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-¿Tu organizaste todo esto?-le preguntó Damián mirando a la multitud que se conglomeraba en el jardín de la mansión.

Los bocadillos atestaban las mesas, había una fuente de chocolate con variedad de dulces a su alrededor y un gran pastel de tres pisos rematado por globos lleno de múltiples decoraciones anunciando el cumpleaños número catorce del joven Alfa.

Los invitados platicaban entre sí, riendo y comiendo, en mesas y sillones de mimbre bajo grandes sombrillas, la alberca estaba disponible y algunos ya se encontraban dentro de ella disfrutando del sol y el agua fresca.

-Si de algo puedo enorgullecerme es de hacer buenas fiestas- le respondió Dick con buen humor–Espero que disfrutes mucho-

-Disfrutar de las cosas no es mi especialidad Richard, pero intentaré hacerlo por ti-le dijo frunciendo el ceño, mirando la alberca donde los miembros de los Jóvenes Titanes jugaban en el agua, Chico Bestia acababa de convertirse en un tiburón y el juego consistía en no dejarse atrapar por él, todos tarareaban alguna extraña melodía que Damián no conocía y que parecía ser parte del juego.

Dick le animó a ir e integrarse con el resto, el mayor parecía estar ocupado supervisando cada detalle de la fiesta. Damián siguió con los ojos la figura de su Omega, mirándole platicar con Bárbara, Dick llevaba una camisa cerrada hasta el último botón escondiendo la cicatriz de su cuello, por el momento no se anunciaría su unión, no habían platicado de cuando lo harían, pero Damián suponía que un secreto como ese no permanecería oculto por mucho tiempo.

No pudo meditar más en ello, porque su atención fue desviada por Jon, quien flotaba detrás de él, siguiendo la mirada de Damián.

-¿Qué miras?-le preguntó al oído asustando al Alfa.

-¡Deja de flotar detrás de la gente!-le reprendió, Jon no había hecho ningún ruido al acercarse a él, el niño le sonreía despreocupado vestido con su traje de baño aun goteando agua de haber entrado a la alberca.

-Feliz cumpleaños-le dijo con una sonrisa inmensa abriendo sus brazos para rodearlo y darle un gran abrazo, apretándolo fuerte contra su delgado pecho.

-Vas a romperme un hueso - le gruñó sintiendo sus pies de puntillas porque Jon se mantenía flotando.

-Mi papá me dijo que por fin tienes una casta-le dijo con envidia –Ahora soy el único que continua siendo un cachorro, quiero crecer rápido y volverme un Alfa como tú-le confesó al oído.

Damián suspiró ante lo infantil de su comentario, y pensó que de esa manera debían de verlo los demás, su mano se alzó y le acarició su cabeza –No soy un buen ejemplo de Alfa, seguramente tú serás mejor- le susurró soltándose de su agarre.

Jon le miró confundido, sin comprender porque lucía triste, quiso ir tras él, pero en el tiempo que conocía a Damián, sabía que no querría que lo persiguiera y lo forzara a hablar.

Damián recorrió el lugar buscando un sitio tranquilo, se sentía fuera de su ambiente en una fiesta tan concurrida, observó los rostros de los presentes, su padre y algunos miembros de la Liga de la Justicia se mantenían apartados de los más jóvenes en una mesa bajo una gran sombrilla, platicando y comiendo, los miembros de tres generaciones de los Jóvenes Titanes se encontraban en la fiesta, los conocía a todos, sabía sus expedientes completos, pero no sentía una conexión especial con ellos.

Las fiestas de cumpleaños estaban diseñadas para invitar a tus amigos, Damián se preguntó si tendría alguno.

-¿Te estas ocultando?- le preguntó la voz apática de Rachel, llevaba en la mano un vaso con refresco y le daba pequeños tragos.

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora