¿Más tributos?

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Pasaron tres días luego de haber levantado aquella señal a mi Distrito, tres malditos días de que tome esa mala decisión: "¡No! No fue mala, ¡eso es lo que ellos me quieren hacer creer! Que me "equivoque", y que puse en juego a mi gente. Que no debo volver a ser a si de tonta. Que tengo que temerles." me dije a mi misma múltiples veces. "¡No, no tengo que hacerles caso!". Aquellos pensamientos eran los que me atormentaban durante todo el día, y eran los que me distanciaban de mi cuerpo enfermo. Postrada en una cama dentro de la herbolería, con síntomas de terror, fui atendida por mi familia: mi tía Willow se pasaba horas al lado mío.
El dardo con el que me dieron en el pecho era venenoso. ¡Justo en el pecho, arriba del corazón! Estaba cargado de un veneno púrpura oscuro y espeso, que tuvieron que extraer de mi cuerpo durante esos tres días y noches. Las sanguijuelas morían al chuparme la sangre y al extraermelo. Gracias a estas mismas, si no fuera por mi nariz que seguía respirando, por la palidez de mi cuerpo me hubieran dado por muerta.
Para mantenerme acorde, me inyectaron montones de agujas con fuertes calmantes que me hincharon y me hicieron tomar dos antibióticos por día. Los vómitos no paraban, ni los dolores abdominales. ¡La jaqueca era tan fuerte, que caía inconsciente! Trataron con todo aquel medicamento que escaseaba. ¡Por fin había llegado un doctor del Capitolio!
A pesar de ver figuras borrosas, note como el doctor apenas me miro, y con un gesto que expresaba su disgusto, dijo: "Iré a informar que mañana, si esta chica no pasa la noche, se deberá realizar una nueva Cosecha. Con permiso...". Y se retiro.
Todas las noches, mi abuelo se quedaba junto a mi y sentado al lado de la cama, me contaba historias como si fuera una niña hasta que caía dormida. Yo estaba terminada. Eso fue lo que pensé y lo que era. La cabeza me explotaba, estaba llorando debido al dolor.
Ese día estuvo hasta tarde y para entretenerme trajo albumnes viejos. Me los quede mirando por horas junto a él y luego, dos noches después de estar en un mejor estado, el dijo:
- Sé fuerte, mi nieta, que sostienes mi universo. - después dijo algo más que no entendí. Lo escuché sollozar. - y seguro de que estaba bien, se fue a dormir. No merece llorar más, debe descansar.
Encontré una hermosa foto de mi bisabuelo, que muerte horrenda ... Otras dos del casamiento de mis padres y el de mis abuelos, las tres mujeres (con mi tía usaron el mismo vestido). Del abuelo y la abuela en sus entrevistas, pero ninguna en los juegos o cuando los ganaron. ¡Montones de los abuelos, con sus hijos y sus nietos,, hay una hermosa con mi mamá y mi papa, al cual quisiera poder tocar de verdad, y otra con Peeta. Hay otra más del abuelo y la abuela que me llama la atención, con una adolescente de pelo marrón que no reconozco. "¿Quién sería?" Pensaba mientras me quedaba dormida al ver la luna en los grandes ventanales de la herbolaria.
Al tercer día después de mi peor noche, asombrosamente estoy perfecta. Mi tía tiene miedo de que me mueva, pero esta más tranquila. ¡Nadie puede entender como es que estoy tan bien! Aún sigo en la cama y algunos integrantes de mi familia me rodea, mi madre yace junto a la camilla y no para de llorar así que intento calmarla. Hoy me voy al Capitolio, y por mi "recuperación", me dieron hasta el mediodía para pasarlo con mi familia. Mi abuelo, Peeta trajo montones de cosas deliciosa de la panadería y leche para compartir en familia. Una última comida juntos, ¡que bello!
- Ven Katniss, ven a comer algo. - le dice mi abuelo a mi abuela, quien esta apoyada en una columna y distante en sus pensamientos. Cada año en esta fecha esta paranoica, esta vez ni se que imaginarme.
Katniss no toca hace años el Capitolio, por "problemas de salud" y esta vez lo deberá hacer para ver a su nieta... Morir. Que sufrimiento, la entiendo y quiero estar más cerca de ella, pero para cuando quiero abrazarla, se niega a que la toque. La observo enfadada. ¡Que bella que es! Tiene como sesenta años y esta en un perfecto estado, se ve casi mejor que mi madre inclusive. La amo a pesar de su dureza; hacía un tiempo no era así. Perder un hijo después de todo lo que perdió, ya debe ser demasiado para ella. Me le alejo, aún mirandola con enojo y me siento en la mesa donde me esperan.
Se acerca a nosotros, besa a su esposo en los labios y toma un pan con mermelada, entonces maldice al capitolio tirando la mermelada al piso y se va con una rabieta en su rostro. "No lo puede tolerar".
Patrick, mi primo, rompe en la habitación. "¡Dios mío, esta loco!"Pienso cuando entra, ya que en mi opinión, lo esta un poquitín. Creí que eran los Agentes de Paz viniendo por mí, se me sale una lagrima. Él, con su pelo despeinado, sus ojos grises brillando de asombro como siempre y su apariencia tan de la Veta, heredada de su padre: entra en la habitación junto a dos amigos míos y su hermano menor.
