Eran las dos de la madrugada, y Christopher seguía velando por Rachel, pues le había pedido que no la dejara sola, no iba a fallarle. De repente sintió como ella se removía en la cama, como si algo le estuviese incomodando.
Rachel estaba teniendo un mal sueño, estaba soñando que en el colegio la molestaban, que Sarah y sus amigas la encerraron en el baño del colegio con las luces apagadas, pues ella tenía miedo a los lugares completamente cerrados y más si había oscuridad absoluta. Comenzó a llorar y no sólo en el sueño, se removía en la cama llorando cada vez más, el sueño se veía tan real que tenía mucho miedo.
Christopher al notar ésto prendió la lámpara y la atrajo a su pecho, comenzó a acariciarle el cabello y a susurrarle cosas para calmarla.
-Shh...todo está bien nena, yo estoy aquí contigo. -le hablaba al oído. -No dejaré que nada ni nadie te haga daño. -la abrazó tiernamente.
Rachel al sentir que la abrazaban comenzó a calmarse, y al oír vagamente la voz de Christopher se calmó aún más. Las caricias en su cabello ayudaban mucho. Se aferró a el cómo una niña a su oso preferido.
Christopher seguía acariciando su cabello y comenzó a cantarle muy bajo una canción.
De ésta manera Rachel volvió a dormirse, gracias al cuidado de su amigo, o más bien dicho, su protector.
Al amanecer Rachel despertó en la misma posición en la que se había quedado dormida, abrazada a Christopher. Fue alzando su cabeza y lo vió totalmente dormido.
Eran las seis de la mañana, el se había quedado dormido una hora antes, cuidó de ella prácticamente toda la noche.
Se sintió muy culpable por haberlo hecho desvelarse toda la noche, probablemente cuando despierte le pediría disculpas unas mil veces, se separó de el y fue a ducharse, de tan cansado que estaba no sintió que se había levantado.
Al terminar de asearse, se puso unas medias red, un short negro y una camiseta negra de Panic! At The Disco.
Fue a la cocina y pensó en qué podría prepararle a Christopher, después de todo el se había desvelado por ella, pensó en panqueques, frutas picadas y jugo de naranja, y así comenzó a preparar el desayuno, al terminarlo lo puso en una bandeja y subió a su cuarto, al abrir la puerta lo vió aún dormido, por suerte así le daría la sorpresa. Se fue acercando y dejo la bandeja en la mesita para despertarlo.-Christopher...Chris.. -decía moviéndolo un poco. -Despierta, tienes que comer algo.
Christopher fue despertando y vió a Rachel sentada a su costado, se incorporó y se frotó los ojos para verla mejor.
Al incorporarse completamente ella lo abrazó fuerte.-Lo siento, lo siento mucho Chris, no quise hacerte desvelar de esa manera, por favor perdóname.. -decía con su cabeza en el hombro del chico.
-Hey..tranquila, no pasa nada, me encantó velar por ti preciosa. -dijo separándola un poco para que lo mire. -De verdad no hay nada que perdonar nena.
-Es por eso que te preparé ésto.. -dijo agarrando la bandeja y mostrándosela.
-Oh no mi niña, no debiste hacer todo ésto, de verdad, no sé como podría agradecertelo. -dijo tomando la bandeja en manos.
-En realidad éste es mi agradecimiento por cuidar de mi..
-No podría pedir más, muchas gracias.
Al terminar de desayunar se levantó y se dió una ducha en el baño de Rachel, se puso la misma ropa que traía al día de ayer, ya que se había secado al fin toda su ropa.