Empezaba a estar hasta el coño de tanto viaje en navidades, no lo decía claro, porque le gustaban las razones de tanto trajín pero aunque las navidades de 2017 habían sido únicas, en estas quería estar en casa y por ahora le daba la impresión de que había estado más tiempo con el culo sobre un asiento de coche que en un sofá. Volvía a Pamplona, algo que quería y necesitaba aunque no dejaba de provocarle cierta tristeza y preocupación, por él, por ellos. La última vez que se separaron más de una semana, las cosas no salieron bien, además, si no hubiese ocurrido nada seguro que Alfred habría terminado pasando en Pamplona algunos días, ya habían estado con sus familias en fechas muy especiales y estando de por medio su cumpleaños habría sido imposible que su madre no tentase la invitación, ella siempre capitana. Pero todos se habían quedado sensibles con su relación, no les hacían comentarios, no forzaban ni tan siquiera una simple visita al Prat o Pamplona si ellos no la proponían, habían ido muy rápido y ahora estaban en una especie de área de descanso.
No estaban mal, de hecho estaban muy bien, recuperando viejos momentos de tranquilidad, risas y amor entre ellos. No necesitaban prisa, necesitaban estar juntos y ahora se separaban. Se moría por enviarle un whatsapp...no Amaia...¿qué le vas a decir? Habrá salido hace poco del piso, ya hablaréis luego...tranquila, no volverá a pasar lo mismo.
-¡AMAIAAAAAAAAAAAAAAAAA!
Su madre era capaz de transmitir muchas cosas con solo pronunciar el nombre de alguno de sus hijos y esta vez decía "o bajas o te bajo ya porque no pienso llegar tarde". No quería dejar el skype de ¿dos horas? ¿tres? a saber...el maldito wifi había hecho que colgaran un par de veces pero se echaban de menos y no querían dejar el móvil aunque a ambos les esperaban comidas familiares y fiestas de despedida del año. Un último beso virtual y dos segundos después Javiera hizo volar a su hija al coche. De camino a Sorauren no pudo dejar de sonreír, le echaba de menos y no había mejor sensación porque significaba muchas cosas y, sobre todo, que no había malos sentimientos y sensaciones en las que no pensar, de los que huir.
Esto sí que era un resacOT de año nuevo, aunque con el día tranquilito y medio muerta que llevaba casi que consideraría mañana como el primer día del año. Se lo había pasado tan bien con sus amigos de siempre, por fin había ido a Pamplona desconectada del mundo, siendo la Amaia de siempre y no la artista en potencia de la que todos esperaban mucho y que no paraba de trabajar e ir de aquí para allá. En su casa, con su gente de siempre tenía que desconectar y lo había conseguido. Eso sí, la batalla hoy la ganaba el alcohol, poco más hizo que ser una marmota de casa.
Tanto marmoteo le había dejado tiempo para pasearse un poco por twitter y encontrar en el periódico de Navarra la foto del story que subió anoche...madre mía. ¿Se lo esperaba? Sí y no, no le sorprendía ya verse por redes y que todo se magnificase, pero seguía sin verle sentido a muchas cosas y seguía teniendo ese miedo, o más bien respeto, a las redes sociales. No pudo evitar hacer un poco de detective, al fin y al cabo era una fugitiva sentimental del mundo de la prensa rosa y tenía que ver qué se cocinaba por redes.
No pudo averiguar mucho de cuánto se había hundido el barco después de los conciertos ni de cuántos pasajeros quedaban pero, por lo menos, no vio guerras entre fandoms. Esa parte de twitter no se la tomaba muy en serio, no podía o caería en comentar, de hecho la mayor parte de veces ni si enteraba y Alfred mucho menos. Mejor. Les gustaba conocer a sus seguidores cara a cara pero el pajarito azul casi nunca resultaba un buen amigo y desde luego que nunca cantaba a gusto de todos. ¡Ay dios! Entre tanta reflexión vio que había vuelto a sacar a la luz su viejo Ask ¡¿por qué!? Ahí sí que era una niñata jajaja valía para echarse unas risas.
Bueno, lo importante, el trasatlántico se había calmado y la prensa rosa había ignorado los conciertos, suponía que para seguir inventándose nuevas relaciones y cosas así. Pobre Diego, últimamente le caían unos jarros de agua fría que no veas, suerte que se lo tomaba a risa porque a otro no le haría ni puñetera gracia que le acusasen de romper la pareja ideal (si eso existiese...ya no serían divertidas las relaciones).
Era dos de enero, por la noche...2019...se habían despedido con el típico "hasta el año que viene" en ese skype del día 30 y ya...le echaba de menos pero iba a esperar, al fin y al cabo estaba a unas horas de cumplir años y eso a Alfred no se le olvidaría. O eso esperaba.
Cosquillas. Una manta, la habían tapado. Alguien se sentó al borde de la cama y le apartó el mechón que casi se estaba comiendo. Una caricia. Qué bien huele, huele a él, claro, llevaba su camiseta.
No, estaba vestida, se había dormido sin querer. Entonces...
Cogió la mano que le seguía haciendo cosquillas en la mejilla y entreabrió un ojo. Sonrió, sabía que no se olvidaría y que algo tramaba y no la podía haber hecho más feliz. Volvió a cerrar el ojo entreabierto y haciendo que se removía aprovecho su cercanía para tirarlo encima de ella. Besos, caricias, abrazos. Todo estaba bien y él le había vuelto a dar una gran sorpresa de cumpleaños.
Por suerte su madre se había hecho compinche de Alfred (qué raro...tal para cual) y les habían dejado tranquilos en la habitación hasta que salieron de su cueva cerca del mediodía, irían a comer con al familia y él se marcharía. Le insistió mil y una veces para que se quedase a la fiesta de por la noche pero no podía volver a Barcelona el día cuatro y ya se había quedado una noche. Ella lo entendía pero le achuchó a más no poder hasta que se tuvo que ir. Mereció también al pena ver las caras de su familia porque no estaban tan acostumbrados a que ella desprendiese tantos mimos y, sobre todo, tantos besos hacia Alfred en público. Qué le iba a hacer, tenían que aprovechar cuando estaban juntos. Como en la habitación de la academia, uf, qué recuerdos.
Se había ido la tristeza, esa sombra que había viajado con ella se había ido esfumando y apenas había conseguido rozar el nuevo año. ¿Año nuevo, vida nueva? Canciones nuevas seguro, experiencias e incluso nuevas revelaciones, su relación estaba escondida para "recuperarse" de alguna manera, pero no iba a estar en las sombras para siempre.
PD: espero que este capítulo no se haya hecho repetitivo pero no quería volver atrás en el tiempo con Amaia y la idea es alternarlos, así que tocaba algo más calmadito. También aclaro que aunque me baso en cosas que hicieron de verdad o que aparecieron por twitter puede haber hechos que cambie un poco de fecha.
Gracias por leerme :)

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El beso de Peter Pan
FanfictionPuede que el primer amor no sea como ningún otro, que nunca muera. De un primer amor real sale esta ficción con máximo cariño y respeto a sus protagonistas, Almaia, Amaia y Alfred García, artistas y personitas mágicas.