Capítulo5

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Otra semana más, pasó.En tan solo siete días, me había llevado cinco enfermos, dos vagabundos, tres borrachos y nueve desnutridos africanos.

Era común llevarse este tipo de gente.De vez en cuando, debía llevarme algún que otro suicida, a la victima de un asesinato o personas que sufrían accidentes automovilísticos.Pero estos eran poco comunes.

Anabella me telefoneó esa tarde.Me comentó cuántos chicos me echaban de menos y lanzó chillidos.

A pesar de esto y de mis frecuentes faltas al colegio, la vida teanscurría con normalidad, oh bueno, con toda la normalidad posible.

Volví a recostarme en el sofá, con la ligera sensación de que algo iba mal.

*******

Me despertó el sonido del crujir del suelo.Mi manta había desaparecido y el frío me calaba los huesos.

Tobby, asomó a la luz de la luna y dejó un sobre en el suelo. El cansancio me cegaba, por eso, dejé el sobre para después y eché a dormir.

*****

Desperté y dejé al sobre, olvidado, en el suelo.Entré en mi capa negra, tomé la hoz entre mis manos y fui al cementerio.

En el cementerio, entrené las técnicas que los cuervos, quienes me observaban atentamente, me habían enseñado.

Después, como si hubiera sido un día cualquiera, salí a caminar y dí una vuelta por el parque.Finalmente, me acomodé en una banca y me quedé observando cómo un grupo de niños se deslizaba a través de un tobogán.

Al fin, decidí volver a casa.Caminé las dos cuadras correspondientes y abrí la puerta. Hallé el sobre, aún cerrado, que Tobby me había dejado.Me decidí a abrirlo.Lo que decía, era lo siguiente:

"Se avecinan tiempos difíciles"

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