DOS: NOCHE DE CHICAS.

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Cuando llego al local que nos citamos, le dejo las llaves del auto al ballet.

El lugar es un bar de ambiente familiar con decoraciones contemporáneas estilo cabaña. Es muy acogedor y si le agregamos el clima que hace afuera, lo es aún más. Está dividido en tres secciones, dos a los costados y una al centro. La zona central es un escalón más baja que las demás y detrás, como un escaparate, está la barra y la cocina flanqueada por dos barandas de madera. Faye espera en una de las mesas del centro. 

Faye es una belleza morena con unos cinco centímetros más que los míos; espectaculares y claors ojos verdes; pestañas hiper gruesas y expresivas; cejas muy arqueadas -parece que siempre te está retando- y cabello color chocolate -un tono más oscuro que el mío- que cae en rizos hasta el final de los omoplatos. 

Faye se nos unió a Sochi y a mí en nuestro primer año de secundaria. Con ella fue amor a primera vista, compartimos el gusto por la moda y el estilo, cosa que por más que yo intenté inculcarle a Sochi no se pudo, y fue muy agradable poder hablar sobre revistas de modas con alguien más que conmigo misma. Además que Faye es la persona más amable y cariñosa del mundo, a pesar de su expresión de inaccesible ella es tan franca y sencilla. Aunque esconde su carácter.

Mientras camino no puedo evitar tararear la canción de fondo. Tan pronto llego a la mesa, saludo:— ¡Hola!

Faye desvía sus ojos de algún paraje en su cabeza y los pone en mí. Demora unos segundos más de lo normal en darse cuenta que soy yo. Se pone en pie y me da dos besos, algo cotidiano en ella.

— Hola, ¡te ves fantástica!

Regresa a su sitio.

— Lo sé— doy una vuelta entera—. Pero tú no te quedas atrás.

Faye es alguien con un estilo artístico y atemporal; sin importan que aún estemos en invierno ella viste vestidos floreados con botas para la lluvia y una chaqueta de mezclilla. En mi humilde opinión, creo que no puede haber un estilo más propio de ella: las flores es su lado dulce y tierno, las botas su temperamento fuerte y la mezclilla es esa capa de sencillez y adaptabilidad que la caracteriza.

La hago señas al camarero y me siento.

— ¿Qué me cuentas?

El camarero es eficiente y llega enseguida. Le pido una bebida frutal de naranja, mango y piña.

— No creo que haya pasado mucho desde la última vez que nos vimos— responde con una sonrisa apretujada. La última vez que nos vimos fue el viernes saliendo de la Universidad, cuando nos contó a Sochi y a mí la nueva discusión que tuvo con su novio, un chico de ingeniería.

Así que eso es lo que la tenía tan pensativa. Su relación con Jordan es un tire y afloje constante. La personalidad de Faye hace que se entregue mucho en las relaciones y que salga lastimada y, al mismo tiempo, crea una explosión a la mínima de problemas. No sería la primera vez que la veo salir lastimada de un noviazgo.

Por eso no me doy mala vida. Nunca me he enamorado de nadie -: que haya sido mi novio- y me da lo mismo terminarlo yo a que me termine él; cosa que nunca me ha pasado... ¿Qué puedo decir?

— No sé qué decirte— me relajo en la silla— ¿Que se tomen un tiempo?

El camarero llega y hacemos silencio hasta que se va.

Arruga sus labios:— Por lo general eso solo significa una ruptura permanente. Y no quiero dejarlo. Me gusta.

Suspira sobre su bebida antes de darle un sorbo.

Enamorándome de tu vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora