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Bruce los deja en la mansión, la Liga de la Justicia ha llamado de último momento y él tiene que presentarse en la Atalaya, solo se encuentra Alfred, los demás se mantienen trabajando en el patrullaje.

Dick agradece el silencio y calma que antecede a la tormenta, Jason y Tim aún no saben nada de lo que ha pasado, pero no tiene ganas de enfrentarlos, ha tenido suficiente por hoy con Bruce.

-¿Terminaron su misión?- les pregunta Alfred recibiéndolos.

-Algunos inconvenientes, cuando lleguen todos te pondremos al tanto-dice Damián antes de que Dick pueda responder.

-Ha sido una misión difícil Pennyworth, ¿podrías llevarnos comida a la habitación?, bajaré los platos y los lavaré- promete el menor y el anciano acepta su petición dejándolos solos.

Al llegar a su habitación, Dick se arroja a la cama preocupándose solo de quitarse los zapatos, el celo interrumpido por los medicamentos le ha provocado dolor de cabeza, está cansado física y mentalmente, quiere dormir hasta el día siguiente.

Damián apaga la luz, dejando solo la lámpara encendida y camina por la habitación guardando las cosas de su maleta, Dick lo escucha recibir los aperitivos de Alfred para después sentir el peso de su cuerpo del otro lado de la cama.

El pequeño nunca ha tenido un cuarto propio, desde su llegada ha compartido habitación con Dick, por un momento el mayor desea tener privacidad y que ambos se encuentren en cuartos diferentes, pero aquello es una estupidez, más ahora que están unidos.

Sin poder conciliar el sueño, Dick se da cuenta que se siente nervioso en la compañía ajena, su corazón no deja de latir y quiere culpar al celo remanente por ello, da la espalda a Damián ajeno a su costumbre de abrazarlo a su pecho, él siempre ha sido del tipo que abraza al dormir.

Avergonzado se lleva la mano al cuello, todo es culpa de la marca, lo hace comportarse como un idiota.

-¿No puedes dormir?- le pregunta suave Damián incorporándose en la cama.

-No, sigo dándole vueltas a todo- le susurra Dick en la oscuridad, tan honesto como siempre lo ha sido.

Damián estira su mano y dibuja suaves círculos en su espalda, sus dedos masajean suavemente su cuello para relajarlo, Dick debería rechazar el contacto, ponerse nervioso y alejarse, pero en cambio se inclina a su mano, se voltea y Damián está ahí, sus dedos le peinan el cabello y el mayor puede respirar su aroma Alfa y embriagarse con él.

Sin darse cuenta se relaja lo suficiente para quedarse dormido, cuando despierta Damián no está con él, el reloj le dice que ha dormido doce horas seguidas.

Tras quedarse en su cama un momento más, decide que no puede ocultarse en su habitación para siempre, tras una ducha y un cambio de ropa limpia baja a reunirse con el resto.

La manada se compone por Bruce, como su líder, Alfred y Jason como los Alfas al segundo mando y Tim el beta del equipo.

Dick es el único Omega, siempre sensual, carismático y hablador.

Damián es la última pieza de su familia, el pequeño hijo de Bruce concebido por Thalía.

Sus pensamientos son interrumpidos por la plática de Jason y Tim, hablan de su última misión, aquella que ellos tuvieron que abandonar.

Damián habla con su padre y teclea en la baticomputadora, inmersos en la poca información que han rescatado de la Liga del Mal.

-Joven Richard, al fin se nos une, ¿desea un té? - le pregunta el mayordomo al verlo ingresar a la Baticueva.

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora