Parte 16

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- ¿Qu... quién es él?

Stella en el piso no podía creer lo que veía. Misaki había dejado de brillar tras ver que Ao desapareció. Aun así, había algo que no pudo evitar. Aún le era imposible detectar quienes se acercaban, en especial por el niño que llegó corriendo.

- ¿Qué pasó aq?... Abuelito... Abuelito. - Gracias a la destrucción del suelo, le había llamado la atención a unos viajeros que iban llegando tras el niño que estuvo buscando a su abuelo por días. Ahora que lo encontró estaba casi medio cuerpo enterrado en medio del suelo partido. - Tú... Devúelveme a mi abuelo.

El rostro enojado del niño alertó a los hombres que lo acompañaron reconociendo al Misaki.

- Oye niño espera, él no pudo hacerlo, él es Angel-Dono.

- Él es el único que puede hacer esto. Quiero que me devuelvas a mi abuelo.

Las lágrimas del niño se expresaban en su voz suave y cortada. Llenas de desesperación por perder posiblemente lo que más apreciaba.

- Esp...

Stella intentó defender a Misaki siendo detenido por él que la tomó de la mano para que se levante. Su rostro serio indicaba que no importaba lo que el niño pensara, era momento de irse. Pero...

- Él no fue quien hizo esto. - Expresó el veterano levantándose de los escombros con facilidad haciendo quedar en mal a los hombres que estaban intentando ayudarle.

- Tú... ¿qué quieres ahora? - La voz de Misaki estaba con odio hacia el anciano. El niño intentó acercarse pero de un golpe suave por el anciano fue alejado. 

- ¿Acaso no lo entiendes? Aún no me sirves.

El niño no lograba entender cómo su abuelo de un día al otro se había hecho más fuerte. Nunca había sentido un golpe tan fuerte de parte de alguien, además de su voz. era más juvenil sin titubear. Aunque le hacía pensar que no era su abuelo su apariencia le decía todo lo contrario. Quiso volver hacia el anciano y esta vez fue detenido por uno de los 3 adultos que lo acompañaba. Había algo raro en él, eso fue lo que notaron.

Por otro lado, el anciano lanzó algo a Misaki.

- Lo vas a necesitar más adelante. Te interesan mucho los compartimentos.

- Yo no necesito tus regalos.

- No lo tomes como un regalo. Mis regalos son mejores, como el que viene ahora. - La mano de Misaki se levantó apuntando su palma al anciano. - Entrenas duro y lo despertaste hace unas semanas, lamentablemente no te fijaste de su existencia. - Volteó la cabeza al niño- Adiós... Raiko.

La voz del hombre se había establecido, a la que el niño conocía. una lágrima brotó por la mejilla del anciano hasta que de la mano de Misaki brillo por un momento, un rayo más grueso que la de los elegidos salió expulsado destruyendo al anciano por completo sin dejar ni siquiera señas de su existencia.

Todos quedaron perplejos por lo sucedido. Una fuerza capaz de destruir a alguien que ni siquiera los elegidos lo habían usado. Más bien, era la misma técnica que ellos usaban, pero más poderosa. Todos, excepto Misaki estaban aterrados por lo que vieron.

El niño gritaba "abuelo" tan desesperado que deseaba ir contra Misaki siendo detenido por el hombre que no le dejaba moverse. Su miedo era tan grande que al igual que los otros hombres salió corriendo con el niño en sus hombros.

- Te mataré. Juro que vengaré la muerte de mi abuelo. - Gritaba el niño lleno de lágrimas mientras se alejaba cargado del hombre que lo protegía.

- Te gusta complicarme las cosas. - Expresó Misaki dando una media sonrisa, al dar la vuelta, notó que Stella se encontraba apoyada a un árbol llena de miedo. - Sabía que no debí venir contigo. - Caminó hacia Stella que del miedo cayó al suelo gateando de espaldas mientras se alejaba. Misaki pasó por el árbol donde se apoyó anteriormente Stella buscando una salida del bosque donde pensaba descansar anteriormente.

- Esp... Esp... - Stella quería expresar algunas palabras que eran bloqueadas por el miedo, su voz no le quería responder. - Espera. - Dijo gritando. - ¿Quiénes son ustedes?

- No necesitas saberlo. - expresó sin siquiera detenerse. Stella se levantó luchado contra su miedo y agarró su brazo.

- Debes decirme. ¿Quién eres tú?

Desde que se conocieron ella no entendía lo que pasaba con él. Algo le decía que no era normal y que acercarse le atraería problemas, pero algo le hacía quedarse junto al chico.

- En realidad no lo quieres saber.

Respondió soltando su brazo continuando su camino.

***

- Los puntos están ahora conectados.

ST dejaba chorrear sangre desde su capucha arrodillado frente a un círculo mágico.

- Lo hiciste bien. - Expresaba dando una sonrisa.

Luego de eso salió de la habitación oscura alumbrado por antorchas. Lleno de símbolos como el que se encontraba en el suelo de donde colgaban cuerpos de diversos tipos de personas, incluyendo al anciano que acababa de matar Misaki.

***

En un extremo de un bosque alejado de todo tipo de civilización los árboles estaban siendo arrancados de un solo movimiento. En el aire eran partidos por pedazos de un solo golpe por un aura que en momentos brillaba.

El suelo tronaba al ser partido, causando temblores a su alrededor. Afortunadamente no había nadie cerca que se percatara que un solo hombre en su desesperación desahogaba su ira golpeando y destruyendo todo a su alrededor.

- Ahhhhh!!!!

Gritaba Misaki lleno de lágrimas recordando cómo la vida del anciano era arrebatada con sus propias manos. A veces pensaba que era mejor que hubiera quedado muerto con el ataque del elegido y no por el suyo.

Lo que más le dolía era pensar que había conseguido una amiga con quien por fin se había divertido con los momentos más estúpidos que sólo él entendía. Y ahora tenía que alejarse porque ella le tenía miedo.

- ¿Por qué lo haces? - Seguía gritando.

Su soledad le dolía, dolía no tener con quién conversar o reír. Ser atormentado con recuerdos le estaban cambiando su personalidad robándose su humanidad o lo poco que le quedaba. Cuando tuvo con quien portarse cómo era en realidad le hizo sentir feliz que se olvidó que ST mataría a todos sus seres queridos. Olvidó que no debía formar amistad con nadie.

Lleno de lágrimas recordó que su destino era estar sólo y no debía dejar que nadie se le acerque. Tenía miedo a estar solo, provocando que se desespere y destruya más cosas a su alrededor hasta quedar exhausto golpeando con las últimas fuerzas al suelo, esta vez sin hacerle ningún daño.

- Ya no quiero vivir. Deberías matarme si lo que quieres es atormentarme. - Su voz era cortada, su fuerza se había ido y su cuerpo estaba tendido en el suelo. - Sé que no debo acercarme a nadie, pero estar sólo no es justo. Déjame vivir en paz por un momento.

En sus últimos delirios demostraba su temor quedando dormido.

Por su falta de saber quién se encontraba cerca no notó que cada vez se iba acercando Stella que le veía, no entendía lo que sucedía y simplemente se acercó a él con su daga en la mano apenas él durmió. Alzó su daga apuntando hacia Misaki.

Divine PowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora