Capítulo 20.

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Epílogo.

Habían pasado meses en el hospital, Ace fue el primero en despertar pero tenía problemas con el sueño por lo cual Roger exigió que le hicieran un mejor chequeo a su hijo.

Se le diagnosticó narcolepsia.

Un trastorno anormal del sueño, lo atacaría en cualquier instante, por lo cuál ahora los padres debían tener mayor cuidado en proteger a su hijo. Por lo que les dijo el doctor, esto se podía controlar, los episodios de sueño no serían tan frecuentes, tendría una vida normal si se medicaba adecuadamente.

Pero a Ace no le interesaba, se había encerrado en su habitación durante semanas sin comer, o salir de la habitación.

¿La razón? Sabo perdió la memoria.

Ante los ojos del rubio era un desconocido, todo aquel amor que vivieron sería meramente una ilusión, jamás paso, y aunque quisiera que lo recordará era imposible, porque Koala había logrado engañarlo, le mintió diciendo que ella era su novia. Lo peor fue que le creyó porque la conocía de muchos años atrás antes que a él.

Se veía feliz o eso notó él la última vez que vio a su "prometido" en el hospital.

Ahora solo quedaba él con sus sentimientos.


Existe un cuento, el cuál su padre le leía cuando era pequeño, este trataba que un joven gritaba "¡lobo, lobo!" Para engañar a los aldeanos, siempre era lo mismo con el niño, y cuando de verdad apareció el lobo se comió todas las ovejas de su rebaño dejándolo en la nada al joven pastor.

Parecía que, después de tantas mentiras, que después de tanto gritar "¡lobo, lobo!" Cuándo finalmente había encontrado a la persona que lo amaba, le correspondía y daban todo de forma mutua, el destino se encargaría de alejarlo.

Ahora era solamente él, ahora sólo quedo el chico lobo, el chico mentiroso y su melancolía.



Fin.

The prince and the Wolf. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora