Amor esclavizado [editando]

Cap 8

Pov Elizabeth

Apenas desperté sentí los fuertes brazos de meliodas rodearme con calidez.

Cerré los ojos con una estupida sonrisa plasmada en el rostro.

Esperen un segundo... ¿Meliodas?

Me volteé con rapidez, soltando un pequeño grito al verlo despierto y con sus cinco sentidos activados.

— ¡joder me asustaste! — se encogió de hombros con una sonrisa burlona.

— no es mi problema que sean tan miedosa — fruncí el ceño, para luego soltar un suspiro de resignación y esta vez yo encogerme de hombros.

— es que no todos los días me despierto con alguien tan feo a mi lado — me miró indignado, como si le hubiera dicho el peor insulto del mundo.

— ¿disculpa?

— lo que escuchaste — frunció el ceño, levantándose de la cama y mirándome con una pizca de diversión.

— eso no te lo crees ni tú — le saqué el dedo en un acto de rebeldía, para luego darle la espalda de tal forma que no viera mi sonrisa.

Me divertía tanto con él.

Me sentía tan segura con él.

Me sentía tan jodidamente triste por el echo de que sabía que se iba a tener que ir y tal vez nunca volver.

Esto es algo de tiempo limitado, Elizabeth.

— oye ¿estás bien? — desperté de mi trance al ver su rostro tan cerca del mío.

¿Cuando se acercó tanto?

Sonreí como si nada de eso hubiera pasado por mi cabeza.

— sip, no te preocupes — le di un pequeño empujón, apartándolo ligeramente para que me diera espacio para levantarme. — vamos, tengo hambre, y mi estómago no espera para siempre.

Y como si lo hubiera invocado, el muy maldito hizo un vergonzoso ruido que gritaba "QUIERO COMIDA AHORA".

Fruncí el ceño al escuchar las sonoras risas de meliodas.

¿Enserio le correspondí un beso a este estupido?

Pase por su lado en intentando estar enojada, pero fallé en el momento en que solté una pequeña risa en la puerta.

Salí corriendo ante mi error.

— ¡hey! ¡Escuché esa risita! — esta vez no me contuve, soltando una sonora carcajada ante toda esta estupida situación. — ¡no te hagas la difícil Elizabeth! ¡Se que me amas!

Tropecé al escucharlo decir eso.

Mierda.

Lo decía de broma, lo sé, pero aún así me pone nerviosa que lo afirme de esa forma.

Suspiré manteniendo la calma, para luego retomar mi camino a la cocina pero a un paso más tranquilo.

Él no te quiere de esa forma tonta eli.

Suspiré, mostrando una sonrisa forzada al verlo entrar a la cocina.

— te ayud... — lo interrumpí.

—¡no! — levantó sus brazos en señal de inocencia.

— ok ok, no era necesario gritarme — reí ligeramente ante su infantil expresión.