—¿Quién demonios eres tú?
—Mi nombre es Hakudoshi ¿Quieres decirme porque se interponen en mi camino?
—Eres un maldito, mira como has herido a los aldeanos
—Solo son porquería de la vida, al igual que tú pobre mitad bestia —Expreso con superioridad
—Te arrepentirás bastardo
—No puedo perder mi tiempo con alguien tan insignificante como tú
Tras aquellas palabras Rin no pudo evitar su transformación nuevamente por más que lucho por controlarse le fue imposible, Hakudoshi la observaba como una aura demoníaca la rodeaba poco a poco
—Rin no por favor detente —Grito Miroku
—No puedo, ese bastardo lo pagará—Observó por ultima vez como Inuyasha intentaba hacer reaccionar a su prometida y a su hermana pero ambas estaban gravemente heridas e inconscientes—Te arrepentirás maldito Hakudoshi!!
—Jajaja no me hagas reír que me harás patética— Detuvo en seco su risa cuando sintió aquella energía —Entei vamos, no tenemos nada que hacer aquí —Trato de disimular el pánico que le genero Rin
—No iras a ninguna parte —El rostro de Rin había cambiado, realmente no recordaba porque quería matarlo pero su instinto le pedía sangre y ella tomaría la de Hakudoshi para saciar esa necesidad.
Entei se elevo por los cielos, sin darle oportunidad a Rin de atacar pero ella no se rendiría los miro como se alejaban antes de seguirlos Inuyasha intento detenerla —Rin no lo hagas
Ella no respondió ya que desconocía a su amigo, lo ataco sin piedad clavando sus potentes garras en un brazo del Hanyō —Rin detente —Grito Miroku
Aquella Hanyō no hiso caso arrojo a Inuyasha lejos mientras ella emprendía su camino buscando a aquel demonio que la había desafiado.
Miroku corrió hacia Inuyasha para intentar levantarlo mientras que Sango ayudo a Kikyo y Shiori con ayuda de Kohaku.
—Debo seguirla —Expreso Inuyasha
—Estas loco podría matarte
—No la dejaré sola Miroku
—Yo iré contigo —Intervino Hite
—Miroku, Sango cuiden por favor a Kikyo y mi herma
—Tranquilo Inuyasha nosotros nos encargaremos—Confirmo Sango
Por medio de su gran olfato le fue fácil hallar a Hakudoshi quien se localizaba a las afueras del castillo Taisho.
Sesshomaru se encontraba protegiendo su castillo con ayuda de su ejercito y su madre quien estaba dispuesta a pelear. Aquellos demonios no eran poderosos y serían fácil de eliminar pero él podía percibir a alguien con un poder decente que aún no hacia su aparición. Aniquilo a la mayoría de los demonios con ayuda de una de sus espadas la cual tenía por nombre colmillo explosivo, al derrotarlos se poso a mitad del palacio —Sal maldito cobarde—Hablo con un gran tono autoritario
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La batalla que nos unió
ФанфикEn el japón antiguo existían seres sobrenaturales con poderes y fuerza que un humano no poseía. Los demonios conocidos como Yōkai eran poderosos e inmortales por ello actuaban con arrogancia y supremacía ante los mortales, pero no eran los uniros s...