Capítulo 8.

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-Eres increíble, Niall Horan-susurro mientras acabo de vestir a mi hija.

Ha vuelto hace poco de una tarde en el parque y la ropa no podía estar más sucia, lo último que podía hacer es dejar que sus abuelos la conocieran de esta guisa. Por ello, le he hecho una ducha rápida y le he cambiado el conjunto, poniéndole unos pantalones y una camiseta larga mientras la pongo en situación.

Mi madre, por su parte, se ha sentido un poco incómoda rodeada de tanto desconocido junto; así que ha recurrido a lo que solo ella sabe, se ha metido en la cocina y creo que está a punto de acabar uno de sus maravillosos pasteles.

Esta es la peor encerrona en la que me ha metido Niall. Puedo entender que traiga a sus amigos y que haya querido hacer una pequeña fiesta de bienvenida, pero ¿¡sus padres!? Se ha pasado mucho de la raya.

Bajamos de nuevo al salón, donde se encuentra todo el mundo. Mi hija se siente entusiasmada con tanta atención y mis amigos lamentan no haber traído a sus hijos para que pudiera empezar a hacer amigos.

Melody empieza a mostrar sus dotes de danza en cuanto logra tener a todos los presentes a su plena disposición. Coge su osito de peluche y lo utiliza de pareja de baile. Todos la miran embelesados, incluso Tammy; y es que, por primera vez desde que la conozco, puedo pillarla sonriendo.

La felicidad de todos crea la mía. Las palmadas aparecen y mi hija se atreve cada vez con más cosas. Por un momento incluso consigo olvidarme de a quién estábamos esperando. Nos lo estamos pasando muy bien, desde luego, las risas fluyen, no podemos sentirnos mejor.

Y entonces oímos la puerta abrirse y, por lo que veo, mi corazón es el único en paralizarse. Voy corriendo a la entrada, soñando con acabar con esto lo antes posible. Cuando Niall me ve, la primera en recibirles, sonríe de oreja a oreja y viene a abrazarme; "creí que huirías", me susurra en el oído y yo me pregunto cómo puede ser que ni siquiera se me haya pasado por la cabeza,

Se queda a mi lado, abrazándome por la cintura y, cuando sus padres entran, él sonríe de oreja a oreja y, orgulloso, me presenta.

-Mamá, papá, Greg, Denise, Theo,-los va señalando-ella es Neiva Fitzgerald; la chica de la que os hablé.

-Encantada-añado yo por cortesía, mientras voy fijándome en cada una de las caras que se me presentan.

Poco a poco, cada uno de ellos se va acercando, me da un fuerte abrazo y suelta algún halago. Son todos muy agradables en el primer contacto. Sobretodo el pequeño niño de 8 años que, en cuanto le llega el turno, me coge fuerte, me mira a los ojos y, sin ninguna vergüenza, me dice que soy su tita favorita.

Eso me hace preguntarme un poco sobre las historias que Niall debe haber contado a su familia y, sobretodo, qué están pensando ellos ahora mismo sobre mi estancia aquí, sobre nuestra hija y sobre que mi madre viva con todos nosotros.

El niño me coge la mano y Niall nos guía de nuevo al salón con todos. Los Horan parecen ser muy queridos entre los presentes. Enseguida son recibidos con amplias sonrisas y rápidos abrazos mientras mi hija, celosa de este robo de la atención, se acerca para conocer quién es el niño que, a su entender, también quiere robarle a su mamá.

-Melody, cariño, este es tu primo Theo-le presento nada más verla.

Y sé que el pequeño se siente entusiasmado con la idea de tener una prima, que solo quiere jugar con ella. Pero los niños no tienen los mismos planes; Melody se acerca a mí corriendo en cuanto Theo le tiende la mano y se esconde tras mi pierna con una cara que indica claramente cuántas ganas tiene de llorar.

La cojo en brazos enseguida, temerosa de no poder consolarla lo suficiente después y, enseguida, busco entre los presentes la mejor distracción.

-¡Ey, mi vida!-le susurro mirando a Louis- ¿Le has presentado a Louis a tu osito Tommo? 

-¿Tiene mi nombre?-pregunta él emocionado.

-Cuéntale la historia, venga.

La dejo de nuevo en el suelo y ella va corriendo a los brazos de su tito, dispuesta a sentarse en su regazo y contarle la misma historia que yo le he repetido mil veces durante los últimos tres años.

Y es curioso porque, justo cuando yo ya no sabía qué más hacer para pasar el rato, mi madre aparece con una tarde de chocolate en la mano y una gran sonrisa.

-No hay fiesta sin tarta.

Mi madre habla con Maura durante toda la velada

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Mi madre habla con Maura durante toda la velada. Creo que comparan estilos de crianza y que nos ponen en ridículo mutuamente. Las oigo reírse, las veo cómodas y eso me encanta. Y lo hace porque, mientras tanto, a mí me toca pasar la tarde con Denise, Greg y Bobby; los cuales gastan su tiempo en contarme historias vergonzosas sobre Niall que me provocan más de una carcajada, pero también aprovechan para interrogarme. Haciéndome preguntas que me avergüenzan o de las que no comprendo motivo. Enseñándome, en cierta manera que, efectivamente, creen que Niall y yo, ahora mismo, estamos juntos.

Nuestros amigos se van antes de la hora de cenar; entre risas y promesas de que volveremos a vernos. Pero la familia no se va y eso me hace ver que van a quedarse; cosa que no sé cómo sobrellevar.

Theo y Melody corren de un lado a otro por el jardín. Ríen juntos. Me alegra saber que, a pesar de la diferencia de edad, los dos primos pueden llevarse de maravilla. Bobby se une a la conversación de Maura y mi madre. Niall y Greg llevan una hora en la cocina haciendo la cena y hablando sin parar. Y luego estamos Denise y yo que, sentadas en las hamacas del jardín, vigilando a los niños, no podemos más que mirar y sonreír.

-¿Sabes, Neiva? Hace unos años yo también fui la nueva en la familia. Entiendo cómo te sientes, pero no hay ningún por qué, los Horan son geniales. Te aceptaron mucho antes de llegar aquí, no tienes de qué preocuparte.

Asiento.

-¿Qué os ha contado sobre nosotros?

-Todo-ríe- Es increíble que fuera hasta tu pueblo para pedirte que seas su novia. Ahora los tres formáis una familia monísima y tu madre es maravillosa.

Justo lo que pensaba.

-Sí, es genial. El detalle de Niall fue maravilloso, jamás pensé que vendría a por mí.

-Pero lo hizo.

- Y yo le querré siempre por ello.

Aunque no sea verdad.

Convirtámonos en leyenda II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora