Branko:Estamos en la última parte del entrenamiento, el estadio con el sol de la tarde. La sensación de correr aquí siempre me hace sentir como si estuviera a punto de enfrentar algo grande. Pero hoy, algo más distrae mi atención. Mientras troto con los chicos, veo a un grupo de personas caminando por las gradas con cámaras colgando del cuello, y ahí está ella. Meissa. Su cabello castaño se mueve suavemente con el viento, y aunque está lejos, sus ojos azules parecen brillar bajo la luz.
Junto a sus compañeros, ella mira todo lo que hay alrededor, observando con cuidado cada rincón del estadio. Parece completamente concentrada en su trabajo. Me pregunto si siente lo imponente que es este lugar para nosotros.
Nuestros ojos se cruzan. Es solo un segundo, pero puedo sentir esa misma electricidad recorrerme como la primera vez que hablamos. No sé si lo siente también, pero yo reacciono instintivamente, frunciendo el ceño y adoptando mi mejor expresión neutral, la que no deja ver nada. No es momento para distracciones. Pero en realidad, quién engaño... ella es una distracción con la que no puedo lidiar fácilmente.
—¡Capi, mueve el culo! —grita Derek desde atrás, y mi cabeza regresa a la realidad.
—¡Cállate! —le respondo, sin dejar de trotar.
El entrenador nos llama y todos nos acercamos. Meissa y su equipo están ahí. El entrenador empieza a presentarlos uno por uno.
—Ellos van a acompañarnos en algunos partidos, encargándose de la fotografía. Son parte del equipo durante la temporada. Así que, respétenlos como si fueran sus compañeros en el campo.
Cada uno de ellos hace un leve asentimiento, y entonces el entrenador les hace un gesto para que lo sigan en un recorrido por las instalaciones. Ella se va sin volver a mirarme, y eso, de alguna manera, me molesta. Pero claro, ¿qué más esperaba? Me centro en el entrenamiento. El entrenador nos manda a correr unas vueltas más.
Después de terminar, me voy directo a la ducha. No puedo dejar de pensar en esa mirada, pero decido que es mejor enfocarme en otra cosa. Cuando salgo, Derek me atrapa.
—Vamos con los chicos al bar cerca del campus. Vamos, necesitas un trago —dice, dándome una palmada en la espalda.
No lo pienso mucho. Distraerme un poco me viene bien. Cuando llego al bar, todos están en una mesa, y apenas me ven entrar, empiezan los aplausos y los gritos.
—¡Capi! ¡El rey ha llegado! —dice Marcus, levantando su cerveza. Todos se suman, gritando y haciendo ruido.
—Relájense, idiotas —me río y les muestro el dedo medio—. Ya déjenlo.
Me siento mientras ellos siguen hablando, y por supuesto, la conversación gira hacia las chicas del equipo de fotografía.
—¿Así que bien escondida tenías a la amiga de tu chica, Derek? —dice uno de los chicos—. ¿Por qué no nos dijiste de ese cuerpazo?
Derek pone los ojos en blanco, sorprendido.
—¡Cállense, malditos cretinos! —dice, medio en broma—. Primero, no tengo ninguna chica. Segundo, no tengo oculta a nadie.
Todos se ríen.
—¿Cómo que no tienes chica? —responde Marcus, levantando una ceja—. Entonces... ¿puedo invitar a Sedona a salir?
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La jugada perfecta
Storie d'amoreSUBO CAPÍTULOS 2 VECES A LA SEMANA. ESTOY MODiFICANDO ALGUNAS COSAS! Branko Mayer es la estrella del equipo de fútbol americano de la universidad, decidido a convertirse en jugador profesional. Su popularidad y apariencia le han otorgado la fama de...