Renata

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Abro los ojos, puedo ver que me encuentro en un lugar desconocido, ne incorporo lentamente y mi cabeza parece que esta a punto de explotar, me tomo la cabeza con ambas manos, volteo para asimilar donde estoy, puedo ver que es una habitacion enorme, tienes las paredes pintadas de un color azul turqueza, en las peredes hay posters de peliculas famosas, la cama en la estoy es grande, mas grande que la mia.

Puedo ver que en un sillon bastante grande hay una persona acostada, me levanto con algo de dificultad, cogeo hasta este y puedo ver que es German el que duerme muy tranquilamente, decido retroceder para no molestarlo, camino a la cama y me siento en ese momento abren la puerta y veo que es una chica de mi estatura muy bella, delgada, cabello negro y unos hermosos ojos azules.

¡Buenos días!, chica lin...- se quedo amedias y se lanzo a correr, dejo la bandeja que traia en las manos a un lado de mi en la cama, tomo mi rostro entre sus manos y obserco mis ojos detenidamente.

¡Wow!, que hermosos ojos tienes tomatito- me quede extrañada ante el apodo que utilizo para referirse a mi, solo pude mostrarle una sonrisa nerviosa.- Bueno tomatito, solo vine a dejarte algo para desayunar, mas al rato que el perezoso aquel despierte almorzamos todos juntos- al decir eso se marcho.

Me quede algo impactada ya que era la primera vez que alguien se preocupaba por mi.

Desayune lo que aquella linda chica me llevl, saque mi telefono de mi mochila y lo revise no tenia ningina llamada de mi madre pero si tenia un mensaje que llamo mi atencion, entreala bandeja de mensajes para ver de quien era, parecia de un numero desconocido lo abri y me quede helada ante lo que lei.

Mi hermosa Renata espero que estes bien con aquel bastardo, me entere que quieres meterme a la carcel, dejame decirte que eso estuvo muy mal, pequeña princesa, pero no te preocupes no me vengare tan pronto, ya que tengo que desaparecer un tiempo.
Disfruta de tu libertad mientras puedas, muy pronto ire por ti mi pequeña.
Con amor Misael.

Lo unico que pude hacer fue recostarme y cerrar mis ojos.

Un respiro...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora