Reto de drabbles

Amor Platónico

Nota: Basado en hechos reales

No esto no es una de esas películas donde la marginada social obtiene el chico mas popular y guapo con su insegura forma de ser. Esto es la vida real.
Ella obtenía notas altas siempre, y no era porque fuese la típica matadita. Mas bien era sumamente lista. Era inteligente. Aprendía rápido y resolvía las cosas rápido. Tenía una vida social normal, con muchos amigos y amigas aunque no fuese popular.
El tenía una expresión seria la mayoría del tiempo. Atractivo, con una sonrisa encantadora que rara vez dejaba ver.
Perseguido por las chicas pero no se le había visto con novia. Muchas muchachas pensaban que era completamente insoportable. Otras les atraía físicamente pero se aburrían de su forma de ser. Pero a ella si que le gustaba. Cuando lo veía pasar su corazón se aceleraba. Su cercanía la ponía nerviosa aunque no lo demostrara.
Las últimas semanas le había estado hablando mas de lo normal. Incluso platicaba con Sango, Ayame, Kikyo y Rin. Su grupo de amigas mas cercanas.
Al día siguiente lo había visto muy cerca de Sango. Inclinado en su escritorio, como secreteándose. No lo quería aceptar pero si le daban celos aunque fuese su mejor amiga.
El día anterior Hoyo se le había declarado. Ella le había dicho que lo pensaría solo porque en el fondo deseaba que la actitud mas amigable de Sesshomaru significará que ella le gustaba a él.
Después de acabar su conversación con la castaña, Sesshomaru se sentó en una banca libre frente a ella. Como siempre, ella era buena para hablar y el para escuchar.
Le había platicado sobre Hoyo. El permaneció igual de sereno, le presto atención pero no comento nada.

--¿Lo rechazaste?

Negó.

--Dije que lo pensaría.

--Debo decirte algo-dijo mientras miraba por encima de su hombro, en dirección al lugar de Sango.

Kagome volteo y miró como la castaña agachaba la mirada.
Algo traían entre manos.
El timbre toco, la siguiente clase les tocaba en aulas separadas. El albino volvió al lugar de Sango. Kagome decidió marcharse.

En el patio estaba sentada mientras veía a Rin dar vueltas en las barras de metal. Seguida de Ayame y Kikyo. Pero Sango seguía sin aparecer.
Al fin diviso su figura que se acercaba corriendo.

--¡Kagome! Oye Taisho te manda esto-le susurro al estar cerca de ella con una sonrisa cómplice en el rostro-leelo lejos de ellas-señaló a las demás.

Ella tomo el trozo de papel de entre sus manos. Se encaminó hacia el baño y leyó el papel. Sintió su pulso acelerarse.

"Kagome seré directo. Me gustas. Y se que no te soy indiferente. Lo siento cada vez que te me acercó. ¿O acaso crees que no lo notaria? Así que te preguntaré esto solo una vez: ¿Quieres ser mi novia?"

Corrió hacia Sango.

--¡Se me declaro!-gritó.

Su amiga sonreía.

--¿Quién?-preguntaron las demás.

--¡Sesshomaru!

--¡¿Qué?!

Le arrebataron la carta y lo leyeron por turnos.

--Entonces, ¿Qué le dirás?-preguntó Sango.

--¡Que si!

La castaña le guiño un ojo antes de llevarle la respuesta al albino.
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A la hora de la salida tenia el corazón en la garganta.
Entonces lo vio recargado en un árbol con su aura solitaria. Se acercó a ella y le depósito un beso fugaz en la mejilla.

--No quiero a ver a Hoyo cerca de ti-le susurró al oído. Y se alejó sin mas.

Antes de desaparecer entre los demás estudiantes, le dedicó una de sus hermosas sonrisas.

--¿Y luego que paso?

--Bueno tuvimos que separarnos cuando nos graduamos cariño-le decía a su sobrina, hija de Sango.

--Que lástima.

--Bueno nos encontramos después de muchos años y nos casamos.

--¡¿Enserio?!

---Si.

--¿Entonces ese chico es el tío Taisho?

Kagome asintió mientras sacaba los pastelillos del horno y le ofrecía uno.

--Vaya.

En ese momento entró por la puerta un hombre en traje. Con un maletín en la mano. Quien la saludo con un beso.

--Aunque lo siento por Hoyo-aseguró la pequeña.

Los ojos de Sesshomaru se dilataron y la giraron a ver. Ella sonrió, después de los años seguía siendo fácil ponerlo celoso.