Capítulo 47. "El camino equivocado"

496 18 0
                                    

Las demás personas están festejando en algún lugar. En familia, con los niños corriendo de aquí para allá, las luces, el espíritu...la felicidad.

Y yo estoy en mi sofá con una botella de...¿de qué?

Oh sí, vodka.

Creo que es la segunda, o tal vez la tercera, o la primera, no lo sé. Lo único que sé es que me duele la cabeza y mi maldito teléfono no deja de sonar. Estoy pensando en tirarlo por la ventana o algo así. 

No sé porque me estoy haciendo esto. Es Navidad y estoy sola, sin ducharme, con un aliento a alcohol espantoso y llorando. Bueno, no todo el tiempo, lloro de a ratos. No sé por qué. Es como una vocesita que me dice que lo haga, pero no me da un motivo. 

Por lo que mis oídos me han dejado escuchar, aún no son las doce. Nada de fuegos artificiales por ahora. Sólo escucho a mis vecinos charlando, como si por un día, todos sus problemas desaparecieran. La señora Benson me ha preguntado si no quiero ir a cenar con ella y su marido, pero le dije que estaba bien. Creo que me creyó, sino, se fue porque no quería más problemas de los que ya tiene. 

¿Cómo es que esto pasó? Debería estar con mi familia y no tirada en un sofá que me está dando dolor de espalda. Antes no tomaba. No me gustaba ni siquiera el olor a bebidas alcohólicas. Pero descubrí que es una forma fácil de olvidar los problemas (temporalmente) y bueno, ¿qué otra cosa podría hacer? 

Lamentablemente, aunque quisiera, aún no estoy tan borracha como para perder la razón.

Oigo que golpean la puerta y no pienso atender, hasta que me doy cuenta de que quién sea que esté allí, no piensa marcharse antes de ser atendido. Mierda.

-¿Quién es y qué quiere?-Grito arrastrando las palabras, aún sin abrir.

Vuelve a golpear.

-¿A caso es sordo? ¿Qué...quién...quién es?-

Golpea una vez más.

-¿¡Quién mierda es!?-Abro la puerta de golpe y la persona se asusta. Me da un poco de miedo. Tiene puesta una bufanda que cubre la mitad de su rostro, y un gran chaquetón oscuro...gigante. 

-¿Qué es lo qué quieres?-Pregunto asustada al ver que cuando intento cerrar la puerta, su pie me lo impide.

Él no responde e intenta pasar, me asusto todavía más, hasta que veo sus ojos. Únicos. 

-¿Qué hacés acá? ¡Ni se te ocurra pensarlo! ¡Fuera! ¡Largo! ¡Dejame en paz! ¿Aún no te quedó claro que te odio? Te odio. Te odio. Te odio. ¡Te odio, maldita sea!-

Golpeo su pecho, pero no parece dolerle. Entonces dejo de hacerlo. 

-Quiero que te vayas por donde viniste y no vuelvas.-

Él no se mueve.

-Te traje algo de comida. Podríamos ver la pirotecnia y cenar juntos.-Se encoje de hombros y puedo ver que bajo la bufanda se esconde su hermosa sonrisa. Bien, eso sonó cursi.

-Dame una razón que te hiciera pensar que yo querría pasar Nochebuena con vos. Una sola.-

-Te traje rosas. Tus favoritas.- Se baja la bufanda y está sonriendo.

-¡Qué romántico!-Me burlo y su sonrisa se esfuma.- Debiste pensar en esto antes de hacer lo que hiciste ¿no crees? Largo.-

Le cierro la puerta en la cara. Ésta vez me lo permitió.

Vuelvo a abrirla unos segundos más tarde. Él dejó las rosas en la puerta. Lo veo alejarse caminando con la cabeza agacha. Patético, pienso.

-¡Feliz Navidad idiota!-Grito riendo.

Believe in Me [Marcelo Michelli]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora