- E...espera ya no puedo correr.- Con agitación y cansancio Rei no dejaba de pedir que todo se acabe.- Hermano... ¡Misaki!
Al escuchar su nombre un fuerte temblor recorrio su cuerpo haciendole reaccionar.
- Lo siento Rei, hemos corrido como 30 minutos.
- No pasa nada, déjame descansar un poco.
- No podemos detenernos.
- ¿Porque?
- Los elegidos bajaron, ellos nos alcanzarán pronto.
- Pero... pero... - El recuerdo de lo sucedido y el ver a su padre destrozado regresó a Rei haciendo que entre en tristeza nuevamente.
Ella sabía la verdad y tenía miedo de aferrarse a esa realidad. Ya no había marcha atrás, sólo los recuerdos los acompañaran y el deseo de que todo fuera un sueño le acompañaban.
- Ellos eran más fuertes que cualquier humano.
- ¿Más... fuertes?
- Sabes, cuando me encontraron tus padres, vi una luz de esperanza. Ellos eran los mejores y cuando te conocí me di cuenta que tú estas destinada a lo mejor.
- Aún asi... no quiero que mueran. - Esas palabras fueron las detonantes de su llanto. Deseaba no creer que ellos eran los mejores. En ese momento, sintió que lo más adecuado sería odiar su amor. Así el dolor se iría. Pero era imposible. Aún era fresco, aún dolía.
Un temblor les llegó en la cueva donde apenas podían ver con una linterna a punto de agotarse.
- Tenemos que irnos, estamos cerca a la salida.
- Si.
Secó sus lágrimas y continuó corriendo por aquel pequeño espacio con pasos torpes y una ilusión desvaneciéndose.
Al cabo de otros 30 minutos lograron ver una luz al final del túnel. Odiaban el color de aquella entrada, roja como el tormento que acababan de abandonar. Al salir se encontraron con lo peor.
La ciudad se encontraba en llamas por todas partes. Los gritos se habían acabado en ese tiempo. Incluso ya no se sentía ningún temblor cerca suyo. Se había alejado lo suficiente para no volver.
Rei lloraba por lo sucedido. Misaki simplemente veía con enojo cómo todo lo que había construido por segunda vez se perdía por la misma razón que la primera. Un deseo de venganza se marcó en su puño que bajo la lluvia se dibujaba el enojo en los rayos que caían.
Por el tiempo pasado se notó que que nadie sobrevivió y que todos los elegidos se habían ido. Era un momento tranquilo que entre los truenos escondía el llanto de quién tanto amo. Pero, se equivocaron.
Un temblor con un ruido se produjo a sus espaldas. Al darse cuenta de lo que sucedía vio con horror que se encontraba un elegido. El miedo y la desesperación aumentó al ver más de ellos que se acercaban en marcha hacia donde se encontraban.
- ¿Estás aquí?
La misma voz que resonó en el túnel cuando estaba con sus padres, volvió a resonar por el lugar enviando a la niña al suelo del dolor que le intervenía dentro de su cabeza.
Los elegidos empezaron a brillar con ese rojo detestable que le hacía imaginar a Misaki cómo murieron sus padres. Detestaba la idea de pensar que hubieran muerto, pero no había otro destino a quienes les enfrentasen.
- ¿QUIÉN ERES? - Gritó Misaki lleno de desesperación con Rei en sus brazos.
- ¿Estas aquí? - volvió a preguntar la voz. - El ruido dejó de resurgir terminando como resultado a Rei agotada y casi desmayada. - No estás aquí. Mataré a todos hasta que aparezcas.
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Divine Power
ActionLuego que un hombre muriera cosas extrañas aparecieron en el planeta. El cielo se pintó de rojo y unos cuerpos de luz formaron. Algunos fueron poseídos por una luz roja y el caos fue conocido por primera vez. ¿Serán capaces los humanos de sobrevivir...