Parte 8

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- Cuando el cielo se tiña de sangre y la luz desaparezca, vendrá el hijo del deseo y la purificación acompañado del desconsuelo de la pérdida. Cuando el suelo ya no tenga fruto y la desesperación de un paso más allá de la complacencia, se juntaran espada y destrucción con un propósito. Vencer al hijo del dios que con su descenso interrumpió la tranquilidad de la humanidad. 

- ¿A donde quieres llegar?

En el filo de la montaña con la mirada fija. El chico de la capucha azul mostraba entre las sombras una sonrisa brillante y roja. Vidar simplemente veía cómo su deseo de actuar era manipulado por la desesperación que le causaba la actitud de quién se encontraba al frente, pero en el silencio prefería escuchar y no actuar. 

- Tú eres la espada de la que se habló en la leyenda. Vidar, dios del silencio, la venganza y la justicia. Traicionado por los dioses nórdicos y sellado en la espada del sufrimiento. Ese eres tu. 

- ¿Quién eres tú?, No entiendo tus acciones y el que me vengas a decir un dios cuando ni siquiera tengo un pasado. 

- Lo tienes mi querido Vidar. - Con un movimiento rápido apareció a espaldas de Vidar sin darle tiempo de reaccionar. En cambio Vidar mantenía su rostro dio sin expresar ningún cambio en su actitud- El día que desenfundes la espada será el día que tú y ese niño vengan hacia mi. Aunque, a decir verdad, cobrarás tu verdadera forma. Ese día sabrás más de este mundo. - Como por arte de magia apareció nuevamente en el filo de la montaña que mostraba una gran vista a lugares lejanos de una gran belleza. - ¿Sabes? Como has venido hasta aquí, te concederé un deseo. Aunque tampoco soy un dios para cumplirlo todo, sé que quieres saber quién es el que te ha estado persiguiendo desde que despertaste. ¿Verdad?

- ¿No eras tú quien lo envió? - Preguntó Vidar apretando más la empeñadura de su espada. 

- Cómo sabrás, no puedes vencerlo y divertirle es lo mejor que puedes hacer. Ya que él es...

***

- Hey Vidar. Despierta.

Con una sacudida en el estómago Vidar se dio cuenta que había amanecido. Había pasado mucho desde que escuchó los pájaros cantar hasta que recibió otra punta pie en el estómago. Al fijarse de quién venia el golpe se dio cuenta que se trataba de Haku. 

- Al parecer tienes un ritual para despertar a tus invitados. - Expresaba viendo cómo Misaki se retorcía del dolor y el enojo. 

- Ambos se desmayaron. Esto es lo único que los despertó. - Expresó Midori con una sonrisa, sentada junto a una mesa que desplegaba el humo de algo caliente y recién servido. - Aunque no lo aprobé... 

- No mientas.- Dijo Haku dándole un golpe en la cabeza a Midori que al instante hizo un puchero de enojo viendo cómo se sentaba su hermano. - No importa, por lo menos lograron despertar. 

- Agradezco tu ayuda. - Respondió Vidar setándose junto a la mesa entre los hermanos con la vista a Misaki que seguía con sueño y una mirada de enojo a Haku. - ¿Volvió a fallar? - Preguntó a Misaki. 

- No, - respondió él. - Algo salió bien, sólo que le faltaba potencia y por eso terminamos desmayados. 

- ¿Acaso terminar casi muertos es un logro? - Replicó Midori con un golpe sobre la mesa. - Si no fuera por nosotros ustedes pudieron ser robados o asesinados. 

- No recuerdo lo que pasó. - Comentó Vidar. - Si ustedes estaban con nosotros, ¿Cómo terminamos solo nosotros desmayados? 

- Al parecer ambos olvidaron lo que sucedió. - Dijo Haku. - Cuando Misaki vio que podías hacer barreras con tu poder te pidió que le acompañes y ambos se acercaron lo más que pudieron, pero cuando esa cosa empezó a brillas giró rápidamente a todo lado que destruyó tu barrera y la luz se apoderó del cuerpo de Misaki. Ese momento él te empezó a atacar y tú desenfundaste la espada. 

Divine PowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora