La pequeña de Papi🍼🔥 *Daddy Kink*

Loco.

Como estas pequeña? -murmura acariciando mi mejilla una vez despierta-

Pequeña? -frunzo el ceño y cuando quiero quitar su mano noto que mis brazos estaban sobre mi cabeza y mis muñecas esposadas a la cama con unas lindas esposas rosas que por dentro las cubrían una suave tela.
Miro había bajo y mi ropa de antes había sido retirada, solo tenia puesto un sostén color crema y una falda rosa, su favorita- Que es esto Aiden?!

No me digas Aiden pequeña, soy Daddy -abre mis piernas apretando fuerte mis muslos y se coloca entre ellas subiendo sus manos lentamente hasta llegar al borde de mi falda-

P..para! Ya no soy más tu bebé! Entiendelo Aiden -exclamo removiendome sin dejar mis piernas quitas-

Callate! -ruge y me abofetea por lo que lo miro sorprendida dejando de moverme- y..yo.. lo siento princesa -acaricia mi mejilla y me da muchos besos alrededor de mi cara- pero eres m..mia verdad? Solo mía -su voz temblaba, por primera vez sentí un verdadero miedo a que me lastimara-

S..si -susurro muy despacio pero por su cercanía pudo oírme, esperaba que si le daba la razón se calmara y me soltara-

Me amas, me amas mucho -dice en mi oído soltando una risita que daba mucho miedo- y te caliento, te encanta que te toque.. -mete sus manos bajo mi falda por lo que reacciono-

No!! -chillo moviéndome fuerte- no lo hagas, no quiero

Ah no? No te gusta que papi te toque? -logra someter mi cuerpo y pasa sus dedos suavemente por mis braguitas- está tan caliente y mojada -gruñe completamente excitado corriendo mis braguitas hacia un lado y manosea mi coñito- joder princesa, no sabes como me pones -saca su verga y roza su glande contra mi entrada-

Aiden no! Por favor -me quejo repetidas veces con mis ojos llenos de lágrimas pero él parecía cegado completamente-

Dios, eres tan sexy -murmura bajo con una voz muy grave, sus pupilas estaban dilatadas- no puedo resistirme -dice pareciendo estar en su propio mundo y de golpe mete todo su miembro dentro de mi cubriendo mi boca con una mano- maldición! -gruñe- tú siempre tan apretada princesa

-chillo contra su mano, me había dolido mucho, no podía hacer mas que observarlo, como lo disfrutaba, como se agitaba cuando aumentaba el ritmo de sus embestidas y hasta pude notar sus gestos al venirse.
Venirse dentro de mi.-