Remember Me [Lukanette]

✾ Capitulo 2 ✾

Luka era inocente y completamente tonto cuando los planes envolvían a Marinette. Había comenzado un noviazgo no oficial con la chica a poco más de 10 meses. Desde el principio sabía que sería difícil, pero nunca imaginó que el alcalde invertiría tanto para separarlos.

No hubo un día de paz para la pareja. El muchacho era incapaz de ver a su novia durante el día y a veces era difícil para Marinette escapar durante la noche. De hecho, el alcalde no quería a su joya preciosa envuelta con una persona de la laya del Couffaine.

Pero nada funcionaba cuanto más intentaban separarlos, la voluntad de quedarse juntos crecía.

—¿Estás lista?— el moreno preguntó con un tono bajito.

—No creo que eso sea una buena idea— habló ella de espaldas a él terminando de arreglar su mochila.

—Pasé dos meses planeando esto. Y estuve todo el año juntando dinero para iniciar una vida desde cero, entonces vamos a tener un buen futuro. Esto tiene que salir bien.

Ella se volvió y mordió sus labios nerviosas.

—Tengo un mal presentimiento.

Sonrió intentando transparentar la confianza y se acercó con calma a ella. Tomó su rostro con las dos manos y miró bien sus ojos.

—Ya es de noche y la mitad de la ciudad está durmiendo. Tu padre sólo va a enterarse de tu ausencia cuando haya amanecido, esto tiene que salir bien.

Él la besó, besó con firmeza, intensidad, deseo y, sobre todo, pasión.

—Vamos— se dirigió a la ventana. —Nadie va a sentir nuestra desaparición y no vamos a extrañar a nadie.

Él extendió la mano hacia ella y, después de unos segundos en los​ que parecía pensativa, ella fue hasta el moreno sosteniendo firmemente la mano caliente del muchacho.

—Vamos a estar juntos y eso es lo que importa. Somos inalcanzables, no lo olvides— dijo con una gran sonrisa.

Luka solía decir que eran inalcanzables para calmar a la chica. Era una forma de decir que cuando estuvieran juntos, siempre estarían por encima de todo.

Al encender el coche, el muchacho la miró y luego hacia atrás. Ésta sería la última vez que miraría hacia atrás. En el momento en que el coche comenzó a caminar, se pudo escuchar un grito que sería capaz de alcanzarlos aunque estuviera a kilómetros de distancia.

—¡Detente!— dijo ella con la voz alarmada.

—No vamos a parar ahora— aceleró dejando todo atrás. Sin importar si aquel maldito alcalde haría algo o no.

—Él no va a permitir que nosotros nos escapemos juntos.

—Tenemos que arriesgarnos.

—¡Luka, despierta! Detente. Esta locura no va a salir bien.

—¿Confías en mi?— ella lo miró. —¿Confías?

—Sí.

Él apenas asintió y aceleró el auto en camino de la tan soñada libertad.

Durante todo el camino era posible oír las sirenas y las luces rojas, pero él era demasiado orgulloso para simplemente parar el coche y darse por vencido.

Ya estaba en su campo de visión la curva que los llevaría a la frontera con la ciudad vecina. Todo estaba saliendo bien, estaban casi alcanzando la libertad cuando uno de sus perseguidores golpeó la parte trasera del coche. El automóvil salió disparado por la pista totalmente fuera de control. Todo lo que era audible en aquella escena eran los gritos de desesperación de Marinette.