Llamada

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Soñe que estaba en un ring de box peleando contra un tipo más alto y fuerte que yo, que me daba una paliza.

Al principio regresaba cada golpe, pero el tipo con le que me peleaba era demasiado grande; y yo, más pequeño de lo que realmente soy. A pesar que mi contrincante ocultaba su rostro en la sombra, sabía que era mayor que yo y sonreía cada vez que me pegaba.

Mis brazos se sacudieron debajo de mi cobija, intentando destapar me la cabeza. Desperté pero una campana sonaba.

"Es el timbre del teléfono", me dije. Respire hondo y profundo durante un minuto y saqué el reloj del zapato que tenía junto a la cama.

Era la una de la mañana.

El teléfono no se escuchaba con frecuencia en esa miserable pensión. Los hombres de ahí no tenían amigos que les llamarán. Lo más seguro era que un borracho sea había equivocado de número.

Las campanadas cesaron finalmente. Alguien golpeó mi puerta y dijo:

-Es para tí, Shawn.

Me puse los pantalones a toda velocidad y llegue a la puerta.

-Es una chica- dijo guiñándome el ojo.

El teléfono, colgaba, oscilaba en el sitio donde lo había dejado caer.
Ya sabía quién estaba al otro lado de la línea, así que limpiar el teléfono con mis pantalones para hacer tiempo antes de decidir algo.

-¿Si?

-Shawn, soy yo, Daniel- susurro- Es hora. En uno minutos me voy al hospital. El taxi está esperando. Mamá fue por mi abrigo, por eso pude llamarte ¿Vendrás? Tengo miedo.

-Si,si, claro- hice todo lo posible para seguro.

"Tómalo con calma"- pensé. ¿Que fue todo eso que nos habían enseñado en la clase de educación familiar?- Nacen Miles de bebés por minuto, pero no míos. No de Daniel y míos.

-Llegare tan pronto pueda- dije-Cuando entremos al hospital¿Tú mamá me dejara verte?

- No le quedará de otra. Cuando entremos al hospital diré que tú eres el padre- Daniel no dejaba de sorprenderme cuando tomaba las riendas.

Colgué y regrese a mi habitación. Era un cuarto pintado de verde, con una cama, un tocador, un foco que parpadean varias veces de vez en cuándo, las cortinas rasgadas  y una vieja silla.

Las únicas cosas que hacían que mi habitación fuera mi habitación eran dos fotos sobre el tocador; una de mamá y otra de la abuela y mi mochila.

Me puse unos calcetines y los zapatos una playera y mi chamarra; saque la cartera de abajo de la almohada y la metí en un bolsillo del pantalón. Salí y cerré la puerta

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Sin revisar

Este es el primer capítulo espero y les haya gustado

Jocelyn ♥️

Mi pequeño ángel ||S.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora