Parte 6

2 0 0
                                    

- En el inicio de la humanidad, los primeros herederos de la Tierra adoraban a una gran cantidad de dioses, su ideología era trabajar duro y agradecer por todo lo que tenían en el día a día. Los tiempos era  prósperos y llenos de alegría. Pero como todo se monopoliza, llegaron quienes predicaron haber sido iluminados por un solo Dios, el pensamiento se solidificaba en pequeños grupos que creían que aquello descrito era real y que con eso podrían dar el orden que según su pensamiento era el correcto. De a poco empezaron a obligar su forma de pensar escudándose en el dios monopolizado que les causaba más beneficio a quienes les profetizaban. Así fue como los dioses de sus ancestros se empezaron a olvidar. Pero aquellos dioses nunca se denegaron de quienes los olvidaron y esperaron durante miles de años a ser recordados y poder ayudar a quien lo necesite. 

- Eso que tiene que ver con que yo esté de cabeza en el acantilado. - decía Misaki con enojó y miedo mientras el agua chocaba con algunas rocas y con su fuerza de rebote le golpeaban haciéndole pensar que la pequeña cuerda que le sujetaba se rompería en cualquier momento inesperado.

- Cuando tu madre me pidió que te ayude, no entendía como su hijo tenía un color de cabello diferente al de sus padres. Pero cuando recuperaba el cuerpo de ellos entendí que te confiaron un poder fuera de este mundo. 

-¿Quieres decir que mis padres son descendientes de esos dioses de los que estás hablando?

- No exactamente. Tus padres te acogieron y te pasaron sus secretos que se suponía que nadie más debería saberlo. De donde lo obtuvieron no estoy seguro, pero sé que ese poder que tienes deberás usarlo algún día. 

Misaki vio sus manos y vio como las sogas que rodeaban sus brazos se aferraba a el. También recordó a Rei luchar con un poder extraño que nunca había imaginado tenerlo en algún sitio en todo el mundo. No sabía con exactitud sobre los poderes que le hablaba el chico, pero algo era seguro, desde que se puso ambas sogas su cuerpo empezó a comportarse extraño. En ocasiones su cuerpo brillaba como su hermana lo había hecho. Otras veces le salían llamas de las Palmas de sus manos. En ocasiones su visión era tan potente dejándole ver lo que sucedía a kilómetros. Pero lo que más le extraño, fue la agilidad que su cuerpo se movía al igual que sus análisis. Haciéndole analizar y fabricar más rápido el invento en que había trabajado años atrás. Afortunadamente los componentes principales estaban en la mochila que su madre le preparó. Eso le dio nostalgia que un golpe fuerte de agua le desequilibró dándole a recordar donde se encontraba en ese momento.

- Mi padre me dijo que mi poder no debería ser usado nunca. 

- Posiblemente nunca necesites usar tus poderes, pero cuando tengas algo que proteger te lamentaras no saber como usarlo. Nuestra verdadera fuerza viene cuando deseamos proteger algo con gran intensidad que no importará si el mundo te odia por tus acciones.

En ese momento Misaki recordaba las veces que intentó sacar su poder cuando veía a Rei pelear contra esos monstruos de los elegidos y no podía usarlo. Se odio a si mismo por no tener poder para hacer algo. Y aunque  ya no tenía a quien proteger en este momento, cumpliría su promesa y mataría a ST. 

Sus pensamientos no le dejaron ver que entre el agua que chocaba  contra las rocas se aproximaba una rama de un árbol que golpeó contra la soga donde se le sujetaba sus pies haciendo que cayera inmediatamente en la cascada. 

El chico dio un salto y de un movimiento casi milagroso lo atrapó en sus brazos desatando enseguida la soga para que pudiera movilizarse. Todo mientras caía a más 200 metros y terminar de pie como una simple caída.

- Eso fue increíble. ¿Donde aprendiste a hacer eso? - Preguntó Misaki con asombro. 

- No lo sé, simplemente se que hay cosas que puedo hacer que superan la ley de la física.

Divine PowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora