Los personajes de Yuri on Ice no me pertenecen.
Se dice que existe un bosque en una montaña donde vive un cazador que pasa sus días intentando atrapar a un youkai que vive en la cima helada de la montaña. Dicho youkai está confinado al frío de la n...
Disculpen la tardanza. Se me han presentado asuntos familiares ineludibles y bueh... todo se ha ido a la mier... de repente. :) Igual, finalmente puedo traerles otro capi de esta hitoria tan dulce. Gracias a todos los que leen. :D Es genial saber que se entretienen tanto con esta historia tan sencilla en mi opinión.
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Las visitas a las que se refería Víctor no eran sino las brujas, el brujo y los seres que Pichit había traído consigo. Eso significó que Víctor y Pichit tenían que bajar diariamente al río al pie de la montaña a pescar si no querían que las guarniciones escasearan.
Pichit comenzó a enseñarle a Víctor cómo cocinar el pescado de diferentes formas, mientras que, para sorpresa de todos, el dragón le enseñó a bailar para que así pudiera entretener a las visitas de vez en cuando.
Georgi seguía hechizando los instrumentos para que hubiera música y el tengu comenzó a traer más bebidas para reponer las que tomaban durante su estadía en el templo. Gracias a eso el ogro comenzó a mostrar cierto interés en aquel tengu de cabellos negros y mirada seria, buscando su compañía siempre que le era posible, aunque el espíritu alado trataba de evitarlo lo más posible.
Con todo, según pasaban los días fue evidente que el humano comenzaba a perder fuerzas. Durante uno de sus bailes, para entretenerlos, Víctor perdió el balance. Luego de caer, intentó levantarse sin lograrlo.
—Él no es un ser mágico o espiritual. Si continúa haciendo esto sus fuerzas terminarán por desaparecer y morirá. Entonces el yokai morirá con él. Está compartiendo fuerzas con él y si las usa en nosotros es demasiado para su humanidad —advirtió Guang con preocupación. Esta vez fue el ogro quien decidió intervenir.
—En mis tierras tengo un lugar donde puedo alojarlos a todos. Tengo sirvientes que pueden atenderlos y guardias que pueden vigilarlos. Si tu amigo ya no está limitado a la cima de esta montaña, entonces tal vez podamos ir allá mientras tanto. Así el humano podrá conservar sus fuerzas y dedicarse solamente al yokai.
Mientras ellos discutían, Víctor descansaba al lado de Yuuri. Siempre que estaba cerca suyo sentía que su alma se recargaba lo suficiente como para poder continuar. Y como usualmente mantenía los ojos cerrados, no podía notar el tenue brillo que provenía del anillo en su mano, dándole ese calor que le decía que todo iba a estar bien.
Pichit decidió aceptar la oferta del ogro, aunque tenía sus dudas de que pudieran controlar a las brujas.
—Ustedes vendrán con nosotros —les dijo una vez estuvo todo decidido.
—Ya no tenemos nada que ver con lo que le pasa al yokai. ¿Por qué insistes en retenernos? —se quejó la mujer con extrema molestia.
—Eres la culpable de lo que le sucede. No tienes vergüenza ninguna, ni te arrepientes de nada —ripostó el kitsune mientras sentía que el pelaje de sus colas se erizaba.
