Mío

2

Dick se encuentra sin palabras y el shock es demasiado grande para asimilarlo.

Es Damián quien lleva la batuta, se desliza fuera de él entre el semen y sus propios fluidos y le besa la frente para tranquilizarlo.

-¿Te sientes mejor?- le pregunta, su voz apenas está cambiando y tiene ese toque ligeramente infantil.

Dick no responde, su mano va a su cuello dónde la marca se encuentra, los dientes han hecho su trabajo, puede sentir bajo sus dedos la glándula inflamada con el leve contorno de los dientes del menor.

No responde a las preguntas del pequeño Alfa en cambio se pone de pie y se tambalea hasta el baño, Damián le llama pero Dick se ha encerrado.

El espejo le confirma lo que ha hecho, fue demasiado estúpido y confiado, nunca pensó que Damián se volvería un Alfa, y que algo como aquello podría suceder.

Dick ha sido activo sexualmente casi desde que comenzó a tener ciclos, ha tenido cuatro parejas Alfas y nunca ocurrió ningún accidente, él no es estúpido, sabe sobre planeación familiar, sexo y métodos anticonceptivos.

Abrumado por todo se mete a bañar sintiendo el semen deslizarse fuera de él mientras se lava, todo esto es su culpa, él es adulto y estaba a cargo de la misión, ¿cómo pudo dejar que las cosas resultaran así?, una voz en su cabeza le dice que pudo haber sido mucho peor, estuvieron a punto de ser asesinados y Damián lo salvó, perfectamente ahora estaría despertando en la cama de algún villano, violado y vejado, quizás muerto.

El pensamiento lo hace estremecer, quiere llorar, no está listo para unirse, nunca lo ha estado, lleva toda la vida disfrutando del sexo incapaz de mantener una relación estable, demasiado asustado de la mordida y sus consecuencias.

Llora bajo el chorro de agua caliente, porque sabe que es definitivo, la mordida nunca se ira.

Cuando al fin sale de la ducha Damián le espera, sus ojos verdes le traspasan la piel.

-¿Tienes hambre?-le pregunta y le extiende una caja de unicel con comida caliente dentro.

El celo se ha detenido momentáneamente por el sexo y la mordida, Dick sabe que aún no ha terminado por el hambre que siente y lo susceptible que su cuerpo se pone al aroma Alfa. Su Alfa.

Apenas puede procesar el pensamiento, sus piernas caminan al pequeño y se sienta a su lado para comer.

Cuando termina Damián le mira con seriedad.

-Richard, ¿quieres hablar de lo que pasó?- le pregunta.

Siempre le ha hecho gracia como pronuncia su nombre, como un pequeño adulto, con aquel acento árabe, haciéndolo sonar exótico.

-Ahora estamos vinculados, ¿Qué más hay que decir?- le dice sarcástico y ligeramente rencoroso.

-Te traje medicina- le informa tomando una bolsa de plástico –Pensé que desearías detener el celo- le extiende una caja con supresores y Dick la toma, esta impresionado con ello, pero asiente.

-También traje algo más- le dice nervioso mirando a la bolsa de plástico, Dick no sabe a lo que se refiere hasta que saca una caja más, con una única pastilla.

-Una píldora del día siguiente-murmura impresionado, hasta ese momento no lo había pensado, las probabilidades de que exista un embarazo en el celo son muy altas. Dick ha estado demasiado ensimismado, no ha pensado que él provocó que Damián obtuviera su casta, solo tiene trece años, se acaba de convertir en Alfa, él se vistió y bajo a buscar comida y una farmacia para proveer de lo necesario a su Omega que lo único que hiso fue encerrarse en el baño y llorar.

­-Voy a entrar a ducharme, nuestro comunicador no ha parado de sonar, muy pronto mi padre se pondrán en contacto con nosotros para preguntar sobre el fracaso de la misión, debemos estar listos para su llegada- le dice poniéndose de pie.

Un escalofrió de terror recorre el cuerpo de Dick, Bruce va a enterarse, ¿Qué demonios va a decirle?

Dick quiere llorar, sus brazos se estiran y abraza a su pequeño Alfa en busca de consuelo, Damián le acaricia la cabeza, su aroma le tranquiliza.

-Todo estará bien-le susurra Damián, se inclina hacia él y cálidamente besa su frente.