Me separé de él y le pregunté si volvíamos a la fiesta, no se negó. Salimos del coche y fuimos hacia la fiesta, en ese recorrido Marco me cogió la mano. Que mono.
-Marco.
-Dime.
-¿Y si a Pablo se le va la cabeza y me encierra en una habitación?
-Estás mal si piensas que voy a permitirle hacerte eso. No me voy a separar de ti. Ni siquiera un poco. Te vas a cansar de mí.
-Nunca me cansaría de ti.
Entramos por el jardín de la piscina y no había nadie. Entramos a casa y solo había dos personas: Laura y Lucía.
-¿Qué ha pasado chicas?
-Todos se han ido porque no tenía ganas de seguir la fiesta.
Y Lucía se fue hacia la cocina a recoger.
-¿Qué le pasa a Lucía?
-Ha venido más gente de lo que esperábamos y Lucía los ha echado a todos.
-Voy a hablar con ella, ahora vengo.
Sí, sabía que dejaba a solas a Laura y a Marco, quería ver cómo se comportaba Marco.
-Lucía, cariño, ¿estás bien?
-Sí.
-Mírame y deja un momento de recoger.
-¿Qué quieres?
-¿Quieres que salgamos?
-¿A dónde?
-A algún pub o lo que quieras.
-Es que yo quiero hacer aquí la fiesta.
-Pues llama a quién tú quieras que venga y que venga esa persona y ya, y tú tranquila, si hay mucho que recoger, te ayudo.
-Vale, voy a llamarlos.
Y se fue a su habitación, donde tenía el teléfono.
Yo me quedé en la cocina, mirando a Marco y a Laura mientras hablaban.
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La fiesta.
Teen FictionCon 17 años te pueden pasar muchas cosas, unas buenas y otras malas. A mí me vinieron todas de golpe en la fiesta.