Lamentó cuando creo que va a ser un chiste, por su entrada tan tosca, cuando en realidad me estoy equivocando.
- ¡Prendan la televisión! ¡Ahora! - grita mi primo. - ¡Yá! ¡Se trata del Trece! ¡Lo han tomado! ¡Han tomado el Trece!
"¿¡Qué el Trece, qué?!" pienso y algunos alrededor mío lo dicen. Para el asombro de todos, soy la que salto de la mesa solo para alcanzar el control remoto. Prendo la pantalla que proyecta un aparato en la pared e inmediatamente veo como empiezan las noticias.
El escudo del Capitolio se muestra ante nosotros en conjunto al himno, el cual aborrezco y luego la cosa empeora cuando aparece Roxanne Snow en pantalla completa. Es como sentir que una bocanada de frío viene hacia ti. La mujer vestía un tapado rojo que hacía resaltar su rostro y la atrevida sonrisa de labios rojos que había en este.
- ¡Ciudadanos de Panem! Lamento interrumpir momentáneamente la programación que se esta dando, - "Pfff... Como si todos los Distritos vieran televisión..." - pero es necesario para informar algo que debía hacerlo yo misma y que representa un gran momento en la historia de Panem y su gobierno actual. Luego de tantos años de lucha constante, Panem por fin a logrado darle fin a las revueltas en el Distrito Trece, el cual se ha entregado al puesto que le corresponde. El noticiero de Capitol TV dará los detalles de ña restauración. ¡Panem hoy, Panem siempre! ¡Saludos!
Ella desaparece e inmediatamente, el set del noticiero se muestra.
En un escritorio blanco con el fondo del Capitolio entero, detrás de este esta sentada la joven Gina Flickerman: la autentica hija de Caesar que siguió con el orgullo familiar luego de la muerte de su longevo padre. Viste un vestuario negro pegado al cuerpo y una bufanda de plumas rojas, violetas y una peluca bordo. Su cara fina, y perfectamente maquillada, se destaca gracias a sus ojos verdes con sombras tan lilas al igual que sus labios y unas largas pestañas. Sinceramente, para usar tantas payasadas, me parece una mujer bastante guapa.
Junto a ella esta sentado el comentarista Whred Milon Trook, el hombre de color que se hizo famoso debido a su alborotado pelo con rulos verdes y las palabras que salían de esos gruesos labios. Ese día tenía puestas unas sombras doradas en los ojos y vestía un traje azulado.
- Damas y Caballeros, ya se habrán enterado..., pero para aquellos menos informados, tenemos que comentarles: junto al esperado aniversario de los Juegos, todo el Capitolio anda de festín debido a la noticia de última hora que tengo el placer de anunciar. ¡El Distrito Trece se ha rendido!
- Hace unos meses, nuestra presidenta Roxanne Snow ha presentado una amenaza al Distrito rebelde. - dijo el comentarista, con un rostro serio y concentrado en la cámara. Sentí que mi corazón se iba a marchitar solo. - Y la respuesta se dio con el fin de esta guerra que Panem ha debido que llevar a cabo por más de cien años, cuando el Trece bajo sus brazos y pidió piedad. Esto lleva a...
Mis ojos dan vueltas. Todo lo que soñé para mi futuro, lo que tanto ansiaba y anhelaba. Ese deseo tan profundo de poder irme al Trece..., en menos de lo que canta un gallo, se esfumó y lo único que se enfrenta a mí son los Juegos. A lo que va mi destino es ahí y no puedo hacer nada por evitarlo, no hay giro a la hoja que le pueda hacer. Todo se acabo.
Gina interrumpió a su compañero. Esto va de mal en peor...
- Como la oficial entrevistadora de los tributos, tengo el honor de hacerles saber... - comenzó a anunciar Gina, interrumpiéndolo para poder seguir destacándose. Puso las manos sobre su corazón haciendo brillar sus uñas verde manzana. - ...que como un símbolo de obediencia y propuesta de paz, el distrito a decidido realizar una Cosecha y enviar a dos tributos que participaran en estos juegos: ¡Aplausos! ¡Veintiséis tributos, señores! - festeja y el público en las letrinas grita eufórico, animándola.
- Entre últimas noticias... - dice Whred. - Nuestro equipo especializado esta haciendo todos los tramites posibles para conocer mejor la ciudad subterránea escondida debajo del distrito. - se proyectan unas pocas imágenes de la ciudad subterránea. - Nos despedimos dándoles más. Luego de la revuelta causada por Atlas Mellark, la tributo femenina y mismísima nieta...
Apago el televisor. No me importa lo que digan de mi, no quiero escucharlo.
"Veintiséis tributos... ¡Felicidades Capitolio!". No puedo creerlo, mis ojos tampoco no quieren creerlo. En mi interior, no puedo soportarlo. Con la rendición del Trece se acaba cualquier pedazo de esperanza alguna, cualquier rama rebelde. Siento como si el fuego proveniente del corazón de cada Distrito se fuera extinguiendo, consumiéndose en la pura oscuridad, profundizando atrocidades, mucho dolor y finalmente, dejándose morir...

El Retorno del SinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora