Capítulo 1.

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Declan vuelve muy cabreado. Llega a las 5am y me despierta con su paso pesado y sus patadas a todos los muebles. Oigo la puerta de la habitación abrirse y en ese momento me giro, justo a tiempo para poder verle tirarse sobre la cama y quedarse sentado apoyando su cabeza en sus manos.

-Mi amor, ¿qué te pasa?-le susurro.

Me pongo de rodillas justo detrás de él y le ayudo a quitarse la chaqueta. Después me quedo abrazada a él y le doy pequeños besos en el cuello. Le miro fijamente esperando poder descubrir qué es lo que le ocurre.

-Ha llegado un tío nuevo al pueblo-susurra, todavía con la vista fija en el suelo-Ha entrado con sus gafas de sol y su conjunto de rico idiota. Le ha pedido a la banda cantar con ellos y, cuando ya tenía loco a todo el pub, se ha pedido dos pintas y ha preguntado por algún lugar donde alojarse. Es un puto cretino. Se fue hace horas y todavía ahora me estaban preguntando cuándo podríamos volver a disfrutar de su compañía-por primera vez me mira a mí y, esta vez, me muestra una pequeña sonrisa-Lo siento, ¿te he despertado? Vuelve a la cama, ya nos veremos a la hora de comer.

-No, da igual, ya estoy despierta-le doy un beso en la nariz-¿Vienes enfadado porque un chico a robado la atención de todas las chicas del pueblo?-río-Eres tonto, lo único importante aquí es que tienes absolutamente toda mi atención. Tu mujer te ama y no piensa en nadie más, ¿no hace eso que lo del rico idiota quede en tontería?

-Tal vez un poco-me besa-¿Vendrás mañana al local? Te necesito a mi lado si vuelve, tengo que recordar la maravillosa mujer que tengo a mi lado.

-Claro, seguro que mi madre puede ocuparse de todo.

-Genial.

Declan da una vuelta colocándose encima mío. No deja de besarme; saborea mis labios, recorrer mi cuello. Sus manos se deslizan por mi cuerpo, deleitándose de cada detalle que su tacto puede identificar y que, al final, despierta a mi cuerpo y lo deja preparado para el deleite de ambos.

Se quita la ropa rápido mientras mira cómo lo hago yo. Los dos nos observamos, sonreímos y, sin replantearnos nada, volvemos a juntarnos.

-Te quiero, Declan O'Conell.

-Y yo a ti, Neiva O'Conell.

Mi segundo despertar llega a las 7am

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Mi segundo despertar llega a las 7am. Pongo la casa en marcha, me encargo del desayuno y de ayudar a todos los que en la casa se encuentran despiertos.

Durante la mañana, limpio a fondo el salón, recojo las habitaciones y preparo la comida. Un maravilloso estofado del que mi marido siempre disfruta muchísimo.

No paro en ningún momento, pero todo vale la pena cuando, todavía con cara adormilada, Declan se acerca a mí, me besa y con una sonrisa de oreja a oreja me dice que siempre le ofrezco sus mejores despertares.

Nuestro beso es profundo, lleno de intensidad y de una pasión que no comprendo. Cuando la puerta se abre, los dos nos separamos y sonreímos. Como cada día, cuando ya estamos todos juntos, por fin, podemos nosotras poner la mesa para que podamos comer.

Convirtámonos en leyenda II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora