Siempre he hecho lo que mi madre ha querido. Por eso mismo rechacé el amor cuando se me presentó, en todas las ocasiones y de todas las maneras. Por eso volví a Adare hace 3 años después de haber podido vivir un sueño. Me casé con Declan. Vestida de blanco y con la más falsa de mis sonrisas. No fui feliz, pero vi la felicidad en mi marido y mi madre y eso ya me lo dio todo. Hicimos la fiesta en el jardín, asistió casi todo el pueblo. Desde luego, recuperé mi vida en Adare. Una vida que jamás deseé y de la que siempre quise alejarme. Ahora es mi presente, mi pasado y mi futuro. Soy feliz, tengo que serlo. En un mundo donde el destino está escrito y yo no tengo más que leerlo.