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Hay unos segundos de silencio, donde Damián observa asombrado a Dick y el mayor se maldice por su gran boca que siempre lo mete en líos, lo que acaba de decir es una mentira, realmente tiene un regalo para Damián, un reloj envuelto en una caja de regalo sin abrir en el closet de su habitación.

Ha dicho aquello motivado por los celos y la necesidad de atención de su Alfa.

Recuerda a sus amigas Omega miembros de los Titanes, colocándose loción protectora mientras charlan animadamente de lo rápido que ha crecido Damián y lo guapo que es. Ha tenido que apretar los dientes y mantenerse sonriente para no evidenciarse así mismo.

Quizá sea el hecho de que conviven juntos todos los días y no ha podido notar los pequeños cambios operados en él, son las demás quienes mencionan lo alto y musculado que está, que su voz ha cambiado y que sus rasgos son más definidos.

-De acuerdo, dame mi regalo- la voz de Damián lo saca de sus pensamientos, soltando el agarre en el que han permanecido, toda la confianza que ha ostentado hasta el momento se desvanece de Dick ante la afirmativa del menor.

-¿Aquí?- le pregunta nervioso separándose de sus brazos, siguen en la cocina y aunque no hay nadie alrededor, Dick se pone ansioso, Jason y Tim siguen en el patio y seguramente Alfred merodea cerca.

-¿Prefieres no hacerlo?- le pregunta Damián apoyándose en la mesa de centro de la cocina, su tono es casual y no acusatorio, Dick se pregunta si realmente sabe lo que le está pidiendo porque la experiencia del otro es mínima, pero al verlo puede notar en sus ojos verdes a un depredador mirando a su presa casi como esperando a que se retracte de sus palabras y huya, no debe olvidar que es un adolescente y arde en deseos de conocer los secretos del sexo como cualquier otro.

Pero no es solo el deseo sexual, hay algo más bajo su actitud ferviente, y las palabras de Jason le resuenan en la cabeza, Damián le quiere, él nunca se ha resistido al vínculo, nunca ha tenido dudas, aceptará lo que él quiera darle sin reclamos, muy probablemente él es su primer amor.

Dick se ríe, una risa nerviosa porque no sabe lidiar con tantas emociones, se muerde el labio inferior preguntándose qué siente por el menor, él sabe que lo quiere, que le importa, ¿sus celos son una manifestación de su cariño previo potenciado por la mordida? ¿O es el Omega dentro de él quien habla y se ofrece buscando a su Alfa?

Hay una tensión palpable entre ellos que busca ser rota por cualquiera de los dos, aquel puede ser el paso que defina su relación entre algo platónico a lo sexual.

–Esa no es la manera de pedir las cosas-le reprende juguetonamente, se da cuenta que está coqueteándole y Damián parece receptivo a él, sus ojos no le pierden de vista, esperando por él, buscando cualquier señal que le dé la afirmación que tan desesperadamente necesita.

-Es mi cumpleaños, puedo ser caprichoso solo por hoy-le refuta Damián su voz se escucha más ronca a los oídos de Dick, ¿estará usando su voz Alfa en él para seducirlo?, el corazón de Dick palpita cuando comienza a acercase, hay unos escasos centímetros entre ellos y el menor le susurra -¿Cómo debo pedírtelo? ¿O quizá solo debo tomarlo?- le pregunta y rompe el espacio entre ellos alzando sus brazos a él tomándole del rostro con dedos cálidos, bajándolo a su altura para besarlo.

No se han besado desde su pelea por culpa de Slade, los besos de ese momento fueron lentos y cariñosos, una forma de disculpa y reencuentro, pero ahora cuando sus bocas se unen de nueva cuenta, se siente diferente.

Damián le reclama posesivo, sus dientes le muerden el labio inferior y la saliva Alfa rica y especiada, llena de sus feromonas le inunda la boca, es un beso hambriento y demandante, las rodillas de Dick tiemblan y jadea abrazándose al adolescente, juntando sus cuerpos para sentirlo más cerca de él.

Hay algo primitivo en la forma en que el Alfa le abraza y le besa, como si deseara devorarlo y hacerlo suyo, sus dedos le recorren la espalda, y Dick fantasea con esas manos acariciandole la piel, sus propias feromonas reaccionan y se doblegan con facilidad, entregándose a su Alfa.

Caminan a tropezones hasta encontrar algo firme, contra el refrigerador se besan salvajemente y los dedos de Dick se cuelan bajo su camisa sintiendo la piel ardiente.

El aroma de Damián le llena la cabeza, haciéndolo sentir excitado, si así de bien se siente besarse, ¿cómo se sentirá lo demás?, sus recuerdos del sexo compartido son difusos por el celo y puede sentir la fuerza de sus instintos manifestándose, llenando el lugar de su aroma, sintiéndose húmedo, listo para su Alfa.

Sus bocas se separan y los ojos del Alfa le miran satisfecho, Damián junta sus frentes y acaricia su cintura.

-Vamos a la habitación-jadea Dick.

Damián toma su mano y entrelaza sus dedos con los de él, hay algo tan cálido y puro en la acción que la mente de Richard se despeja de sus dudas. Le quiere.

 Le quiere

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Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora