Harry llegó a su habitación y se arrojó sobre su cama. No tenia ganas de pensar en nada ni en nadie, pero eso era difícil. Esa semana había sido agotadora mentalmente. Cada vez que se disponía a relajarse, tenía que aparecer cierto chico rosado abrazando, acariciando o hablando en susurros con Louis. Era como si la mala suerte lo persiguiera. Y ahora Zayn también se estaba comportando raro.
A lo mejor se lo merecía por lo que le había dicho a Louis.
Se sentó en su cama y miró hacía su escritorio.
—No fue mi culpa... —dijo Harry.
—Lo fue un poquito... —le respondió una vocecita desde su escritorio.
Está bien, sí. Él había sido un idiota y había dicho muchas cosas feas e hirientes, si era su culpa. Y se sentía mal no sólo por el hecho de que había hecho llorar a Louis, si no porque Niall era el que lo estaba consolando. ÉL era su esposo, él era el que debía abrazarlo y cuidarlo.
Harry se despeinó el cabello como por tercera vez y esta vez se sentó en la silla giratoria frente a su escritorio.
—¡Está bien! —le gritó al silencio de su habitación—. Odio que Niall lo toque de esa manera, estoy... estoy... ¡estoy celoso! —se levantó de un salto y apuntó con su dedo a su escritorio—. ¡Hijo Huevo! —el pequeño huevo sonrió bajo su manta azul—. ¡Me gusta tu madre!
El lugar se quedó en silencio, el reloj digital emitió un par de tics al señalar las 7 de la noche. Harry se dejó caer de rodillas sobre la alfombra de su habitación y cerró los ojos derrotado y más cansado que antes.
¡Sí! Le gustaba Louis, después de muchas horas de negación lo estaba admitiendo, pero aún el orgullo masculino de su interior no quería reconocerlo socialmente. Además, intentar arreglar su relación con Louis no seria tan sencillo. Lo había lastimado, y aunque sabía que Louis era una buena persona, sabía que también tendría su orgullo.
Aunque si podía imaginarse su siguiente movimiento.
—Eres una mala madre, toma. —le arrojaría a Hijo Huevo.
—¡Oh, Harry! Lo siento tanto... —ojos llorosos por parte de su esposa.
—Está bien, te perdono. —lo tomaría del antebrazo y lo arrojaría contra la pared, luego besarla aquellos lindos y rosados labios.
—Ha-Harry... Hijo Huevo... —diría el pequeño entre jadeos, pero él giraría la cuna de Hijo Huevo para que su hijo no lo viera y seguiría besándolo.
¡Ok! Parecía haber fumado crack con aquellos pensamientos nada reales... era malo en relaciones amorosos y aún peor en pedir perdón.
Se levantó y abrió la ventana para que entrara un poco de aire. La tarde seguía gris, pero al menos ya no llovía.
Si te abandonó es porque ya no quiere verme nunca más... pensó mirando a su hijo dentro de su cuna, metió la mano y jaló con cuidado el palito plástico. Aquella no era la paleta que él me había comprado a Hijo Huevo, era roja, redonda y el plástico que la cubría era transparente, la sacó por completo. La paleta tenía un pequeña nota colgando de un cordel rojo. Desdobló el papel y lo leyó.
"Gracias por todo, Hazz".
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Zayn estudió la situación con cuidado, había llegado a la conclusión muy acertada de que a Harry le gustaba Louis, sí, eso ya lo daba por hecho, pero ahora las cosas habían dado un giro inesperado. Aquella mañana, Harry se había concentrado en mirar su libreta sin levantar la vista, tenía los ojos rojos y eso se debía a que no había dormido. Zayn miró su reloj, casi era hora del almuerzo.