Un rayo de esperanza en la oscuridad

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El trío Rocket bajó por la escalera hasta el fondo para encontrarse con un largo túnel con una luz en la distancia. Se movieron hacia él hasta encontrar una bifurcación con un pasaje que iba hacia abajo y el otro hacia un lado. Dos señales en un poste apuntaban hacia cada uno, con las palabras "Audiencia" y "Participantes".

- Muy bien, creo que yo los veré después. – dijo James asintiendo. Se dio hacia la vuelta y agarró el camino que iba hacia el costado mientras Jessie y Meowth bajaban por el otro.

El agente masculino se fue tarareando una cancioncita mientras bajaba por el camino hasta llegar a una mesa donde pagó por su boleto. Al ver el traje que llevaba puesto como disfraz, la mujer que dirigía el puesto le preguntó:

- ¿Qué hace un tipo de la alta sociedad como tú aquí?

- Solo vine a ver algunas peleas, hacer algunas apuestas, lo usual. – respondió en un tono indiferente. – ¿Hay algún corredor de apuestas aquí?

- Eh, estoy segura que alguien habrá entre la audiencia buscando registrar las apuestas.

...

Jessie y Meowth tomaron sus números de competidores tras pagar la cuota de entrada y poner sus nombres en un portapapeles con el número correspondiente de la mesa que les tocaba y siguieron adelante. El encargado levantó una ceja por la apariencia de Meowth, pero el Pokémon disfrazado solo respondió que así había nacido. Se encogió de hombros y replicó que mientras pudiera competir, no importaba cómo luciera. Los dos llegaron a un cuarto circular con reflectores encendidos desde arriba. Ya había varias personas adentro, y Jessie miró su propio número, grabado en una bola de metal del tamaño de la palma de su mano.

- Número 15... Sr. Pokémon, ¿qué número te tocó a ti?

- El 16. – gruñó Meowth, sin estar muy feliz con el alias que sus compañeros le dieron para que entrara. – Espero que haya algún sorteo. No tendrá mucho chiste si los dos entramos y terminamos peleando entre nosotros en la primera ronda, ¿verdad, "Rachel"?

El sonido de un interruptor encendió una lámpara solitaria, atrayendo la atención hacia un hombre de edad mediana en con un abrigo negro y sombrero de copa, sentado en una silla elegante sobre una tarima levantada entre las tribunas, con dos guardaespaldas flanqueándolo. Tenía cabello veteado de gris y un bigote bastante bien arreglado. Un maletín descansaba en su regazo y un bastón con punta de plata en su mano, con un dedo tamborileándolo mientras veía a los participantes.

- Bienvenidos todos a mi torneo. – dijo con una voz bastante imperiosa. – No tienen que preocuparse por mi nombre. Simplemente véanme como su anfitrión esta noche. Todos ustedes solo han venido con un propósito a este lugar: entretenerme con sus batallas y probar quién es el más fuerte entre los del bajo mundo de Kanto por mi dinero. – Su bigote se curvó mientras la comisura de su boca se levantaba. – Ya sean criminales, desesperados o si simplemente estén aquí por las batallas, el ganador saldrá de aquí con el premio de cinco mil dólares. – Tocó el maletín en su regazo como una mano para hacer énfasis en la última parte.

...

James echó un ojo al público y tomó nota de aquellos que tuvieron reacciones visibles al premio en efectivo y sonrió en privado para sí mismo. Tantos reclutas potenciales entre los que venían por el dinero, ya fuera por codicia o esperanza de salvación. Estaba plenamente consciente del bono que les daba Giovanni a aquellos que se unían al Equipo Rocket. Estaba destinado a personas que estaban desesperadas por dinero para pagar deudas o que pudieran ser compradas.

- "Lo único que necesito es elegir a los mejores combatientes." – pensó James.

- ¡Hagan sus apuestas! ¡Hagan sus apuestas! – Se volteó para ver a un hombre con una gabardina gris y sombrero fedora a juego caminando por entre la audiencia con las manos en los bolsillos. Al repetir su llamada dos veces, James se puso de pie para acercársele, y eso rompió la tensión para que otros lo siguieran.

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