La batalla que nos unió

Epílogo

Días después de aquella trágica batalla, el castillo fue reconstruido y los aldeanos recibieron por parte del Lord una área más cercana al castillo para poder construir sus viviendas así seria más fácil brindarles la protección, Rin por su parte ahora vivía en el castillo ocupando el lugar como la nueva Lady Taisho, Irasue logro recuperarse de aquella herida provocada por Ginkotsu.

Koga ofreció una disculpa a Rin y a Sesshomaru por todo lo acontecido, en otro momento no lo habrían perdonado la vida pero esta vez lo hicieron por Ayame y su hijo que estaba próximo a nacer 

—Sesshomaru quiero agradecer que me perdonaran la vida después de todo y les ofrezco una disculpa por mi terrible falla 

—Agradécele a Rin si por mi fuera te habría matado

—En realidad yo lo hice por Ayame y tu hijo ya que ambos necesitaran quien cuide de ellos y se que tu lo harás sin problema 

—Daré mi vida si es necesario

—Esperemos que todo salga bien, si desean pueden permanecer aquí

—Gracias pero planeamos volver a nuestras tierras y recuperar a nuestro Clan 

—Siendo así les deseo éxito 

Inuyasha y Kikyo formalizaron más su relación planificando así agrandar la familia ya que Shiori anhelaba un sobrino por parte de su hermano.

Sango y su familia regresaron a su aldea en compañía de monje quien pidió su mano en matrimonio y también planeaban agrandar su familia con alguno niños ya que Miroku deseaba por lo menos dos 

—¿Que haces estaba Buscándote linda? —Pregunto Sesshomaru mientras rodeaba a su bella prometida por cintura 

—Hola cariño, solo observo lo felices que se ven los aldeanos 

—Si tal parece que les agrada este lugar... Eso esta muy bien así los tendrás cerca 

—Si así es... 

—¿Ocurre algo? Te noto preocupada

—Sessho no te da miedo estar conmigo

—¿Qué? ¿Por qué la pregunta?

—No sea eliminado la transformación, sigo con la sangre de un demonio puro... Y si un día me domina de la nada y desconozco a todos... No me gustaría hacerte daño 

—No me harás daño y si eso llegará a pasar yo te ayudaré a buscar una solución... Jamás te dejaré sola 

—Gracias... Por tu apoyo... me hace sentir segura 

—Es lo mínimo que puedo hacer por la mujer que amo 

—¿Que... Que amas?

—Si aún te sorprende 

—La verdad sí todavía no me acostumbro —Admitió apenada

Ambos miraron hacia el horizonte que tenían al frente —Sabes Rin, el organizar una batalla contra ti es lo mejor que me a pasado 

—Sin duda... Porque fue la batalla que nos unió —Ambos se miraron fijamente y se dieron un beso como prueba de ese amor que ahora tenían el uno por el otro. Un amor inmortal ya que ahora los dos eran demonios de sangre pura y podrían vivir una eternidad amándose.