Pichit se hizo presente cuando Yuuri terminó de curar a Víctor.
—Pichit. Los peces están afuera, los traeré ahora —le dijo al tiempo que se levantaba, pero el kitsune hizo un gesto con la mano para que se detuviera.
—No te preocupes, ya los llevé a la despensa para prepararlos. ¿Qué te pasó?
—Me perdí un poco antes de llegar. ¿Siempre hay tanta neblina en los alrededores?
—No es usual. Pero esta montaña es el territorio de una hechicera y a veces se pone algo caprichosa —susurró como si tuviera temor de ser escuchado.
—¿En serio? No sabía eso. ¿Crees que haya sido ella?
—Tal vez... quién sabe... agradece que pudiste regresar aquí. Traeré los peces.
El monje desapareció de inmediato y a Víctor le cruzó por los ojos una expresión molesta.
Se dirigió a su cuarto, estaba totalmente agotado y el frío del lugar lo tenía algo entumecido, especialmente por la caída. Las cálidas sábanas lo acogieron y quedó dormido tan pronto su cabeza tocó la almohada. Yuuri apareció al rato en su habitación, había preparado un baño caliente para el cazador, sin embargo, Víctor parecía descansar tan tranquilamente que le daba pena tener que despertarlo.
Se sentó a su lado para observarlo a su tiempo, notando sus blancas pestañas y cómo su ceño se fruncía en sueños para luego relajarse y hacerlo ver más joven de lo que era, casi como un niño.
No entendía por qué aquel humano estaba allí, no parecía tener una misión ni una tarea. Tan solo estaba allí.
Así lo encontró Pichit una hora más tarde, cuando terminó de preparar los pescados y los guardó. Yuuri salió de su ensoñación con el susurro molesto del monje.
—Yuuri, ¿qué crees que haces?
—Yo... solo... pensé que...
El monje lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación. —¿Yuuri? ¿En qué estabas pensando? ¿Qué ibas a hacer si se despertaba?
Yuuri se sonrojó levemente.
—Lo siento, Pichit. Pero es que... ese humano tiene algo...
—Algo peligroso. Yuuri... no hagas que me preocupe.
—Lo siento... en verdad. Me mantendré alerta.
Pichit abrazó a su amigo y ambos se dirigieron a la cocina para preparar la comida. Con la cantidad de peces que Víctor había traído sería suficiente para un par de días, sin embargo, él había prometido llenar la despensa completa y eso significaba al menos varios meses de comida pues esa era la capacidad de la despensa del templo.
El cazador no despertó hasta mucho tiempo después, pasada la hora de la cena. Fue al salón que servía como comedor y preguntó si todavía quedaba algo de comer, aunque estuviera frío. Tenía hambre por haberse saltado el almuerzo y la cena. Pichit le sirvió un plato de pescado asado y varios acompañantes.
—Gracias por el pescado —le dijo con una respetuosa inclinación. Yuuri también se inclinó respetuosamente, la tela de su kimono haciendo un suave sonido. No pudo evitar compararlos a un monje y una bella doncella.
—Mañana traeré muchos más. Aunque espero no terminar perdido. Sería horrible congelarme con el pescado.
Yuuri pareció recordar algo en esos momentos y buscó entre los dobleces de su kimono. Finalmente, sacó un pequeño amuleto. Un paquetito cubierto de seda roja bordada y atado con un hermoso hilo blanco. Lo tomó entre ambas manos y se lo ofreció a Víctor.
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Snowdrops (Victuuri)
FanficLos personajes de Yuri on Ice no me pertenecen. Se dice que existe un bosque en una montaña donde vive un cazador que pasa sus días intentando atrapar a un youkai que vive en la cima helada de la montaña. Dicho youkai está confinado al frío de la n...