Las Mil Razones Para Amarte

17. Quiero enamorarme de nuevo

Han pasado cuatro semanas....

Cuatro semanas, en donde no supe nada sobre Joel, no me habló, no hubo llamada, nada. Ni una señal de que este vivo. No le envíe ningún mensaje, ya que no quería que pensara que lo estaba molestando ni parecer una completa idiota. Le pregunté a mi mejora, ya que tenía su número, si por esas casualidades, él se había contactado con ella, pero dijo que no sabía absolutamente nada.

Eso hizo que en mi mente, se diera un colapso, pensé mucho en porque no me había hablado estas cuatro semanas, pero no quise hacerme la cabeza, y mi mejor amiga se encargó de entretenerme todas estas semanas, al igual que Cody. Fuimos al cine, al parque de diversiones, al centro comercial. Si me despeje un poco del tema, pero no sé, me pareció extraño, ya que si tanto interés tenia Joel por mí, ¿Por qué ahora no había ni rastro de él?

No sé qué pensar, respecto a esto.

¿Cómo debo sentirme? ¿Debo sentirme triste, enojada, decepcionada? Por qué si yo en algún punto supe, que esto no podía ser tan lindo, como se pinta en las películas de romance, que veo. No todo puede ser feliz, no siempre el chico, va a ser un príncipe azul, que jamás te hará ningún daño. En algún momento, eso se puede volver en tu contra.

En este preciso momento estoy en la playa, sentada pensando, he estado viniendo todos estos días, con la tonta esperanza de encontrármelo. Pero no ha sucedido nada, sólo hay unos pocos niños y alguno que otro adolescente con una botella de alcohol en mano y caminando tambaleante por la playa.

Ya se está escondiendo el sol, por lo que varias de las familias se marchan y me quedo sola con los adolescentes borrachos sentados en la playa. Me pierdo en mis pensamientos, pensando en ese día, cuando el chico de la playa me besó y yo le correspondí. Fue algo tan... No sé cómo describirlo, hace tanto tiempo que no besaba a nadie, que cuando él lo hizo, sentí que era como el primer besó, ese que jamás se olvida.

Sus labios fueron muy dulces al besarme, sus manos no bajaron de mi cintura, a mitad del beso, los dos sonreímos. Creí que había sido especial, lo había sido para mí, ya que Joel fue el primer chico al que no rechacé, al que si quise que me besara. Otros lo habían intentado anteriormente, pero nunca lo lograron, pues mi miedo siempre fue más fuerte que yo.

Cuando nos separamos, mi sonrisa se me hizo imposible de esconder y él también tenía una hermosa sonrisa en su rostro. Quisimos volver a besarnos, nos acercamos de nuevo, pero entonces tocaron la puerta, miré por la ventana, si lo sé por qué no miré cuando llegó Ámbar o Joel, pues la verdad era que no se me había ocurrido y además no quería más sorpresas. Pero oh sí que la tuve era Fede, mi celoso hermano mayor.

Lado bueno de la situación cuando abrí la puerta mi hermano estaba tambaleándose, se estaba agarrando del marco de la puerta para no caerse. Eso significaba que estaba muy ebrio. Mire detrás de él y vi un auto negro, la persona que se encontraba adentro, bajo el vidrio y me saludó. Sonreí ya que era Jack Parker, el mejor amigo de mi hermano. Eran amigos de toda la vida, desde que tengo memoria, ellos siempre han ido para todos lados juntos. La suerte es que Jack jamás toma tanto como para embriagarse.

El coche arrancó y se alejó a toda velocidad. Mientras que yo intentaba agarrar a mi hermano para que no se cayera de cara al piso, lo tomé del brazo y lo colocó en mi hombro, para así sostenerlo. Joel no se quedó quieto, si no que se acercó hasta mí y tomó el otro brazo de Fede, e hizo lo mismo que había hecho anteriormente. Es decir que me ayudó a poder subirlo a su cuarto.

Subimos las escaleras, avanzamos por el pasillo que llevaba a los cuartos, el primero era el de mis padres, al lado estaba el de mi hermana menor y después estaba el mío. Al frente de mi habitación, estaba el baño principal, al fondo estaba la puerta de la habitación de mi hermano, de ella colgaba un cartel de "NO MOLESTAR". Tuvimos que tener mucho cuidado con Fede, casi se nos cae de cara al piso, como cinco veces, pero supimos sujetarlo bien, antes de que eso pasara.