159 De Altura • 𝐕𝐌𝐈𝐍

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Su pequeña carita estaba decaída, sus ojitos tristes lo estaban aún más, aquel día que parecía soleado y precioso había dado un giro de 180° y ahora unas nubes grises decoraban el cielo con cierta tristeza. Las nubes se habían llevado no solo el hermoso día soleado sino que también la alegría de Park JiMin, un hermoso omega.

No es que a JiMin no le gustarán los días lluviosos o nublados, todo lo contrarió, el pequeño omega disfrutaba muchos los días donde el olor a tierra mojada inundaba las calles y el viento corría su propio camino. Pero este día nublado, significaba que la hermosa salida planeada por su alfa se cancelaría.

Ahora sus ojitos miraban por la ventana que daba a su patio en espera que las gotas de lluvia se camuflen con sus lágrimas.

—¿Qué sucede, cachorro? –la voz gruesa de TaeHyung lo había tomado por sorpresa, dio un pequeño y tierno salto por eso. El alfa rió, con sus fuertes brazos tomando la cintura de su omega y pegó su pecho a la espalda del menor —, ¿qué te tiene tan triste amor? –volvió a preguntar cuando las feromonas del omega entre sus brazos se volvieron agrias rodearon sus cuerpos volviendo el ambiente triste y melancólico.

—El día se puso feo, parece que va a llover en cualquier momento –habló, con tristeza tristeza dominando su suave voz.

—¿Y eso qué? A ti te encantan los dias húmedos y lluviosos, bebé –recordó todas las veces que su omega lo arrastraba hasta el balcón del segundo piso, solo para presenciar juntos las gotas de agua tanto como los buenos olores que las lluvias y tormentas traían con ella. Y sonrió, significaba que esos momentos con su bebé eran disfrutados.

—Lo sé, pero hoy íbamos a ir a la heladería juntos, pero si llueve no podremos –terminó de hablar, se formó un puchero en sus labios, su cuerpo había dado una vuelta para esconderse en el pecho del alfa.

—¿Qué nos detiene? –preguntó con gracia, caminando hacia la puerta con un Mochi puchereando abrazado a su pecho.

—No lo sé, ¿qué nos detiene? –él lo captó,  ahora sonreía mientras seguía abrazado los pasos del alfa.

Era real, nada los detenía, nunca lo hacía.

La rosada heladería no se encontraba a más de dos manzanas de su casa, el camino había sido pacífico con sus manos juntas y entrelazadas sin separarse en ningún momento del trayecto.  Ahora la amable chica castaña les entregaba su helado de dos coloridas bochas a cada uno para desearles un buen fin de semana.

—Giee –canturreo JiMin, pegando sus pechos, estiró sus piecitos en punta para intentando llegar a los dulces y tentadores labios de su alfa.

TaeHyung solo rió al ver el esfuerzo de su chico por llegar a sus labios. Teniendo cierta piedad de él se agacho un poco y beso de una vez sus labios.

—Mochi, bebé lindo –dijo dejando otro tierno y dulce beso sabor fresa y chocolate.

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D O L Y