Germán.

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Sentí unos levas golpes en mi mejilla hasta que uno me hizo despertar, me levanté como si nada y al voltear vi a Renata sentada en el piso, ayude a que se levantará con cautela caminamos hasta su casa entramos, por el estado en que estaba no podía cordinar bien mis movimientos, subimos las escaleras y al llegar a su habitación me deje caer en su cama, la observe y estaba ahí parada se veía tan frágil inconscientemente me levanté y le dije que si le avían dicho que es muy hermosa creo que el alcohol está haciendo de las suyas me acerque ha ella y la tome del rostro pude ver un leve sonrojo pero todo ese momento mágico se rompió hasta que vi su mejilla tenía un enorme moretón puedo jurar que lo ebrio se me quitó,  toque con cuidado su mejilla pase mis dedos por su ojo, labios y cuello quien le haya echo esto me las pagará, pude ver que en su pecho también tenía moretones al igual que sus brazos me tense ya que mi cabeza imaginaba lo peor que quien le hizo esto también pudo haber abusado de ella y que quien lo hizo se encontraba bajo el mismo techo sin más pregunte.

¿Quien fue?- ella no respondió, solo se quedó quieta y unas lágrimas calleron de sus hermosos ojos bicolor, con más calma volví a preguntar.- ¿Quién fue?.

Ella se quedó pensando y con la voz rota dijo.- creo que es hora de que alguien sepa mi dolor.

Se acercó a mí y se sentó en su cama me dio la mano para que yo igual lo hiciera.

Mira lo que te voy a contar no es para nada fácil, esto es algo que traigo arrastrando desde muy niña.- me dijo con la voz rota y con el corazón en las manos, se veía tan frágil.

Quise que guardara silencio, que no me dijera nada si no estaba lista o si le incomodaba, pero ella subió su mano a mi rostro y pocisiono un debo en mis labios pidiendo que no dijera nada.

Me tranquilize y le puse atención.

Mira Germán cuando tenía 8 años todo comenzó para esto tienes que saber qué quien me hizo esto es 5 años mayor que yo, comenzó a contarme cuando fue que todo esto comenzará, podía sentir como mi sangre hervía, todo el alcohol que avía bebido ya no existía dentro de mi ella se veía tan frágil lloraba y gemía cada vez que recordaba lo que avían sigo 10 años de tortura, todo en mi se derrumbó al ver como su cara y ojos estaban rojos, lo único que pude hacer fue abrazarla y acostarme a sí lado, ella tiernamente comenzó a acunarce en mi pecho se hacía pequeña ante mi, todo mi cuerpo la cubría, sentía que ahora era mi deber ver por ella, en un susurro pregunte-¿ Quién es?- ella se tenso y poco a poco subió la cabeza para mirarme la poca luz que entraba por la ventana me permitió ver sus lindos ojos heterocromaticos, con suavidad le acarició la cabeza ella levemente dice - fue Misael.

Un respiro...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora