Renata

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Al fin había podido contarle a alguien mi que me pasaba me sentí tan bien ya que era un peso menos sobre mi.

Lo siguiente que pasó me dejó atónita, Germán se levantó de mi cama y salió corriendo de mi cuarto como acto de reflejo me levanté y corrí tras de él no me importaba traer la pierna lastimada, de una patada abrió el cuarto de Misael el estaba en su cama durmiendo, acto seguido Germán se abalanzó sobre Misael, podía ver que lo golpeba, Misael no podía defenderse ante mi que Germán le hacía.

Germán dio la vuelta con Misael encima, Misael le daba golpes en el rostro a Germán y el se los devolvía, está era de locos la mirada azul de Germán se tornó oscura como si fuera un sicópata y tratase de matar a Misael, salí del cuarto de Misael a ver si mamá y tío no escuchaban pero para mi sorpresa no está ninguno de ellos.

Camine al cuarto de Misael y vi que el estaba de rodillas en su cama y Germán estaba parado pero con las manos levantadas, Misael lo apuntaba con su arma.

¿Qué mierda está pasando aquí?.- pregunto Misael escupiendo sangre por la boca.

Todavía preguntas que carajo pasa cuando tú más que nadie sabe todo el daño que le has echo a Renata - espeso con rabia Germán, Misael solo me observaba.

Con que ya le dijiste a alguien nuestro secreto he primita.- caminaba ha donde estaba parada sin dejar de apuntar a Germán.

Por favor Misael no hagas nada, te lo pido baja el arma, todo esto se puede arreglar.- estaba temblando ante la mirada de Misael.

Germán veía todo lo que hacíamos con mucho cuidado, Misael se acercó a mí y me abrazó muy fuerte contra su cuerpo y me susurró.

Te dije que nadie tenía que saber lo que pasaba entre tú y yo princesa pero veo que no sabes guardar secretos así que esto te costará muy caro, dejaré que el príncipe valiente se valla pero tú te quedas conmigo, ya sabré como me las pagarás, finge que todo está bien para que el puedas salir con vida de aquí.- me puse tensa y poco a poco Misael me soltó.

Germán no pasa nada por favor retiraré de mi casa mañana ya podremos hablar bien si.- finjo una sonrisa, creo que el entendió las miradas que le daba y sin decir nada salió de la casa azotando la puerta y entendiendo su auto.

Misael le vio con rabia, camino en mi dirección, me tomo del cabello y me arrojo sobre la cama.

Te crees muy valiente por qué Romeo te iba a rescatar pero qué crees princesa de esto no libras a menos que uno de los dos muera.- puso la pistola en mi abdomen y lentamente subió el cañón por este llegó a mis pechos y rompió mi camisa, hizo trozos mi ropa volvió a tomarme pero esta vez más violento que nunca, sus penetradas eran más fuertes y salvajes, sentía que me mataba me tomaba las mejillas y me decía " mírame a los ojos perra", " no sirves más que para dar sexo", "zorra", " prostituta", "siempre serás mía", todo lo que me decía era horrible no sé cómo terminé en todo en todo esto, quisiera poder morir pero pienso en mi madre y que la dejaré sola ya que mi hermano está muy lejos.

Después de golpes, maldiciones y violación se cansó y callo rendido en su cama, de quedó profundamente dormido, tome lo poco que quedaba de mi ropa, fui al baño y me duche con agua fría gemía por el frío y mi llanto.

Salí de la regadera me cubrí mi cuerpo no quise verme al espejo de daría asco verme, me encerré en mi habitación y me puse ropa cómoda un pans, playera de tirantes y una sudadera, tome una pequeña maleta y puse ropa en ella con cosas necesarias sí no podía morir por lo menos escaparía de aquí.

Tome mi celular y marque el número de Germán, espere ha que contestará.

Bueno...

Un respiro...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora