Capítulo II

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Eran las ocho de la mañana, había dormido de maravilla, claro, se había tomado sus medicamentos. Rachel se levantó a darse una ducha de agua fría como siempre y se puso algo casual: unos shorts cortos negros, una camisa mangas largas a cuadros color morado y sus converse, se dejó el cabello suelto ya que estaba lacio y se veía bien. Bajó a la cocina y extrañamente no estaba su madre, encontró una nota en el refrigerador que decía:

  "Fui al supermercado cariño, y por cierto, hoy tendré trabajo hasta muy tarde, no me esperes para cenar, te quiero"

Dejó la nota en su lugar y se dispuso a desayunar una ensalada de frutas.

Era sábado así que no tenía clases, empezó a limpiar la mesa y se le ocurrió ir a ver si estaba Sam en su casa, ya que estaba muy aburrida y con el la pasaba bien.

Salió de casa y fue directo a la de su amigo, cuando llegó a la puerta iba a tocar pero se abrió de golpe, asustandola y haciendo que retroceda unos pasos atrás.

-Dios Rachel que susto! -dijo Sam con la mano en el pecho. Llevaba una camiseta negra con unos jeans del mismo color y unos converse color gris.

-Dímelo a mi que estaba por tocar. -respondió riendo -creí que tu puerta se abría mágicamente o algo así jajajaja.

-Eres tan ocurrente niña. -dijo el chico riendo un poco -me gusta...-dijo mirando el suelo.

-Ahm...si. -dijo algo ruborizada por lo último que había dicho - ¿Oye ibas a salir? -preguntó para cambiar de tema.

-De hecho iba a ver si estabas en casa, y bueno te encuentro en mi puerta, vaya suerte.. -dijo regalandole una muy linda sonrisa.

-Oh jaja bueno es que yo también vine a ver si estabas en casa.. -dijo cruzando los brazos y encogiéndose de hombros.

-Pues genial. ¿Tienes planes? -preguntó mirándola.

-De hecho no, mamá no está en casa y no hay nada que hacer, será un día aburrido...

-Pues vete olvidando que será un día aburrido niña, podemos ver películas o jugar videojuegos ¿juegas? -preguntó entusiasmado.

-Bueno...yo...soy un asco con las consolas. -dijo apenada.

-Ay por favor, yo te enseño! -dijo cerrando la puerta de su casa.

-Bueno...pero me tendrás que tener mucha paciencia. -respondió caminando hacia las escaleras de la entrada.

-Tooda la paciencia del mundo, te lo prometo. -dijo alzando su mano simulando hacer un juramento.

-Okay maestro. -respondió riendo ante el acto del más alto.

-Por cierto, noté que ayer solo estuviste conmigo en el colegio, ¿no tienes amigos? -preguntó caminando a su lado.

-No, bueno en realidad tenía una amiga, pero desde que se volvió popular ya ni me habla. -dijo decepcionada llegando a la puerta de su casa.

-Que tonta, se pierde a una increíble amiga.

-Gracias Sam...-dijo algo roja por el cumplido. -abrió la puerta y se hizo a un lado para que pase primero el.

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