✾ Capitulo 3 ✾

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El rubio ya casi golpeaba la pared para descargar la rabia, pero se contuvo. Fue en dirección al moreno con todo el odio nuevamente y estaba listo para soltar otro discurso.

—Adrien, olvídalo— era la voz de Nathaniel.

El Kurtzberg se acercó a la cama del muchacho y negó con la cabeza suspirando. Parecía decepcionado y deprimido de ver toda aquella escena. Tomó una silla pequeña y se sentó al lado de la cama.

—Tienes el derecho de saber. Y yo no te quiero ver haciendo esfuerzo para hablar con esa costilla quebrada— dijo por fin.

—Pero Nathaniel...— el muchacho miró a Adrien y el rubio de inmediato se calló.

—Tú realmente necesitas olvidar a Marinette— su voz era tranquila y fría, el tono usado por él cortaba más que una navaja. —El alcalde nunca te dejará en paz y, siento decirlo así, pero Marinette ya te olvidó y ella lo hizo en la noche del accidente.

Él miró a su amigo. Estaba confundido e intentaba digerir cada palabra dicha por el Kurtzberg. El Couffaine realmente no era capaz de entender absolutamente nada.

—Si quieres realmente creerme, ve al cuarto de ella cuando puedas caminar. Habitación 718 en el séptimo piso. Ella debe quedarse aquí una semana más, el alcalde quiere hacer miles de exámenes en la pobre muchacha para asegurarse de que está bien.

Nathaniel se levantó y se retiró de la habitación sin decir nada más. Era difícil para el pelirrojo ver a un amigo en ese estado. Él era demasiado sentimental, pero no quería demostrar que su corazón sangraba junto a Luka.

Tenía dos amigos en una cama de hospital totalmente lastimados. Esto movía su estado psicológico de una manera abrumadora.

En el fondo, él estaba feliz por Luka de tener tanta suerte. Se había fracturado la costilla y la culpa fue del alcalde, pues en la caída, él rompió sólo el brazo derecho. Si el maldito no hubiera descontado su rabia en el cuerpo frágil del muchacho, el Couffaine ya estaría casi recuperado ahora.

El Kurtzberg fue inteligente en grabar la escena asquerosa, y sabía exactamente a quién debía mostrar aquello. Felix se descontroló al ver aquel video, tan alterado que no fue ni un poco correcto cuando habló con el Sr. Dupain sobre el asunto. El joven abogado trato de calmarse de todas las formas posibles antes de casi romper aquella nariz.

Gracias a los cielos, ningún órgano vital fue perjudicado durante la sesión de golpes, y el hueso se recuperaría solo con el tiempo y el tratamiento que el propio alcalde pagaría. El jodido era realmente un tipo cargado de suerte, bueno solo a veces.

Nathaniel sabía que Luka se pondría de pie pronto e intentaría de todas las formas, acercarse a la chica. Nadie podría detenerlo, entonces la mejor opción era decirle la verdad.

Mientras en el cuarto de Luka, el Agreste se contrataba para no matar al su amigo terco.

El moreno todavía estaba herido, sentía dificultad en el habla y la respiración, pero conseguía mencionar el nombre de la azabache muy bien. Siempre que conseguía fuerzas le preguntaba sobre ella. Adrien insistía en decir que lo más grave que le sucedió a ella fue una leve fractura en el tobillo y el golpe fuerte con la cabeza.

Pero Luka no le creía. Decía que tan pronto como se sintiera recuperado, se levantaría y correría detrás de la chica. No le importaba su brazo roto, sólo tenía que verla y saber si estaba realmente bien.

El problema era que cada vez que el moreno sentía que podía ponerse de pie, una maldita enfermera aparecía y lo retenía un poco más. Adrien insistía en decir que era mejor así, pues Nathaniel había dicho que una costilla fracturada suele doler mucho.

Remember Me [Lukanette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora