siete

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Andrés y Annie habían estado juntos por poco menos de un mes y yo había terminado por aceptarlo.
-wey, conocí a una niña que está buenísima- me decía Andrés mientras salíamos de la plaza.
Este día fuimos a comprar un regalo para Annie porque su cumpleaños estaba cerca
-pero tú estás con Annie-le dije con molestia
-¿y?-respondió desinteresado
-que cuando Annie se enteré va a estar destrozada.
-ella no se va a enterar-comenzó a acercarme a mi peligrosamente- porque nadie le va a decir.
-Eres un idiota-me alejé rápidamente tratando de llegar a mi casa lo antes posible.
Entré a mi cuarto esperando poder descansar y despejarme de todo pero me encontré con Annie sentada sobre la cama, dándome la espalda.
No podía ver su expresión pero sabía que algo andaba mal.
-Annie-hablé acercándome a donde estaba, pero no obtuve respuesta.
Me paré frente a ella y la miré. Lloraba.
Posiblemente se había enterado lo que había hecho Andrés.
-Mi...papá-dijo entrecortada.
Respiro un poco y continúo.
-mi papá murió.
La abracé fuerte. Trató de contentar las lágrimas pero sus ojos se humedecieron, mojando también, el hombro en el que estaba su cabeza.
-¿y ahora que harás?-le pregunté tratando de desviar su atención,aunque era imposible-supongo que vivirás con algún familiar.
-Mi papá era lo único que me quedaba, así que tu mamá me ofreció vivir con ustedes.
-Eso es bueno
-si, bueno en fin, el funeral de mi papá es hoy y quería saber si puedes acompañarme, sería de ayuda tenerte ahí conmigo.
-Si quieres que esté contigo, ahí voy a estar-accedí-pero ¿por qué me lo pediste a mi y no a Andrés?
-voy a terminar con él- fingí sorpresa-no mientas, sé que tú sabes que me engañó pero simplemente no se por qué pensó en hacerle eso a alguien con sentimientos intensos y que lo único que espera es tener una pequeña pizca de amor o siquiera afecto.-
Sabía que ella no iba a llorar, al menos no por esta situación; es la clase de persona que reprime sus emociones y las deja florecer solo en ocasiones que no sean normales para una chica de 17 años; Ann jamás lloraría porque su estúpido novio de prepa creyó pertinente hacer uso de su "encanto" en alguien que no fuese ella y a la vez intentar lastimar sus sentimientos. Digo intentar porque sé que Annie es una niña que solo se necesita a si misma y a nadie más.
Ni siquiera a su padre, por mucho que llore su partida, ella nunca ha dependido de su familia porque ella siempre supo lo que sucedería con su papá, siempre se hizo la fuerte aunque a veces necesitaba solamente unas palabras de aliento de su viejo, un simple abrazo de la persona que la vio crecer, pero en cambio, solo recibió desprecio de ese hombre al que ella siempre cuidó y amó como ninguno.
Ann siempre ha tenido una vida muy injusta.
No soy católico, pero sé una cosa, ninguna persona tan buena como Annie merece un castigo de Dios repleto de tanto dolor y mierda como la que le ha tocado vivir a ella.
También sé que no me importa por el infierno por el que tenga que pasar, voy a estar a su
lado, sin importar que sea sólo como un amigo.

Hola de nuevo

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Hola de nuevo.
Sé que me ausenté por poco (bastante) tiempo, pero tengo mis razones:
•me da mucha flojera ponerme a escribir algo "bueno"
•Estaba triste por varias cosas que pasaron en mi vida personal, con morritos, "amigas" y ese tipo de popos de niña de secundaria.
Ya volví y es lo que importa.
También me di cuenta que en el tiempo que me fui la novela tuvo un apoyo muy grande de parte de ustedes, los lectores.
Les quiero agradecer mucho por alentarme a seguir con esta historia, a la cual tenía planeado darle un final pronto pero gracias a ustedes no pasará.
Nos vemos en unos días cuando tenga un capítulo nuevo.

Roses- Luis de la Rosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora