He estado leyendo nuestras conversaciones antiguas. Sé que no debería, aún no sé porque lo he hecho. Tal vez quería estar triste y tu siempre eres la escusa perfecta para ello. Es increíble como cambian las cosas, estábamos tan bien, se podía leer tanto amor, la forma en la que te preocupabas por mi, tus “te echo de menos” cuando hacía 5 minutos estaba contigo.. No sé. No se cuando ni como se rompió todo, de repente un día desperté sin ti, sin esos abrazos de no te preocupes que todo saldrá bien. Sin la fuerza que me dabas para poder enfrentarme al mundo. No entiendo que pasó, si fue el paso del tiempo, la rutina, o simplemente que las cosas terminan. Lo teníamos todo, y ahora ya no me quedan ni siquiera palabras para decirte que si algún día vuelves...te estaré esperando. Sé que has conocido a alguien y sabes que yo también, pero hay personas que son debilidad y tú eres la mía. Estoy segura que volvería a dejarlo todo si nuestros caminos se vuelven a cruzar, Los dos sabemos que aún te quiero, que tal vez haya encontrado al hombre perfecto pero echo tanto de menos tus imperfecciones, tus tonterías, tus domingos de resaca, tu forma de hacerlo todo mal, tu maldita sonrisa capaz de arreglar todos los destrozos que causan tus palabras, Y tu mirada, como eras capaz de hablar sin ni siquiera abrir la boca, la forma que tenías de gritar te quieros en silencio. Y quizá sea por eso que aunque tengo motivos no soy feliz, porque la felicidad estaba escondida entre tus sabanas, y no sabes lo triste que es dormir con otro y soñar contigo, tener tantas ganas de olvidarte que siempre termino recordando. No sabes lo mal que me siento cuando busco tu mirada entre la gente, cuando me parece escuchar tu voz, cuando me invento caricias con tus manos, cuando imagino que eres tú quien llama a mi puerta y me dice que ya está bien de tonterías, que me quieres, que quieres volver a empezar algo que nunca debí terminar. Pero nunca eres tú, y me encantaría tener el valor de gritarte que todavía te escribo, que cada letra es una bala con la esperanza de que te roce el corazón y te des cuenta que aún pienso en ti. Que aunque lo niegue, aún me queda la esperanza de que algún día, en cualquier momento me cruce con tu sonrisa y sientas que el paso del tiempo no nos ha afectado lo más mínimo. Que te des cuenta que por mucho que diga que te he olvidado... mi corazón opina lo contrario. No sabes las veces que me he culpado por no haber ido corriendo a tus brazos aquella noche que me pediste que volviese. Tal vez quise que mi orgullo ganase la partida, tal vez en ese momento realmente pensé que sería capaz de olvidarte. Pero no. Y ahora soy yo la que no tiene valor para decirte que desde que te perdí solo soy capaz de encontrarme en nuestras antiguas fotos, en nuestros recuerdos, en aquel amor que iba a durar para siempre. No sé si aún te acuerdas de mi, si cuando escuchas nuestras canciones aún dibujas una sonrisa, si te acuerdas de aquella tarde que te prometí que nunca dejaría de quererte. No sé si aún buscas entre tus cosas los restos de un amor que terminó justo cuando era momento de quedarnos para siempre. Y tal vez fue ese el error, me asusté al vez que mis sentimientos se me iban de las manos, que ya no podía controlar lo que sentía en cada momento, que eras tú quien dirigía mis pasos. Tal vez, tuve miedo cada vez que pensaba que algún día podía perderte y por eso te perdí. Nos perdimos. Tal vez nos quisimos demasiado y no supimos afrontar que lo que empezó como un juego era una realidad, una realidad de dos personas que prometieron no enamorarse, pero que al final...el amor pasó por encima de ellos y no supieron cómo reaccionar. No sé, sólo espero que algún día, cuando tenga el valor suficiente y nos volvamos a cruzar, poder decirte que nunca he dejado de quererte, Nunca. Y que hay amores que siempre estarán presentes, por más que pasen unos meses, unos años...Una vida.