido a nuestra hija a casa de esa tipa!

- ¡Lía jamas estuvo expuesta a Venecia, nunca, te juro que absolutamente nunca deje sola a nuestra hija!

-no lo se Dante no se nada, solo se que no puedo perdonarte, no tan fácil

-escucha, yo... ¡Se que soy un maldito imbécil de mierda que por estúpido nuestra felicidad se truncó, que no supe cuidarte, que te traicione si, lo acepto, te traicione pero no de la forma en que crees, jamas la toque, dormíamos separados, para mi era simplemente compartir casa, la peor estupidez si pero lo hice y reconozco mis errores, seque no debí quedarme de brazos cruzados pero mi mundo se derrumbo en cuanto te crei muerta, joder Flavia para mi lo eres todo, te amo u te necesito conmigo, dame una ultima oportunidad por favor, te juro que corregiré todos mis errores, o al menos los que pueda, por favor Flavia, por favor!- sin mas apresó sus labios en un contacto que ninguno negó, ninguno evitó, ambos lo deseaban, lo necesitaban, Dante la recostó lentamente sobreuna de las camas, se besaban sin parar, sin siquiera reparar en el lugar que se encontraban, nada importaba, todo el mundo podía desparecer en ese instante lo único que deseaban era dejarse llevar por la pasión y fundir sus cuerpos, nada mas

Flavia llevaba su bolso consigo y este vibro, era su celular, la llamaban y ella simplemente arrojó el bolso hasta un lugar donde no le interfiriera, le  desabrochó el saco y se lo quito a toda prisa, en cambio su vestido era mas difícil de quitar por lo que Dante optó por simplemente levantarle la larga falda y de un ágil movimiento bajo sus bragas, llevó una de sus manos hasta esa parte que tan bien conocía en ella, de inmediato logró que sus gemidos salieran excitándolos aun mas, Flavia, con una mano enredada en su rubia cabellera perfectamente recortada, desplazó la otra hasta el cierre de su pantalón y logrando quien sabe como bajarlo, logró con agilidad y dificultad descubrir su mas que endurecido miembro. Dante apartó su mano para poder poseerla al fin, al fin seria suya, solo suya como siempre debió ser

-¡Flavia!- la pareja se separó de golpe tratando de acomodar torpemente su ropa

-¡mamá!- Florencia estaba mas que sorprendida, su hija le había jurado olvidar a aquel hombre y ahora caía así de fácil, no era su asunto claro, y no pretendía interferir en la felicidad de su hija pero ya había sufrido demasiado a su lado, tanto como para volver a tropezar con la misma piedra, ella no se lo permitiria. Se acercó, sin remedio Dante se levanto y se volteo para acomodarse la ropa y Flavia se incorporó arreglando su vestidura

-esto es increíble, en serio- sonaba indignada- arreglate bien esa falda y vamos, te hemos estado buscando como locos, ya están todos los invitados y debes aperturar el lugar

Dante se maldijo por no haber sido mas rápido en su encuentro, Florencia mientras caminaba junto a su hija lo miró por encima del hombro, habría jurado que casi podía matarlo con su mirada, era seguro que no tendría fácil recuperarla pero lo lograría. Salió minutos después y tomó su lugar entre los invitados,  se sintió observado, algo lo incomodaba, volteo a su alrededor hasta toparse con esos ojos azules que lo amenazaban y coqueteaban a la vez, Venecia estaba ahí y eso no era ninguna buena señal, algo planeaba contra Flavia, la conocía bien y era seguro que lo había llegado solo para ver, algo le haría por lo que prefirió no perderla de vista, en cualquier momento intentaría alguna de sus artimañas y lo evitaría a como fuera

-muy buenas noches tengan todos, sean cordialmente bienvenidos a...- Flavia inició su discurso, su bella voz lo mantenía hipnotizado pero, ¿que hacia ese hombre ahí, a su lado?, no entendió porque Renzo Neri estaba ahí de pie junto a su Flavia, ¿que papel jugaba él en todo esto?, peor aun, ¿por que era Renzo quien estaba junto a ella al frente y no él? No pudo evitar que una oleada de celos lo invadieran, algo no andaba bien y menos por la forma en que él la miraba, era evidente para cuqluiera que lo viera que se la comía con la mirada, la veía dulce, enamorado y deseoso, no lo dudo mas, Renzo quería con ella pero él no estaba dispuesto a permitirlo

-es por eso que decidi crear esta fundación la cual llevará por nombre “Musas de Azzara”, un lugar, un hogar, un refugio para aquellas mujeres que lo necesiten, pero principalmente para aquellas que son madres solteras y las trabajadoras del sexo, aquí encontraran la paz y calma que necesiten, recibirán ayuda, existirá el área de guardería para los niños que vengan con sus madres, ayuda psicológica y cursos o capacitaciones para aquellas que no cuenten con una forma de ganarse el sustento y deseen superarse por medio de un oficio, aquí encontraran todo lo que necesiten para poder salir adelante, sin mas preámbulos doy por inaugurado este proyecto, Musas de Azzara abre sus puertas - Flavia calló dando paso a los aplausos que inundaron el lugar, frente al jardín se había colocado un listón rojo que servía para simular la apertura, Florencia le entregó las tijeras y ella junto a... ¡Junto a Renzo cortó el listón, aplaudieron y luego él la besó frente a todos!..

Mi Dulce Pureza  (BTS Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora